Viernes, 11 de mayo de 2007 | Hoy
Asaltos y crímenes jaquean a la ciudad capital. Por la mañana, protestó la comunidad educativa de una escuela, por la noche, las Madres del Dolor.
Los santafesinos se movilizaron ayer hasta la Casa Gris ante la crisis de inseguridad que jaquea a la capital de la provincia. Fueron dos marchas distintas, pero con un mismo objetivo: reclamar al gobierno de Jorge Obeid ante la ola de asaltos y crímenes que jaquea a la ciudad: siete muertos en los primeros días de mayo y 43 en lo que va del año: un asesinato cada 72 horas. A la mañana, se movilizaron los padres, docentes y alumnos de la escuela 1234 Luis Ravera, un enclave en el cordón de pobreza que esta semana suspendió las clases dos días porque los padres se negaron a enviar a sus hijos. Y a la noche, marcharon en silencio y con velas encendidas las Madres del Dolor de Santa Fe y los familiares de víctimas de la inseguridad que en las últimas horas recibieron una carta de apoyo del ingeniero Juan Carlos Blumberg y la adhesión de las Madres del Dolor de Buenos Aires. Para bajar la tensión social, el gobierno convocó a las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) y a efectivos de la Policía Rural Los Pumas para reforzar la vigilancia y el patrullaje en las zonas rojas.
Los carteles de marcha de madres, docentes y alumnos de la escuela 1234 Luis Ravera sintetizaron la demanda: "Seguridad para nuestros hijos", se podía leer en uno de ellos. "Trabajar sin temor", agregaba el otro. Los portaban cuatro chicos.
A principios de semana, una asamblea de padres de la escuela decidió no enviar sus hijos a clases el martes y miércoles, hartos de la ola de robos y asaltos que padecen los chicos y docentes y movilizarse ayer hasta la Casa Gris, donde pretendían reunirse con el ministro de Gobierno, Roberto Rosúa, pero éste no estaba, así que los atendió su secretaria privada.
El detonante de la suspensión de clases fue un asalto que sufrió el viernes última una maestra de la escuela, a plena luz del día, cuando esperaba un colectivo de la línea 15, en la esquina de la plaza del barrio. La docente fue abordada por un joven que para sacarle el teléfono celular del bolsillo del guardapolvo la arrastró varios metros y le provocó varias heridas ante la atónita mirada de alumnos, otros docentes y vecinos del barrio que nada pudieron hacer para detener al arrebatador.
Ayer, los padres y docentes estaban tensos y preocupados, por los crímenes de las últimas horas. Uno de ellos en las cercanías de la escuela: un chico de 16 años fue ejecutado de dos balazos calibre 22, a las tres de la tarde, en el barrio San Agustín II, manzana 17. Los socorristas del servicio de emergencia municipal intentaron salvarle la vida, pero el pibe murió en la calle. La escena se tornó dramática cuando familiares del asesinado intentaron arrebatar el cuerpo a la policía asegurando que estaba vivo, lo que fue negado por los especialistas que intentaron contener a los dolientes. En el lugar quedó mal herido otro menor de 17 años.
Casi a la misma hora, en el barrio Estrada Norte, una mujer de 30 años recibió una puñalada mortal cuando resistió el robo de su cartera. El chico de 16 y la joven de 30 se convirtieron en las víctimas fatales 42 y 43 en lo que va del año.
La suspensión de clases en la escuela Ravena enojó a la ministra de Educación, Adriana Cantero. "Y bueno, a lo mejor ella tendría que interiorizarse un poco más de lo que nos pasa", le contestó ayer la directora del establecimiento, María Elena Machado. "Nosotros la invitamos para los 25 años de la escuela, que fue un acontecimiento lindo y afectivo, pero ni ella ni el señor gobernador pudieron concurrir a la escuela, sí la directora de la Regional IV y nuestra supervisora que siempre están con nosotros. A lo mejor, a la señora ministra le faltan elementos, ella es de Rosario. Además, cree que yo quise que arbitrariamente se levanten las clases y no es así, porque el problema es de los docentes y los no docentes, pero también es porque los chicos corren peligros y le sustraen cosas. Entonces, la iniciativa fue de los padres", agregó Machado.
A la noche se movilizaron los familiares de las víctimas de la inseguridad encabezados por las Madres del Dolor de Santa Fe. El punto de encuentro fue la plaza del Soldado, en el microcentro y desde allí marcharon hasta la Casa de Gobierno y la Legislatura. Las madres habían invitado a Blumberg para que las acompañe, pero éste les envió una carta de apoyo y ayer criticó por radio al gobierno y a la justicia santafesina por la ola de inseguridad que jaquea a Santa Fe.
Blumberg dijo que recibió a Nilda Gómez, la madre de Hernán Bouvier, un joven asesinado a principios de enero, y le manifestó su apoyo. "Uno se siente muy triste cuando jueces como (José Manuel) García Porta dice que el caso (de Bouvier) está aclarado. ¿Cómo puede estar aclarado si hay delincuentes que están libres, con faltas de méritos los mayores que estaban de campana afuera y los menores después se fugan de un instituto abierto?", se preguntó por LT10.
"Las cosas que pasan en Santa Fe son muy graves. Ya hay más de 40 muertes que son víctimas del delito. Esto es muy grave. Se hace muy poco sobre esto", agregó Blumberg. "El Estado tiene la obligación de cuidar y proteger al ciudadano. El que tiene que actuar es el poder político, para formar una policía profesional. Y la pata de la Justicia, que tiene que actuar rápidamente. Si estos tres componentes no actúan correctamente, la cosa no funciona".
Las Madres del Dolor de Buenos Aires también se adhirieron a la marcha. "Si no marchamos nos pasan por encima y no se toma conciencia. La memoria es lo único que nos va a salvar porque en este país los padres enterramos a los hijos. Nos matan a nuestros hijos y la justicia está ausente. No hay voluntad política para que esto cambie", dijo Nora Iglesias, madre de Marcela Iglesias, la chica de 6 años que murió en febrero de 1996 cuando se le cayó encima una escultura de hierro en el Paseo de la Infanta, en Capital Federal.
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