DEPORTES › CENTRAL CAYó ANTE RACING EN UN PARTIDO CLAVE POR LA PROMOCIóN
Merlo volvió a parar ayer un equipo defensivo, con cinco en el fondo, repitiendo el esquema utilizado en Tucumán. Caraglio quedó demasiado sólo arriba, y nadie generaba fútbol. Tras el gol de Sosa, Mostaza modificó el planteo, pero ya era tarde.
› Por Alejo Diz
0 Central: Broun (5); Zarif (4), Burdisso (6), Ribonetto (5), Valentini (6), Lima (5); Moreno y Fabianesi (5), Borzani (5), Escobar (4); Zelaya (4), Caraglio (5). DT: Reinaldo Merlo
1 Racing: Migliore; Sosa (6), Aveldaño (5), Matías Martínez (5), Shaffer (5); Zuculini (7), Wagner (5), Yacob (5), Lucero (6); González (4), Lugüercio (6). DT: Ricardo Caruso Lombardi.
Gol: ST: 27m Sosa (R).
Cambios: ST: Desde el inicio Ezequiel González por Zarif (C), 13m Grazzini por Leandro González (R), 25m Vizcarra por Zelaya (C), 31m Franzoia por Moreno y Fabianesi (C), 35m Ramírez por Lugüercio (R), 43m Mercado por Lucero (R).
Arbitro: Gustavo Bassi
Cancha: Central
Para Reinaldo Merlo, la patriada de salvar a Central del descenso es una cuestión personal, y de puntos. Hasta ayer, las cuentas eran redondas: 10 sobre 12. Se peleó con Ezequiel González, amagó en renunciar, se quedó, y no titubeó en ofrecer en Arroyito lo que había desplegado en Tucumán, con las licencias que otorga la distancia: jugar con línea de cinco en el fondo, dejando así a Caraglio peleando en soledad. Además, volvió a vestirse con la camisa rosa que estrenara ante San Lorenzo y mostrara también frente a Vélez. Pero Racing marcó un gol de tiro libre y Central vio caer ante sus hinchas una derrota que indudablemente lleva el sello de Merlo, como lo fueron las victorias.
Con Merlo y Caruso Lombardi en uno y otro banco, jamás puede salir un buen partido de fútbol. Para ellos, el buen gusto por la pelota es un concepto que se divorció de las necesidades matemáticas. Pero como Central era el local, en el auriazul las culpas son mayores.
Central salió a la cancha con línea de cinco en el fondo, tal cual ganó en Tucumán, convencido Mostaza que el secreto del éxito frente a San Martín fue el planteo táctico. Siguiendo tal razonamiento, lo de ayer tiene claros responsables: los defensores de Racing, que pateron todas las pelotas hacia adelante, en vez de hacerlo hacia atrás, como Anchén en Tucumán.
La pelota iba de una defensa a la otra, prefiriendo los equipos la vía área, con pelotazos, para el traslado del balón. Caraglio y Lugüercio eran verdaderas víctimas de las mezquindades tácticas, tanto como los hinchas. Ambos delanteros debían llegar hasta el mediocampo para hacerse de la pelota, y al estar tan lejos del arco, las posibilidades de marcar la diferencia con alguna individualidad eran mínimas.
Como el centro al área se ejecutaba desde cualquier lugar del campo de juego, la capacidad de sorpresa era nula, siendo Broun y Migliore los favorecidos, atrapando uno y otro balón. Hubo algún que otro cabezazo alto, y así se fue el primer tiempo.
Para el complemento, Merlo hizo lo mismo que frente a Vélez: metió a Ezequiel González por Zarif y luego a Vizcarra por Zelaya. Esas variantes lo llevaron al empate ante los de Liniers. Para el entrenador canaya nada es casual.
Ante tanto mal gusto, la paridad era lógica. Sólo Caraglio podía marcar diferencia, por su potencia. En Racing, la omnipresencia de Zuculini en el juego del mediocampo lo distinguía por el resto. Pero ninguno inclinó la balanza. Entonces había que hilar más fino para encontrar diferencias. Y allí aparecía un equipo visitante más preciso para ejecutar la pelota parada. La tendencia asomó cuando Aveldaño sacó un cabezazo que pegó en el palo derecho de Broun, y se consolidó cuando Sosa, aprovechando que el uno canaya se ubicó al lado del segundo palo, con un tiro libre superó al arquero con remate al primer palo.
Con la desventaja, Merlo viró su mensaje: ahora sí había autorización para jugar en ataque en forma colectiva, aunque con el desorden que supone la urgencia. El canaya fue por el gol sin especular en los recursos al volcar para dar con el objetivo, y hasta asumió el protagonismo que el hincha esperaba desde el primer minuto.
Racing jugó el último tramo del partido muy cerca de Migliore y con Caruso rogando que los rebotes queden para sus jugadores. Lo tuvo Franzoia, Escobar lo dejó pasar y Caraglio casi sorprende con una mediavuelta. Cuando lo que importa sólo es defender, todo quedó librado al azar. A eso jugaron Caruso y Merlo. Sosa la clavó por el primer palo, y por eso ahora Mostaza se ocupará por cambiar de camisa y alterar alguna otra rutina. Y como perdió, quizás entienda que la cábala sea pensar en otra forma de jugar.
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