Al menos por algunas horas, en Central corrieron buenas noticias vinculadas a lo deportivo. Con el equipo postrado en la tabla de posiciones, Horacio Usandizaga se jugó su apuesta más comprometida desde que se hizo cargo del club. Liberó restricciones económicas y aspiraciones personales --recordar las cláusulas impuestas a Pablo Sánchez-- y contrató ayer a quien "viene a sacar campeón a Central". Con esta ambiciosa declaración el Vasco anunció oficialmente el arribo de Gustavo Alfaro como entrenador del primer equipo. "Quiero comprometerme con la causa de los hinchas de Central. Para mi es un orgullo venir a este club. Pero no existe la receta del éxito", aclaró el entrenador, algo desbordado por las loas del Vasco y el enjambre de micrófonos desperdigados para captar sus primeras palabras.

Además de responder a las demandas de los periodistas, Alfaro debió lidiar, con lúcidas reacciones, a la verborragia del presidente, que no ocultó su excitación por lograr la firma de Alfaro luego de que la negociación cayera en el "no, gracias". "Fui y le dije que lo quiero para que dirija al equipo en los cuatro campeonatos que me quedan como presidente. Porque sé que es el entrenador que nos va a sacar campeón", lanzó Usandizaga al abrir la presentación que tuvo lugar a primera hora de la tarde en la sede céntrica del club. "Le contesté que a mi los contratos me gustan ganármelos, y le propuse firmar hasta junio de 2009", interpuso Alfaro.

"Cuando Manuel volvió de la reunión en Buenos Aires me pidió que lo llame a Alfaro porque lo vio muy dubitativo en la decisión. Y eso hice, lo llamé y lo fui a ver", recordó Usandizaga sobre el culebrón desatado tras el rechazo de Alfaro y la insistencia de los directivos. "Mi idea era no dirigir este semestre. Venía de seis años de trabajo y por compromisos internacionales (con Arsenal) el último año me lo pasé entre concentraciones, viajes y planificando partidos. Pero luego de la primera reunión no pude dormir bien, me levanté de madrugada a pensar bien y los familiares me llamaron para retarme por la oportunidad que había rechazo", admitió el sucesor de Pablo Sánchez.

"Tampoco me gusta tomar los equipos a mitad de campeonato", aclaró luego Alfaro. Pero aquellas expresiones serán las últimos sobre lo que aconteció en las últimas horas. Desde entonces el oriundo de Rafaela pensará y hablará como entrenador "canaya". "Es una satisfacción y un orgullo muy grande llegar a Central. Mis dudas pasaban por los momentos. Porque sé lo que puedo conseguir cuando estoy en el origen de la formación de un equipo. A veces no es sencillo agarrar conjuntos a mitad de campeonato. Siempre evité ese tipo de circunstancias. Yo había hecho un cálculo en el cual eran cinco los equipos que podía dirigir, entre los que se encontraba Central. No pensé que se iba a dar en esta oportunidad. Y cuando me llamaron me generaron una gran contradicción", resaltó el entrenador, quien luego fue más preciso al momento de justificar su decisión profesional: "Siempre dije que cuando Central tenga la capacidad de ordenar y manejar su pasión será un equipo que va a pelear arriba. Tengo la sensación que está en ese camino, siento que los dirigentes tienen claro adónde quieren llegar".

Aquella lectura coyuntural de Alfaro no sólo obedece a lo que se dice de Central en Buenos Aires, donde la imagen de popularidad del Vasco no deja de crecer, sino también lo oído de boca de sus familiares: "Mis sobrinos son de Central y me llamaron para que les explique porqué no había agarrado. Y mi hermano, desde Misiones, me llamó para contarme lo que decían sus amigos rosarinos", admitió el rafaelino, que en durante aquellas horas de incertidumbre también recibió las inquietudes, desde México, de Eduardo Coudet. "Tenía asumidos otros compromisos. Esta semana debía viajar a Colombia y luego a Brasil para comentar para Cadena Caracol los partidos de la selección. A fin de octubre debía ir a Estados Unidos a un congreso de entrenadores y durante noviembre y diciembre me había comprometido a asistir a dos congresos en Bucaramanga y Cali (Colombia)", explicó.

La agenda internacional de Alfaro quedó postergada para otra oportunidad. Usandizaga asegura que llegó el técnico que alzará a Central a la condición de campeón. Lejos de promesas empíricas sobre un equipo que necesita puntos para no caer en zona de Promoción, Alfaro advierte y se sincera: "No puedo prometer nada. No tengo la receta que garantice el éxito. Sí voy a ayudar a los jugadores para que puedan entregar lo mejor de cada uno. Central está mucho mejor hacia el futuro que en el presente".

Y sin perder su sentido de la ubicación, al cierre Alfaro pronunció algunas de las frases que cualquier simpatizante se entusiasma con escuchar: "Lo que voy hacer a partir de ahora es meterme en la médula del sentimiento del hincha de Central, comprometerme con la causa y contagiarme de su ilusión y sus jugadores. Quiero que el club recupere su identidad y su historia, tan digna en sus hinchas".