1 Central: Alvarez; Espinoza, Ledesma, Raldes, Imperialle; Costa, Borzani, Papa; Damián Díaz, Messera; Arzuaga. DT: Hugo Galloni.

4 Lanús: Bossio; Rodolfo Graieb, Ribonetto, Hoyos, Velázquez; Blanco, Pelletieri, Fritzler, Valeri; Acosta, Sand. DT: Ramón Cabrero.

Goles: PT: 42m Blanco (L). ST: 3m Vizcarra (C), 13m Ribonetto (L), 32m Sand (L) y 34m Valeri (L).

Cambios: ST: Desde el inicio Vizcarra por Messera (C), 20m Núñez por Papa (C) y 35m Danelón por Arzuaga (C) y Salomón por Blanco (L), 52m Sigali por Ribonetto (L), 57m Aguirre por Fritzler (L),

Arbitro: Gustavo Bassi

Cancha: Central

Practicó buen juego en casi todo el primer tiempo y fue así como logró desdibujar el andar del puntero en grandes pasajes del encuentro. Pero volvió a perder y lo hizo por goleada (1-4), lo que hace difícil de distinguir los aspectos alentadores mostrados ayer por Central. El equipo de Ramón Cabrero ostentó soberbia ganadora y con sólo algunos arrestos de lucidez y picardía le alcanzó para quedar un poco más cerca de su primer título.

Ninguno de los equipos en cancha tenía argumentos para especular en el juego. Estimulados por urgencias antagónicas (Lanús para seguir primero; Central para salir de último), los dos salieron a ganar. El local ofreció un repertorio renovado por la propuesta de Galloni, que desplegó en el mediocampo a tres volantes que entienden de lo mejor del juego (Costa, Damián Díaz, Messera), y la visita tenía para parar sobre el campo de juego sus abundantes atributos, los que a la postre lo erigieron en la sensación nacional.

Atendiendo cada cual su juego, Central y Lanús animaron un emotivo partido, al menos en la primera media hora, espacio donde Central logró olvidar sus momentos de martirio deportivo hilvanando acciones colectivas que llevaron peligro verdadero en el área de Bossio. Un tiro de Damián Díaz que sacó el uno, dos acciones donde Arzuaga disolvió el riesgo por demorar en el dominio del balón y hasta Messera tuvo la suya.

En todos los casos, Central defeccionó en el último toque, o bien en la finalización de la maniobra. Con el paso de los minutos el auriazul fue perdiendo intensidad y, contrariamente, Lanús fue ganando metros en el progreso de su juego, logrando comprometer al máximo a Espinoza e Imperiale.

Un tiro alto de Fritzler, tras ganar una pelota a la salida de un corner, y un mano a mano que Alvarez le ganó a Sand fueron las jugadas más profundas del puntero. Acosta, en cambio, nunca logró gravitar y simuló infracciones en cada ocasión que recibía el contacto del rival. Pero lo que no proponía el juvenil delantero lo aportaban Valeri y Blanco, que con proyecciones señalaban con claridad el camino al gol. Y precisamente en una avanzada de ellos es como Lanús llegó al gol: desborbó de Valeri por izquierda y tiró el centro al área, donde apareció Blanco para definir de zurda y sin que la pelota toque el piso al palo derecho de Alvarez.

Como si fuera un calco del primer tiempo, el arranque del segundo tuvo a Central otra vez con decisión para ir a la búsqueda del gol. Y si bien ya no había tanta lucidez para asociar tres toques seguidos, fue suficiente una asistencia de emboquillada de Arzuaga a Papa, para que el volante tire un centro bajo y le permita anotar la igualdad a Vizcarra con toque suave.

Iban menos de cinco minutos y en el Gigante muchos creyeron en que en Arroyito iba a estar la sorpresa de la fecha. Pero nada de ello ocurrió. Sólido en convicciones y paciente para reencontrarse con sus aptitudes, fueron necesarios sólo algunos minutos para que el puntero explicara por qué es el líder del Apertura. El desnivel cayó por arriba, al ejecutar un tiro libre que encontró la cabeza de Ribonetto para marcar el segundo con testazo al segundo palo.

Pero la mayor virtud del granate fue no haberle dado margen de reacción a los auriazules. Es que en el juego los granates ajustaron la marca y antes de que Central intenta su última avanzada, la visita lo definió: primero con avidada de Sand, que aprovechó una mala salida de Alvarez para definir con arco libre, y luego con una excepcional corrida de Valeri, que atravesó 50 metros con pelota al pie para eludir al uno y marcar el cuarto. Más tarde aparecieron algunos desbordes en las tribunas locales que detuvieron el desarrollo del partido por algunos minutos, pero que nada pudieron hacer para evitar el triunfo del líder.