Lunes, 19 de mayo de 2008 | Hoy
DEPORTES › PILLíN BRACAMONTE QUIERE CONTRAGOLPEAR A JORGE ELDO JUáREZ.
El jefe de la hinchada canaya denunció al magistrado que lo detuvo por prevaricato en el Tribunal de Etica del Colegio y la Corte Suprema de Justicia. Sus argumentos son insólitos.
Por Alejo Diz
Si te pegan, no dudes en devolver el golpe con más fuerza. Esta es una de las máximas de cualquier barrabrava del fútbol argentino que se precie de tal y aspire a conservar su jerarquía en el tablón. Precisamente de este axioma se tomó Andrés "Pillín" Bracamonte, líder de la barra de Central, para salir a defenderse de los últimos cachetazos que recibió. No tuvieron como escenario los escalones del Gigante de Arroyito, sino los pasillos de Tribunales, donde pesa sobre su persona una prohibición para ingresar al estadio canaya y un pedido de detención, resoluciones que buscó contener con diferentes salvavidas legales, algunas de los cuales lo llevaron a dar un golpe sorprendente: denunciar al juez que le libró su pedido de detención, acusándolo tanto en la Corte Suprema de la Provincia como en el Tribunal de Etica del Colegio de Magistrados por presunto prevaricato.
El pasado 19 de febrero la dirigencia de Central fue notifica por la Justicia de que Andrés "Pillín" Bracamonte y Oscar "Paquito" Ferreyra, líderes de la barrabrava de Central, tenían vedado su ingreso al Gigante de Arroyito cuando jugaba el primer equipo auriazul ante su gente. El presidente canaya, Horacio Usandizaga, hizo cumplir la medida, sumando así un capítulo más a su lucha pública con los violentos que incluyó una denuncia contra el comisario Humberto Lodolini, hoy procesado, por excesiva afinidad con los jefes de la tribuna.
Pero la situación de Bracamonte y Ferreyra se complicó a fines de abril, cuando por petición del fiscal Esteban Franicevich, el juez en lo Penal Jorge Eldo Juárez, de la 4º Nominación, ordenó detener a los violentos investigados por ser "integrantes de una asociación ilícita", figura que se sostiene a partir de la "jurisprudencia caso Di Zeo (líder de la barra de Boca, actualmente preso)", donde se determinó que "aquella persona con liderazgo de una barrabrava debe ser considerado como jefe de una asociación ilícita".
Es entonces que Bracamonte sale a escena intentando devolver con mayor fuerza el golpe recibido: el líder la hinchada canaya denunció a el juez en la Corte Suprema y en el Tribunal de Etica del Colegio de Magistrados bajo sospecha de incurrir en prevaricato. Su petición obedece, según su criterio, a razones que tienen raíces en la distinción de clases, puesto que en su denuncia se identifica como "hincha de la popular" y al juez lo describe como "un conocido plateísta de Central". "Y por el hecho de ser plateísta le tiene odio a los de la popular", razona Bracamonte, y luego de su ligera lectura sociológica, acusa al magistrado de "haber votado a Horacio Usandizaga".
Tras su insólita arremetida judicial, Bracamonte, al igual que Ferreyra, se prepara para regresar al estadio dentro de dos semanas, cuando Central reciba a Tigre, bajo un permiso eventual conseguido por su abogado. "Pillín" se presta a recuperar su lugar en el tribuna, de donde estuvo alejado algunos meses, aunque no por ello perdió las mañas.
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