Desde Santa Fe

El presidente de la UCR, Felipe Michlig y su segundo, Juan Carlos Millet se atrincheraron ayer en la Casa Radical, donde destituyeron a la junta electoral de su partido que había anulado las elecciones internas del 18 de marzo y la reemplazaron por otra junta de facto. En el comunicado Nº 1, el dúo Michlig-Millet (conocido como grupo Mimí) desmintió la anulación de la interna y ratificó el cierre de listas de candidatos que vence esta noche, a las 21. El manotazo detonó una escalada de tensión política: a la mañana, el presidente de la junta, Carlos Cartas, fue obligado a abandonar su oficina en la sede partidaria por la fuerza. "Me corrieron con la policía", ironizó el ex senador por San Cristóbal. Pero el clima se hizo más pesado al mediodía cuando los destituidos volvieron a la sede radical con una escribana pública para rechazar su cesantía: se reunieron con los Mimí, pero el encuentro terminó en una discusión acalorada y en un forcejeo con uno de los despedidos, Marcelo Aufranc, a quien Michlig y Millet le impidieron abrir una puerta para que pudiera entrar el vicepresidente de la UCR, Carlos Fascendini, que había quedado afuera. Aufranc dijo que no llegaron a pegarle pero acusó al ex diputado Changui Cáceres por un empujón y a Michlig por un abrazo del oso. "Este es un golpe institucional. Un acto de violencia que no estamos dispuestos a tolerar", advirtió Fascendini. Los frentistas respondieron con dos hechos políticos: lograron reunir a 33 convencionales sobre 60 -en un hotel de la vereda de enfrente porque Michilg les impidió utilizar la Casa Radical-, lo que les aseguran la mayoría de la convención para apoyar la fórmula Binner-Tessio. Y constituyeron el plenario del comité provincial que ratificó la anulación de la interna del 18 de marzo. Ahora la trama seguirá en la justicia.

La mañana comenzó acalorada, a pesar del viento frío, cuando dos miembros de la junta electoral: el presidente, Carlos Cartas y Alejandro Lafranchi, se anoticiaron que habían sido removidos de su cargo -junto con sus colegas- y los echaron con la policía. "Estamos ante a un golpe institucional", denunció Fascendini, en una conferencia de prensa que los frentistas convocaron en el hotel de enfrente "porque Michlig nos impidió utilizar el salón de nuestro partido", dijo.

"Expresamos nuestro profundo rechazo a este golpe contra la junta electoral que se ha producido hace pocos minutos. Los integrantes de la junta concurrieron a la sede partidaria para hacerse cargo de sus funciones, pero se le impidió ocupar la oficina y se los hizo retirar con la policía. Desde ya manifestamos nuestro enérgico repudio y haremos las acciones pertinentes para retornar a la normalidad institucional que se encuentra resquebrajada por la pura responsabilidad del presidente del partido", acusó Fascendini.

-¿Por qué habla de un golpe? -preguntó Rosario/12.

-Acá hay una actitud autoritaria del presidente del partido que no se condice con las tradiciones democráticas de la UCR ni con la necesidad de diálogo ante una situación de conflicto. Hablo de golpe institucional porque la junta electoral fue elegida por el voto directo de los afiliados, no se trata de un cuerpo designado por el comité provincial ni por la convención, es un cuerpo autónomo elegido por los afiliados y por lo tanto ninguno de los otros cuerpos tienen facultades para destituirlo y menos aún para impedir el acceso a sus dependencias. Michlig no tiene facultades para destituir a la junta electoral, la Carta Orgánica no prevé semejante situación. Por eso denunciamos un golpe institucional, y cuando los echan con la policía es un acto de violencia que no estamos dispuestos a tolerar -contestó Fascendini.

Al mediodía, tres miembros de la junta electoral -Cartas, Aufranc y Lafranchi- se cruzaron hasta la Casa Radical, acompañados por la escribana Claudia Alemandi, para notificar a los Mimí su rechazo a la destitución. Los acompañó un grupo grande de radicales frentistas. Y lograron reunirse con Michlig, Millet y Changui Cáceres, en una oficina de la planta baja. Pero la puerta se cerró en las narices de Fascendini. "¡Abran que yo también soy vicepresidente del partido, igual que éste", gritó el legislador, en obvia referencia a Millet. Otro se sumó a la queja: "¡Abran que somos de acá!", pidió a los gritos. La protesta siguió con aplausos hasta que un bromista se descolgó con la suya: "¡Abrime, que soy Obeid!", gritó el hombre. Una carcajada aflojó la tensión.

La escalera ya estaba poblada por algunos partidarios de Michlig y Millet que miraban desde arriba, entre ellos el intendente de Avellaneda, Orfilio Marcón. Un remolino adentro de la reunión y unas cortinas que cayeron al suelo, volvieron a encender la mecha. Fascendini reaccionó: "¡Abran la puerta!". Otros comenzaron a golpear con más fuerza sobre los vidrios. "¡Caraduras!". Desde arriba llovieron algunos insultos y una acusación: "¡Fascendini, te vendiste al socialismo!". La puerta permaneció cerrada.

Mas tarde, Aufranc explicó el incidente, él había intentado salir de la reunión, pero Michilg, Millet y Changui se lo impidieron.

-¿Le pegaron? -le preguntó un colega.

-Mire, yo intenté salir y hubo un forcejeo porque me impidieron hacerlo. Eso es lo que se vio cuando se cayó la cortina.

-¿Quién forcejeó con usted?

-El presidente del partido y otros miembros de la mesa me impidieron que yo saliera de la reunión.

Fascendini dijo que la recuperación del cauce institucional "es una cuestión de tiempo. Y esto de recurrir a la justicia (para suspender la convención) ha sido una maniobra para impedir que la mayoría de nuestro partido se exprese libremente y que se reencauce la situación institucional. Y esta mayoría va a ratificar la voluntad de la UCR de integrar el Frente Progresista y apoyar la fórmula Binner-Tessio"

-¿Hasta dónde llega esta escalada? -preguntó este diario.

-En democracia gobiernan las mayorías y las minorías deben aceptar esa decisión de la mayoría. Así funcionan las instituciones. Hoy nosotros demostramos que tenemos la mayoría de los dos cuerpos que gobiernan la UCR: la convención y el plenario del comité provincial.