Se tomó un día el binnerismo para salir al cruce del senador Rubén Giustiniani, que acusó al ex gobernador, y presidente del Partido Socialista nacional, de elegir candidaturas a dedo. "Miguel Lifschitz es bastante grande como para proponerse solo. No creo que sea el dedo de una persona la que pueda orientar la votación de tal o cual", refutó Hermes Binner, el principal destinatario de la estocada que lanzó anteayer su adversario interno. La diputada nacional y secretaria de Organización del PS, Alicia Ciciliani, le recordó al senador que Binner está en su derecho de tener preferencias, como "las tuvo en 2011 y no se equivocó", al ungir a Antonio Bonfatti, triunfante en la elección de gobernador de ese año. La intendenta Mónica Fein lo retó de igual modo. Los tres referentes zanjaron el entredicho con la existencia de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (Paso). Una sutil manera de desafiar a Giustiniani a que se presente y compita, a ver cómo le va. Este había asegurado que así lo hará. Pero en el llano de la militancia socialista, se interpreta que la crítica ventilada en la prensa por el senador ha sido un mensaje hacia Binner de renegociar espacios dentro del socialismo y de las administraciones más grande que gestiona: el gobierno provincial, y el municipal de Rosario.

"Por suerte tenemos las Paso, donde todos los que quieran presentarse dentro de los partidos, pueden hacerlo y someterse a la gente, para que la mayoría se defina por uno u otro candidato", definió Binner, quien rehusó echar más leña al fuego y consideró que Giustiniani "es un excelente candidato y no tenemos ninguna opinión en su contra".

El senador se había quejado en la víspera de lo que considera el estilo del ex gobernador y actual diputado nacional. "Al kirchnerismo lo criticamos cuando la Presidenta define con el dedo lo que el bloque K vota en el Congreso, y acá hacemos lo mismo", había dicho, antes tomar un avión rumbo a Ecuador y de paso, tomar distancia de la polémica que sabría dejaría en tierra. Tras anticipar que dará pelea interna, aunque sin especificar el cargo que disputará, Giustiniani también se encargó de aclarar que Lifschitz "no es el candidato del socialismo, sino del sector de Binner, que no es todo el partido. Y Lifschitz no podría ser candidato sin el apoyo de Binner".

"No creo que sea el dedo de una persona la que pueda orientar la votación de tal o cual persona, de lo contrario sería degradar la democracia y la soberanía popular. Lifschitz es bastante grande como para proponerse solo, y tiene valores propios para hacerlo", cruzó Binner, quien anteayer había declinado de salir a contestarle a Giustiniani, pero ayer cambió de opinión y habló a Radio Dos.

La intendenta Fein no se quedó atrás. "Acá no hay dedo. A Lifschitz lo elegimos hace poco secretario general del partido en la provincia, por unanimidad, su labor está reconocida. Y además, existen las PASO, es la gente la que decide las candidaturas. Rubén mismo se ha presentado", dijo.

Ciciliani también defendió la posición del titular del PS. "Las PASO cambiaron la lógica de los partidos: antes un candidato se definía en un congreso partidario y todos lo apoyábamos. Además, el Partido Socialista tiene una vida interna activa y democrática", afirmó. Pero reparó en que "hoy es tiempo de construir consensos, programas, propuestas, y no hablar de candidaturas, no está en nuestra agenda ni en la de la gente", retó.

Sin embargo, escarbó un poco en la herida de Giustiniani: "Binner puede tener definiciones y preferencias como las tiene cualquier ciudadano. Las tuvo claramente en 2011 y no se equivocó", dijo, al evocar las PASO en las que la fórmula de Bonfatti con Jorge Henn eclipsó a la de Giustiniani con la demoprogresista Ana María Copes. "Estábamos en un proceso de reforma policial y judicial, y no podíamos cambiar de programas y equipos, y Bonfatti representaba eso. Los resultados están a la vista", esgrimió Ciciliani.

Algunos militantes de trayectoria dentro del PS interpretaron la crítica de Giustiniani como un pedido de atención hacia Binner. Y no creen por el momento que aquel intente de verdad competir en las PASO. "Ya no, con qué? con quiénes? Si la gente se le fue yendo. Lo que está haciendo Rubén es decir 'che, atendeme' y discutir espacios, en las seccionales del partido, en los distritos municipales", analizó un afiliado. A los que piensan así no les gustan esos modos del senador. "Por ese camino vamos a entrar en riesgo de perder la intendencia, y le damos de comer a (el opositor radical, Jorge) Boasso", avizoró.