Lunes, 13 de agosto de 2007 | Hoy
SANTA FE › ENTREVISTA A ALEJANDRO FRANGANILLO, JEFE DE LA DIVISION DROGAS PELIGROSAS
Con 52 años de edad y 30 de servicio en la policía, Franganillo se define como un "comisario de frontera", siempre destinado a las seccionales de los bordes de la ciudad. Hoy asumirá su cargo y promete que "todo lugar donde se comercialice droga, confitería o quiosco, será un objetivo".
Por Guillermo Lanfranco
Por primera vez, un jefe de la División Drogas Peligrosas llega a su cargo con el aval de la justicia. En particular, con el de la jueza federal Laura Inés Cosidoy, devenida en símbolo de la lucha contra la complicidad narco-policial. El comisario Alejandro Franganillo tiene poco más de tres meses -lo mismo que le queda de mandato a Jorge Obeid- para confirmar su fama de "oveja negra" en una fuerza policial cruzada por sospechas -y muchas certezas- de corrupción. Preocupado por señalar lo limitado de su patrimonio -"vivo en la casa de mi madre en Granadero Baigorria, comprada hace 32 años con un crédito del Banco Hipotecario, si me hecha no sé dónde voy"-, con 52 años de edad y 30 de servicio, Franganillo se define como un "comisario de frontera", siempre destinado a las seccionales de los bordes de la ciudad. Hoy asumirá su cargo y promete que "todo lugar donde se comercialice droga, confitería o quiosco, será un objetivo". Prefiere no opinar sobre la despenalización del consumo de marihuana, aunque promete que no va a centrar su trabajo en los consumidores sino en "la contraofensiva contra los narcotraficantes".
-Usted dijo que hay que encarar una "cruzada" contra la droga, ¿cómo es eso?
-El gobernador Obeid está muy preocupado y ordenó usar todos los medios, dentro del marco de la ley, para encarar una contraofensiva total contra el narcotráfico, utilizando todos los medios y los recursos humanos que tenemos a nuestro alcance. Lo fundamental de esa palabra es trabajo, trabajo y trabajo... es todos los días trabajo. ¿Cómo se hace?, con un verdadero trabajo de inteligencia criminal, tratando de determinar lugares, siempre con conocimiento de la justicia, trabajando al lado de ella y recibiendo sus órdenes para cada procedimiento. Así se van a lograr resultados.
-Muchas veces en la lucha contra el narcotráfico se termina metiendo preso al consumidor y no al distribuidor, ¿usted está de acuerdo con esa política?
-Nosotros estamos en un estado de derecho y somos conscientes que a la ley hay que respetarla. La persona que consume sabe que es algo de su privacidad, pero también la droga enferma, y la persona que consume está enferma. Pero nosotros vamos a apuntar a quienes comercializan drogas.
-¿Usted está de acuerdo con la despenalización del consumo de marihuana?
-Yo mucho no voy a incursionar en ese tema. Eso mejor lo dejaría para los legisladores, que son los representantes del pueblo. Pero nosotros apuntamos a las personas que distribuyen, que están comercializando. A mi no me interesa una persona que está fumando un cigarrillo de marihuana, pero la ley en estos momentos a eso lo prohíbe y yo no puedo ir en contra de la ley. Pero no voy a centrar mi trabajo en eso, porque la orden del gobernador es encarar una contraofensiva contra el narcotraficante, contra gente que comercializa droga, ¿me entiende? A personas que están enfermas, no.
-Muchas veces no se trata de gente enferma, como usted dice, sino de alguien que nada más toma la decisión personal de fumar un cigarillo de marihuana. Y solo por eso, ya está en riesgo de ser penado por la ley.
-Está bien, pero usted sabe que eso en estos momentos está penado, y nosotros vamos a ser respetuosos de las leyes.
-¿Su designación salió gracias al aval que le dio la juez federal Laura Cosidoy?
-Una de las razones por las cuales yo acepté fue porque la doctora me dio el aval. Ella tiene 37 años en el Poder Judicial, primero fue defensora, fiscal, jueza y ahora está en el tribunal de alzada. Tiene una vasta experiencia en el tema del narcotráfico. Ya estuvo reunido con el jefe de Inteligencia y con el jefe de la Brigada Operativa de Drogas Peligrosas, y vamos a estar en contacto continuamente con los jueces federales para darles cuenta de nuestras investigaciones y que a su vez nos indiquen qué esperan ellos de cada investigación.
-La misma doctora Cosidoy dijo que si hay narcotráfico es gracias a la complicidad de los policías que deben combatirlo, ¿se puede desarmar esa connivencia entre crimen y uniformados?
-Es sencilllo. Cuando detectemos personal policial involucrado, de inmediato le daremos cuenta a la justicia. Y hay una dirección de Asuntos internos en la policía, que monitorea y controla todo tipo de anomalías.
-¿No va a haber contemplaciones con los uniformados, como la misma doctora Cosidoy denunció?
-Conmigo no va a haber ningún tipo de contemplación. El lunes voy a tener una reunión con el personal y voy a transmitir las órdenes que me dio el gobernador y deben cumplirse. Voy a trabajar con la gente que tengo, y las cosas tienen que ser claras. Cuando el personal entiende la forma de trabajar de uno, se tiene que adaptar, y sino el que no se adapte tendrá que dar un paso al costado. Claro que en un mes o dos no vamos a erradicar el narcotráfico. Sí vamos a trabajar, a demostrarles a la sociedad y a los jueces que lo estamos haciendo.
-La justicia federal identificó en su momento bares y boliches donde se distribuía drogas, mientras la policía se hacía la desentendida. ¿Usted va a incursionar en esos sectores?
-Para mi son todos objetivos, todo lugar donde se comercialicen estupefacientes, es un objetivo. Puede ser una confitería, puede ser una persona que está parada a dos cuadras de una escuela, puede ser una casa, un quiosco, todos son objetivos. Y nosotros vamos a actuar.
-Cuando usted estaba en la Unidad Regional de Villa Constitución, presentó un informe a la justicia por un caso de narcotráfico y lo relevaron del cargo.
-Yo hice un escrito oficial al juzgado del doctor Sutter Schneider, informando que iniciaba una investigación a una persona por consumo y tráfico de estupefacientes. A los 20 días salió una resolución de la jefatura de policía de la provincia donde se me pasaba a disponibilidad por 180 días, no por irregularidades administrativas o judiciales, sino por una facultad que tiene la jefatura para hacer eso.
-¿Usted vincula el pase a disponibilidad por ese informe sobre un caso de narcotráfico?
-Si yo tuviera la certeza de que realmente me sacaron de Villa Constitución por esa razón, hubiera recurrido a la justicia.
-En su nuevo cargo puede sufrir presiones, porque estamos hablando de bandas que manejan mucho dinero.
-El gobernador me dio todas las garantías y yo no voy a aceptar ni presiones ni ordenes improcedentes de nadie. De no ser así, daré un paso al costado.
-La defensora oficial Matilde Bruera dijo que a la justicia nunca llega a los verdaderos narcotraficantes.
-La justicia federal tiene muchas condenas de verdaderos narcotraficantes. Yo he hecho más de 40 procedimientos y dsembocaron en condenas.
-¿Entonces es posible que caigan los peces gordos vinculados al tráfico?
-Yo le apunto tanto a los punteros como a los distribuidores en gran escala, porque si yo logro atrapar a éste, puedo lograr que estén cerrando quince o veinte puntos de venta de droga.
-¿Puede darse en Rosario una guerra de bandas de narcos al estilo de la que ya se está viendo en la ciudad de Buenos Aires?
-Aquí todavía no se ve, pero si no trabajamos, puede suceder. Yo ya he visto fracciones que combatieron entre ellas, como en barrio Las Flores. Esa es una preocupación de la doctora Cosidoy, con el ejemplo de los barones de la droga que combaten en otros países como Brasil. Eso por suerte no existe en nuestra zona.
-¿La permanencia en su cargo está atada a la gestión de Obeid que termina el 10 de diciembre?
-Yo me comprometí con el ingeniero Obeid y con la doctora Cosidoy. Cuando se vaya Obeid, las nuevas autoridades evaluarán mi tarea y, si así lo disponen, volveré a la vida civil.
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