Desde Santa Fe

El gobierno nacional logró anoche destrabar el conflicto que había paralizado esta semana a las industrias lácteas de la provincia y evitar el derrame de millones de litros de leche en los tambos ante la decisión de las fábricas de no recibir la producción. Los industriales aceptaron no bajar más el precio de la leche en tranquera, pagar el 100 por ciento de los litros que los tamberos estuvieron obligados a tirar en estos días y sumarse a una mesa de diálogo con todos los actores de la cadena, mientras que los productores decidieron levantar los bloqueos a las plantas y los trabajadores de Atilra suspender el paro por tiempo indeterminado que habían iniciado ayer. "Logramos una solución a la crisis", dijo el ministro y vicegobernador electo, Carlos Fascendini, quien participó en las negociaciones entre las partes, junto a funcionarios del Ministerio de Agricultura de la Nación. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, ya había dicho a la mañana que el conflicto "podría estar subsanado" en horas y así ocurrió.

La crisis impactó en la cuenca lechera santafesina, donde las plantas de las empresas Saputo, Williner, SanCor y Verónica, entre otras, fueron bloqueadas por los tamberos de la Asociación de Productores Lecheros de Argentina (Apla) que esta vez hicieron un frente común con los trabajadores de la industria que responden al gremio Atilra y los recolectores de la Asociación de Transportistas Lácteos (Atlara). En frente, el eslabón más poderoso de la cadena está cartelizado en el Centro de la Industria Lechera (CIL) que preside el santafesino Miguel Paulón, ex ministro de Carlos Reutemann, ex compañero de fórmula de Hermes Binner y ahora de paso por el PRO que lidera Mauricio Macri.

El origen del problema era la decisión de los industriales de bajar el precio de la leche que pagan a los productores con el argumento de la caída de los precios internacionales. En mayo, los tamberos cobraron 3,20 el litro de leche. En junio, les bajaron 15 centavos y en julio, les querían bajar otros 15. Esos 30 centavos equivale al monto del subsidio que el gobierno nacional reconoce a los productores de menos de 3.000 litros diarios.

Anoche, los industriales se comprometieron a no bajar más el precio de litro de leche en tranquera, integrar una mesa de diálogo con todos los actores de la cadena y pagar el 100 por ciento de la leche que obligaron a tirar. A cambio, los tamberos levantarán los bloqueos de las fábricas y lo mismo harán los trabajadores de Atilra con la huelga que había comenzado ayer. El precio de la leche en julio será igual al que se pagó en junio. En el mismo plenario, los industriales prometieron no iniciar acciones legales contra quienes llevaron adelante el bloqueo de las fábricas.

El acuerdo fue logrado en una intensa jornada desarrollada en la Secretaria de Comercio Interior de la Nación con la participación de funcionarios de esa cartera, de la Subsecretaria de Lechería y del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, representantes de Apla, Atilra, Atlara y otras entidades de productores.

"No logramos todo lo que queríamos, que era retrotraer el valor al mes de mayo, pero evitamos que no bajen entre 30 y 40 centavos más por litro, que es lo que iba a aplicar la industria si nos hubiésemos quedado sin hacer nada", dijo el vicepresidente de la Asociación de Productores Lecheros (Apla), Juan Manuel Otero.

"Lo más importante es que logramos que los industriales acepten el diálogo con todos los actores de la cadena láctea, donde también queremos sumar a la comercialización para lograr una lechería sustentable para todos. Dimos un paso histórico. Demostramos que unidos podemos defender a la lechería nacional, así que esperamos que a partir del martes comencemos a transitar un nuevo camino, que va a ser largo, pero no tengo dudas que fructífero" agregó.

Los bloqueos habían comenzado el lunes en la planta de la multinacional canadiense Saputo, en Rafaela, que produce la marca La Paulina. Y el martes y miércoles se extendieron a las fábricas de Williner (en Bella Italia), Milkaut (en Franck) y Verónica (en la localidad de Lehmann), entre otras.

La respuesta de los directivos de Saputo fue no recolectar la leche de los tambos y no recibirla en la planta. Una decisión que acorraló aún más a los tamberos que tienen una capacidad muy limitada de almacenaje y los empujó a la peor de las situaciones: el derrame de la leche. Entre Saputo y Williner dejaron de recolectar 4 millones y medio de litros de leche por día, lo que significa más de 15 millones de pesos. Según distintas fuentes, los tamberos se veían obligados a tirar unos 300 mil litros diarios en la zona rural de Rafaela, Sunchales, Palacios y Tacural. La Mesa de Productores de Leche de Santa Fe dijo que había un millón y medio de litros en riesgo de ser derramados esta semana. Y eso es lo que se evitó con el acuerdo.