1 ARSENAL: Cuenca; Gandolfi, Mosquera, Matellán, Cristian Díaz; Carrera, San Martín, Yacuzzi; Raymonda, Gómez; Calderón. DT: Gustavo Alfaro.

0 CENTRAL: Alvarez; Costa, Raldes, Azconzábal, Martín García; Messera, Borzani, Ledesma, Papa; Belloso, Zelaya. DT: Hugo Galloni.

Gol:ST: 39m Calderón (A).

Cambios: ST: 17m Andrizzi por Yacuzzi (A), 18m Biagini por Raymonda (A), 20m Espinoza por Messera y Vizcarra por Belloso (C), 23m Villar por Gómez (A) y 26m Damián Díaz por Zelaya (C).

Arbitro: Néstor Pitana

Cancha: Arsenal

La llegada de Hugo Galloni a la dirección técnica de Central sólo produjo cambios del orden administrativo. Porque en cuanto a fútbol se trata, el equipo sumó una nueva derrota y desarrolló un nivel de juego similar al que se vio en los últimos partidos conducidos por Carlos Ischia. Y es por eso que de nada sirve explicar la injusta victoria que se llevó Arsenal, con un golazo de cabeza de José Luis Calderón sobre el cierre del encuentro.

La supremacía de volantes defensivos, junto a las imprecisiones del poco talento desparramado en cancha, hicieron de la primera parte un muy mal partido, donde prevaleció el roce y la marca, y las opciones de gol quedaron reducidas a confusas maniobras.

En el local defeccionó la intención de asociación creativa que podían componer Raymonda y Gómez. No sólo que no hubo vínculo entre ellos y la pelota, sino que además en el aspecto individual ninguno pudo evadirse de la confusión generalizada con algún pase certero o una corrida.

A esto, los conocidos problemas de Central, que soportó a un Belloso sin productividad en el juego y un Zelaya entregando la pelota al rival en cada oportunidad que lo buscaron sus compañeros. Apenas una efímera participación de Messera y alguna que otra corrida de Costa despertando la atención de los hinchas.

Sin Damián Díaz (Galloni lo puso en el banco) y con Costa moviéndose en la defensa, los canayas acusaron serios problemas para generar alguna acción de riesgo en el área de Arsenal. De hecho, sólo un tiro libre de Messera que cruzó todo el área sin que nadie la empuje, fue la única maniobra que le hizo abrir los ojos a Cuenca.

Arsenal pudo hacer algo un poco interesante. Fue cuando Calderón recibió la pelota dentro del área, tocó atrás y dejó a Gómez frente al arco, quien al definir a la carrera tiró la pelota por sobre el travesaño. Nada más queda por contarse en los primeros 45 minutos.

La pelota siguió maltratada en el segundo tiempo. Pero a diferencia del primero, los jugadores tuvieron más decisión cuando debieron pensar en jugar en campo rival. Fue así como los arqueros debieron aparecer en escena. El primero en ganar protagonismo fue Cuenca, que vio cómo un esfuerzo extraordinario de Mosquera le impidió a Zelaya anotar el primero, tras recibir una precisa asistencia vertical de Ledesma, ejecutada desde mitad de cancha.

Después de que se atreviera el canaya lo hizo Arsenal, que dejó a Yacuzzi sacando un fuerte zurdazo ante Alvarez, que puso sus manos para desviar el balón. El defensor devenido en volante quedó en posición de gol gracias a un toque de primera de Calderón, quien descargó corto y rápido para descolocar a Raldes cuando dio el paso al frente para cerrar.

Pasado el primer cuarto de hora Alfaro comenzó a pensar en el partido con River por la Sudamericana y sacó de la cancha a sus mejores jugadores (Yacuzzi y Raymonda), mientras que Galloni puso a Vizcarra y utilizó otra variante para meter un defensor (Espinoza) y permitir así la aparición de Costa como volante. Y minutos más tarde el entrenador interino acudió a Damián Díaz, en procura de elevar el nivel del juego ofensivo.

Pero ninguna de las especulaciones tácticas imaginadas por los entrenadores se plasmó en el campo de juego. Es que jamás Alfaro pudo haber pensado que Calderón, a seis del final, le diera la victoria con un cabezazo al segundo palo ejecutado pisando casi la línea del fondo, tras ganar por arriba un tiro libre que parecía que se perdía por detrás. Es así como Central sigue sin poder vencer a Arsenal en su cancha (5 derrotas y 1 empate). Pero no se trata de una conjura que conspira contra los auriazules. Alcanza con recordar que el equipo ganó sólo un partido en el torneo.