Una escuela de Alto Verde, un distrito costero a cinco minutos del centro de Santa Fe, enseña a sus alumnos ﷓desde los más chiquitos de seis años hasta los más grandes﷓ qué deben hacer ante las balaceras que azotan al barrio. "Cuando hay tiroteos, no salimos de la casa. Nos metemos debajo de la cama. Vamos gateando, llamamos a los hermanos y esperamos que un mayor nos diga que terminó y que no hay peligro", dice un cartel que está colgado en la mayoría de las aulas de la escuela Nº 95 Simón de Iriondo de Alto Verde, el pago que Horacio Guarany inmortalizó en su cancionero popular. "Es terrible, pero esa la realidad", dijo una de las docentes del establecimiento, Olga Arancibia.

La escuela Simón de Iriondo tiene 660 alumnos y está emplazada en la manzana 2 de Alto Verde, uno de los barrios santafesinos asolados por la ola de violencia y crímenes. "Los tiroteos son algo habitual en Alto Verde. Y así, como tratamos de que los chicos aprendan tantas cosas en la escuela, nos parece muy importante que también sepan como manejarse en este tipo de situaciones", dijo la maestra. Santa Fe es una ciudad armada, donde la ola de homicidios sumó este fin de semana otros dos muertos y llegó a 68 en lo que va del año. El manual de supervivencia infantil ganó amplia repercusión en los medios locales cuando una cronista de LT10, Gisela Vallone, llegó hasta la escuela de Alto Verde para contar el regreso a clases en una escuela sin calefacción y con temperaturas bajo cero. Encontró lo que fue a buscar: chicos y docentes emponchados, titiritando, a merced del frío. Pero se topó también con otra realidad hiriente: un cartel que enseña a los pibes a proteger y defender su vida. "Cuando hay tiroteos, no salimos de la casa. Nos metemos debajo de la cama. Vamos gateando, llamamos a los hermanos y esperamos que un mayor nos diga que terminó y que no hay peligro". El objetivo es crear conciencia en los chicos de la necesidad de permanecer ajeno a los hechos de violencia que se suceden a diario y evitar ser alcanzados por un disparo.

"Suena increíble, pero esa es la realidad", dijo Arancibia. "Los tiroteos son algo habitual en Alto Verde. Y bueno, así como tratamos que los chicos aprendan tantas cosas en la escuela, nos parece muy importante que sepan como manejarse en estos casos. Porque suele sucedernos que hay tiroteos a la entrada o la salida de la escuela. Y a pesar de que ellos son chiquitos, consideramos importantísimo que sepan como manejarse en una situación de ese tipo", agregó.

-Pero si uno lo piensa es una locura. Estamos en una escuela -insistió la colega, sin salir de la sorpresa.

-Es terrible, pero es la realidad ﷓contestó la maestra. "En el aula trabajamos mucho el tema de la inseguridad. No sólo está el cartel. Es algo que charlamos y conversamos continuamente con los chicos y tratamos que el mensaje sea claro. No sólo está el cartel para que se vea. Por ejemplo, los más chiquitos de primer grado todavía no saben leer solos, pero ellos saben para qué está el cartel, para que les recuerde claramente cómo actuar en una situación de ese tipo. Es algo que se ha trabajado mucho en la escuela y que lo seguimos trabajando".

-¿El cartel está en todas las aulas?

-Sí. Todos los docentes de Alto Verde tratamos de todas las formas posibles de llamar la atención al gobierno de la provincia para ver cómo nos responde ante este problema de la inseguridad. Pero hasta ahora no hemos conseguido absolutamente nada. No tenemos ningún tipo de respuestas. Incluso, nos habían prometido que iba a haber una brigada (con expertos en materia de seguridad) que venía desde el Ministerio de Educación y que nos iban a asignar un agente de la Policía que estuviera de custodia en la escuela, en el horario de trabajo. Pero, en realidad, esto fue una promesa que nunca se cumplió. Y bueno, nos manejamos como podemos ﷓explicó Arancibia.

-¿Qué edad tienen los más chicos de la escuela?

-Seis años.