A casi cuatro días del macabro femicidio de Chiara Páez, en Rufino, hoy la Justicia imputará a la madre y el padrastro de Manuel M., novio de la jovencita, quien confesó ser el autor del hecho. Los abuelos del chico de 16 años -también, presos desde el lunes- estaban a punto de recuperar la libertad anoche, al cierre de esta edición. "Que paguen los que hicieron esta monstruosidad", pidió Verónica Camargo, mamá de la víctima, a pocas horas de que la fiscalía de Venado Tuerto revelara el hallazgo de un pantalón y zapatos de hombre manchados de sangre, ocultos bajo un mueble en la habitación de la madre del adolescente, que podrían ser de su pareja. Anteayer, en la reconstrucción del hecho, el chico hizo un pozo como el que dijo haber cavado para ocultar el cadáver, y lo hizo en el mismo tiempo que confesó haber hecho el original, donde se encontró a Chiara. Sin embargo, crecen las dudas de que haya actuado solo. "Da detalles de muchas cosas, pero justo falsea la declaración al indicar la mecánica del hecho: las heridas de la nena son compatibles con golpes de puño y él dice que en un momento se golpeó la cabeza con un mueble con cuadraturas de metal", indicó a este diario el fiscal Alejandro Sinópoli.

Chiara tenía 14 años recién cumplidos y estaba embarazada de ocho semanas cuando fue asesinada a golpes el fin de semana. Su cuerpo fue hallado enterrado en el patio de la casa de su novio -quien se dice autor-, cerca del taller de herrería de su abuelo. Dentro del pozo, los investigadores encontraron también una camisa "de trabajo" con manchones de sangre.

El fiscal regional de Venado, Sinópoli, reveló el hallazgo de otras prendas ensangrentadas, ocultas bajo una cómoda de madera que había en el dormitorio de la madre de Manuel y habló de contradicciones entre el relato del joven.

Según dijo ayer, la reconstrucción del hecho que hizo el jovencito coincidió "entre un 80 y 90 por ciento" con su testimonio, en el que se incrimina y asegura haber actuado solo. Uno de los puntos que está en duda tiene que ver con los golpes recibidos por Chiara y el elemento que los provocó, ya que el chico habla de puñetazos y también de un golpe con una mesa, lo que no es coincidente con el informe forense. De ahí las sospechas de que habría participado otra persona.

En la causa están detenidos tanto el chico, como su madre, la pareja de ésta y sus dos abuelos, quienes anoche recuperarían la libertad. Al respecto, Verónica relató en LT8 que aún no puede entender cómo su hija terminó enterrada en un pozo. Dijo que la madre de Manuel era "muy posesiva y perseguidora", tanto con el chico como con Chiara. "Los controlaba y siempre quería que se quedaran en su casa. Mi hija era muy chica y no me gustaba que fuera para allá. Nunca me imaginé que fueran tan macabros. Al nene lo defendí hasta último momento porque no creí que fueran capaces de semejante barbaridad y que me entregaran a mi hija como me la entregaron", dijo, entre lágrimas.

Sobre el embarazo de su hija dijo que la familia decidió "acompañarla, aunque ninguno de los dos quería. Yo hablé con ella y le dije que ahora ya estaba. Y si bien es doloroso para una, como mamá, porque no es lo que esperaba para mi hija, la iba a acompañar".

En tanto, ayer dos abogados se constituyeron en querellantes, en representación de los Páez. Gerardo Salaberry y Natalia Ferrero serán parte de la investigación, luego de ser aceptados en un audiencia de constitución.

El fiscal Mauricio Clavero -a cargo de la investigación- confirmó que hoy se realizará la audiencia imputativa a la madre de Manuel y su pareja. "Los indicios que existen son contra ellos", dijeron desde la fiscalía. En principio, se les imputaría "algún tipo de participación en el hecho", pero ayer no estaba definida la calificación penal que les achacarán.

En las últimas horas, surgió el testimonio de una vecina de la casa del acusado, que dijo haber oído gritos. "Dejame, dejame", dijo escuchar la mujer, de una voz femenina.