La ley de descanso dominical marcó otra herida en la interna del Partido Socialista. El sector alineado con el senador Rubén Giustiniani lo apuró al precandidato a gobernador Miguel Lifschitz para que explique en público "por qué, siendo el único senador provincial del socialismo, no estuvo presente el día en que se aprobó ese proyecto".

El tema sigue dando tela para cortar. El presidente del Concejo, Miguel Zamarini -que comparte espacio con Giustiniani- impulsará esta semana la inmediata adhesión municipal que la ley requiere para que el descanso dominical se cumpla aquí. Con eso, el concejal que quiere volver a postularse para intendente enfrenta a Mónica Fein. Es que la jefa municipal ha dicho que prefiere que a nivel local esa ley se discuta después del verano.

Fein también propuso el llamado a una consulta popular para definir si en Rosario se aplicará o no el descanso dominical para empleados de comercio. Y Zamarini también cuestionó esa idea. "No nos parece adecuado confrontar a la ciudadanía con un derecho legítimo de los trabajadores que, además, ya es ley. Eso significaría desconocer los mecanismos que tiene la democracia. Se puede compartir o no el texto de la ley pero no me parece conveniente generar tal controversia", dijo Zamarini.

"El Concejo tiene la potestad del tratamiento. No entiendo cuando (la intendente) dice que hay que esperar hasta febrero", dijo el edil.

Pero además Zamarini cuestionó al senador Miguel Lifschitz porque no estuvo presente en la sesión de tratamiento del tema en la Legislatura provincial "cuando fue él quien introdujo las modificaciones al proyecto original".

El sector socialista denominado Igualdad y Participación le hizo saber a Lifschitz su desagrado por no participar de la aprobación de la ley. Firmaron el planteo el propio Zamarini y los dirigentes Silvia Augsburger, Sergio Liberati y Pedro Pavicich. "No puede haber ninguna duda respecto a de qué lado debe estar el Partido Socialista. Es indispensable desmontar la flexibilización laboral", lo retaron.