El Padre José Guntern, testigo clave en el caso que desembocó en la renuncia del ex arzobispo de Santa Fe, monseñor Edgardo Storni, falleció ayer a los 86 años como consecuencia de una dolencia de larga data.

El sacerdote falleció ayer alrededor de las 8.30 en su casa de Pasaje Roldán al 5200, de la ciudad de Santa Fe, donde vivía desde hacia bastante tiempo. Su estado de salud se complicó con una hemorragia digestiva padecida hace dos semanas, que obligó a su internación. "Murió como quedándose dormido", señalaron las mujeres que asistían.

El diácono Aldo Ducrano señaló que sus restos son velados en la Parroquia San Roque. Hoy por la tarde, alrededor de las 15, se realizará la misa de exequias presidida por el actual arzobispo de Santa Fe, monseñor José María Arancedo y a las 16, el cuerpo será trasladado al Cementerio Municipal para su inhumación.

Nacido en Villa San José, cerca de Rafaela, el 16 de mayo de 1920, Guntern ingresó en el seminario Nuestra Señora de Guadalupe el 27 de febrero de 1933 donde se consagró sacerdote en 1944.

Como se recordará, en 2002, Storni fue denunciado ante la Justicia por el entonces seminarista Rubén Descalzo, quien aseguró que diez años antes el arzobispo lo había citado y, aprovechando que estaba triste por la muerte de su madre, lo besó. Por este escándalo -que fue anticipado por Rosario/12 en su momento-, Storni renunció a su cargo el 21 de septiembre de 2002 ante el Papa Juan Pablo II.

Enterado de este espisodio, Guntern le escribió una carta a Storni, donde le señalaba: "Esta no es una carta, sino una confidencia de amigo. Tuviste un serio desliz que afectó a un grupo en plena formación espiritual y humana. No te juzgo ni te condeno, no me corresponde. Sí te sugiero que reflexiones en Cristo y tomes conciencia de la gravedad de tus actos". Algunos días después, Guntern fue citado a concurrir al Arzobispado santafesino y presionado para que se retractara públicamente del contenido del texto.