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Lunes, 11 de agosto de 2008

DEPORTES › FÚTBOL. CENTRAL PAGó UNA DEUDA MAYOR A LA ESTIPULADA POR LA JUSTICIA

El acuerdo menos conveniente

Horacio Usandizaga firmó un convenio con Wilfredo Scarpello por más de un millón de dólares. El abogado ya cobró holgadamente el monto que determinó la intervención para la deuda del club. El acuerdo tiene una cláusula de confidencialidad.

 Por Alejo Diz

En la urgencia por desprenderse de los inversores más problemáticos que tuvo el club, Horacio Usandizaga firmó convenios con firmas extranjeras que carecían de registro fiscal alguno en el país, y con otras que tomaron trascendencia por los insólitos beneficios que obtuvieron con la anterior directiva del club. Tan cotidianos como el apellido de un jugador del primer equipo se hicieron en los hinchas los nombres Timcel y Zaparaturter. Y precisamente con estas empresas uruguayas el Vasco firmó un convenio el cual superó los bordes negociadores sugeridos por la intervención que pasara por la entidad de Arroyito el año pasado.

El acuerdo, del tuvo acceso Rosario/12, entre Central y Wilfredo Scarpelo se rubricó el 4 de abril pasado, y en el mismo la directiva auriazul le reconoce al abogado un mutuo a su favor -entiéndase un préstamo al club- de 230.207 dólares, contraídos por la conducción de Pablo Scarabino el 23 de diciembre de 2004. El 9 de agosto de 2005 la directiva volvió a hacer uso a los recursos financieros del abogado, celebrando un contrato en la ciudad de Montevideo (Uruguay) donde la

entidad canaya se hizo de 1.208.207 entregando "el 8 por ciento de cualquier venta de cualquier jugador profesional inscripto a nombre del club". Al no constatarse la salida del país de las partes que firmaron el convenio, los abogados sugerían cotejar la legalidad de tal acreencia en la Justicia. Usandizaga elevó media docena de denuncias, pero ninguna de ellas para requerir pesquisas sobre la sospechosa operación pactada en tierra charrúa. Pero el Vasco fue precavido: en el convenio se dejó constancia que tal rubricación no significa necesariamente una "legitimidad de la deuda". Es decir, la dirigencia también tiene alguna duda respecto a la veracidad de la acreencia, pero pagó.

En lo trascendente del convenio con Scarpello, Central firma un "acuerdo transaccional" donde abona a Timcel 1.000.000 dólares con la cesión de dos títulos a nombre del club Lisboa de Portugal (por la venta de Angel Di María): cada uno por el valor 373.000 euros. Por lo cual, de hacer el cambio de moneda europea a norteamericana, a Timcel se le abonó algo más de 1.166.446 dólares (de acuerdo al cambio del 4 de abril).

Luego de este desembolso de valores, las partes se ajustan a un auditoría para conocer si Central le debe algo más a Scarpello, acordando poner un tope a la acreencia de 2.100.000 dólares, de los cuales se incluyen el millón saldados con los documentos lusitanos. Si el estudio contable no arroja arreglo entre el inversor y la entidad por el resto de la deuda, o de ella se desprende una diferencia superior a los 100 mil dólares, entonces "las partes se someterán al Tribunal de Arbitraje General de la Bolsa de Comercio".

El Vasco no sólo debió acceder a liberarle al inversor 1.166.446 dólares, sino que además hizo entrega de otros 300 mil dólares en concepto de "gastos judiciales y/o extrajudiciales (...) que el club se obliga a pagar por todo concepto", no siendo precisado en el convenio si esta suma de dinero comprende los honorarios de los abogados y si tales gastos corren por cuenta de la institución, como sucedió con el arreglo arribado con Orlando Vignatti, donde Central asumió el pago de 200 mil dólares para el patrocinante del empresario de medios de comunicación.

En lo estrictamente financiero, Scarpello ya cobró 1.466.446 dólares y en la auditoría abierta pugna por hacerse de otro millón de dólares. Estos números no encajan en el informe de la intervención, que en su análisis contable llegó a la conclusión de que a lo largo de 35 préstamos concedidos al club, del cual no se probó la veracidad de la operación en todos ellos, se llegó como cifra tope, como peor escenario de negociación para Central, de una deuda para con Scarpello de 1.282.945,41 dólares.

Y son pocos quienes conocen estos números en Arroyito porque el convenio tiene en su apartado "Décimo Segundo" una "cláusula donde las partes pactan la confidencialidad del presente acuerdo, el que sólo podrá ser revelado en sede penal".

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El Vasco está urgido por desprenderse de los inversores más emblemáticos de otras gestiones.
 
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