El gobernador Miguel Lifschitz le pidió al ministro de Energía de la Nación, Juan José Aranguren, una alternativa al abrupto incremento de las tarifas eléctricas para la industria y el comercio, y le dejó una propuesta para financiar el aumento con un pago desdoblado y en una escala progresiva. El funcionario macrista quedó en contestarle la semana próxima.

"Planteamos la necesidad de amortiguar el traslado del incremento de tarifas, por cómo esto afecta al empleo en Santa Fe. Pedimos que el gobierno nacional, a través de la mayorista Cammesa, nos permita generar un financaimiento que posibilite un desdoblamiento del pago del incremento tarifario, pensando en hacer más progresivo el impacto sobre la industria y el comercio, sobre todo donde hay fuentes de trabajo comprometidas", dijo Verónica Geese, secretaria de Energía provincial, y una de las que acompañó a Lifschitz, además del ministro de Producción, Luis Contigiani, el presidente de la EPE, Raúl Stival.

La delegación santafesina le advirtió a Aranguren que esta medida "puede afectar el tejido social y productivo, donde hay pymes distribuidas en localidades en todo el territorio. Queremos repartir esfuerzos para evitar despidos y conflictos", dijo Geese al término de la reunión celebrada anoche en la sede ministerial, en Buenos Aires.

"El ministro entendió el planteo y nos pidió hasta la semana que viene para darnos una respuesta, después de un viaje que tiene con el presidente al exterior", cerró. Y allí anunció que la EPE ampliará el universo de beneficiarios de la tarifa social a 133 mil nuevos clientes residenciales. "Uno de cada tres tendrá beneficios en su próxima factura", trató de compensar Geese. Es decir, conservarán el subsidio nacional en los primeros 150 kilovatios.

Lifschitz llevó el planteo ante el gobierno nacional, a caballo de un escenario de preocupación real y general desde la industria, el comercio y los consumidores. Las boletas de la EPE sobre lo consumido en febrero llegaron a fábricas y grandes comercios con el reflejo del recorte de subsidios dispuesto por el gobierno nacional sobre el precio comercializado por Cammesa, lo que elevó esa tarifa por encima del 300 por ciento.

"Esto podrá tener un fuerte impacto en la economía de la provincia por el aumento de costos que experimentarán todas las actividades, dado que la energía eléctrica es un insumo clave", vaticina un informe del Centro de Estudios Económicos Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso).

La comitiva santafesina incluyó, además del planteo por el tarifazo de energía, los aumentos que ya se sabe que vendrán en mayo y en junio, entre los cuales también será alcanzado la provisión de gas. Se estima que en este caso el incremento de precio llegue al 200 por ciento.

Geese planteó la conveniencia de que la actualización tarifaria se hubiera realizado de forma gradual y no de esta manera abrupta.

Por otra parte, los clientes de cooperativas eléctricas, como en el caso de Villa Gobernador Gálvez y en Venado Tuerto, ya acusan malestar por el incremento percibido. En toda la Bota hay 63 cooperativas que no tienen chance de morigerar el precio de la energía que les provee la EPE desde el Mercado Eléctrico Mayorista.

El think thank de economistas Ceso cuestionó con dureza la medida de Macri por sus previsibles consecuencias. "El incremento de la luz dinamizará el rebrote inflacionario que se viene dando desde fines de noviembre, y pone en riesgo miles de puestos de trabajos por el incremento de costos que afrontan la industria y el comercio, sumadas a la caída de las ventas y en la actividad que se vienen observando", señalaron en un informe de hace diez días.

"La quita de subsidios se tradujo en un aumento del 350% en promedio del costo del kilowatt para la industria. Y muchas empresas no pueden trasladar este incremento de costos porque son eslabones de una cadena en la que no determinan las condiciones de venta. Si pueden hacerlo, trasladan a precio y alimentan la inflación", advierten los expertos. Resultado inmediato: pérdida de competitividad y fuentes de empleo en riesgo.

El dossier expone que los comercios santafesinos recibieron en estos días facturas con aumentos del 100% en promedio respecto del bimestre anterior. Y comparadas con las de noviembre -cuando aún la EPE no había aumentado 27% su tarifa y el recorte de subsidios nacionales no se había aplicado- el incremento va del 200 al 300%. "No hubo factores económicos que expliquen un aumento tan fuerte", condenan.

Y rematan con ejemplos concretos: el kiosco de la zona sur de Rosario que debía vender 160 porrones de cerveza al mes para pagar la boleta, y ahora tendrá que vender 344; el restaurante sanlorencino que necesita vender 226 menúes para cubrir su factura de luz cuando antes le alcanzaba con 109 menúes.