El ministro de Salud provincial, Mario Drisun, brindó una conferencia para el personal de hospitales y centros barriales de su área, con especialistas en resolución de conflictos, con la preocupación que despiertan hechos de violencia en esos efectores como motivo central.

"Hacemos hincapié en la manera de cómo nuestros equipos se comportan, cómo atienden a la población para que se produzca un cambio en la conducta y en la cultura de cómo actuar frente a situaciones de conflictividad", dijo el funcionario. Balazos y corridas en torno al centro de salud Santa Lucía, días atrás, en ocasión de enfrentamientos de bandas que causaron dos homicidios, y el asalto en la calle a la mucama del centro de salud del barrio Toba, pusieron en vilo al personal sanitario. El problema atañe también a los efectores de la órbita provincial, y no sólo refiere a la violencia urbana, sino también a la que ocurre sobre el funcionamiento del sistema de salud. Por eso ayer Drisun quiso explicar el proceso encarado en el territorio: "A mitad del año pasado empezamos una tarea de poder analizar profundamente en cada uno de nuestros efectores de salud cual es verdaderamente la situación respecto a los conflictos y violencia. Se está haciendo hincapié en la violencia institucional, la manera de cómo nuestros equipos se comportan, cómo atienden a la población. Estas cuestiones están siendo profundamente analizadas para que se produzca un cambio en la conducta, en la cultura de cómo actuar frente a situaciones de conflictividad".

Ese proceso se lleva a cabo con el asesoramiento de dos entendidos en la materia, Alejandro Nató y Nilda Santoro.