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La Comisión Nacional de Emergencias y Desastres Agropecuarios solicitó al ministro de Agroindustria de la Nación, Ricardo Buryaile que las provincias de Corrientes, La Pampa, Jujuy, Mendoza y Neuquén sean declaradas en emergencia agropecuaria. El motivo radica en los graves daños que sufrieron los campos de esas provincias debido a las lluvias en lo que va del año. En lo que va del año, la Comisión ha recomendado la declaración de emergencia para las provincias de La Rioja, Corrientes, Chaco, Entre Ríos, Córdoba, Santa Fe, Formosa, Río Negro, Mendoza y Catamarca.

"Es fundamental la coordinación y el consenso con el que estamos trabajando en la Comisión, porque mientras más pronto podamos elevar las recomendaciones, más rápido le llegará la ayuda a los productores damnificados", afirmó el secretario de Coordinación y Desarrollo Territorial, Santiago Hardie.

"El ministro de Agroindustria ha decidido aceptar la sugerencia en cada uno de los casos expuestos", destacó esa cartera, en un comunicado. Para Hardie, es fundamental "ir hacia un sistema de prevención, poder anticiparse a los eventos con herramientas que permitan tomar medidas antes de que sucedan las emergencias climáticas".

La provincia de Santa Fe había calculado sus pérdidas por el desastre hídrico, en más de 2.500 millones de dólares. Sin embargo, la ayuda nacional no pasó de los 50 millones de pesos, cuando el gobierno de Miguel Lifschitz ya ha calculado invertir más de 800 millones de pesos en infraestructura para recomponer sobre todo los caminos rurales.

El escaso aporte del gobierno de Mauricio Macri llegó después de las protestas del gobernador socialista que reclamaba que no era "necesaria al asistencia a los inundados, de eso nos encargamos muy bien nosotros", repetía e insistía en la necesidad de que la Nación tomara medidas concretas "destinadas a recomponer la infraestructura para la agricultura", señaába Lifschitz cada vez que podía.