De los trescientos millones de pesos que la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) le reclama a los clubes de Primera División, a Ñuls le corresponde asumir una suma que no es de las más onerosas, sólo si le las compara con el rojo de las entidades grandes de Buenos Aires. Porque ningún club del interior le debe tanto al fisco como los rojinegros: 24 millones de pesos, entre cargas sociales no saldadas y tributos correspondientes a la venta de jugadores del primer equipo. Ante la gravedad de la situación, días atrás hubo acuerdo entre autoridades leprosas y funcionarios del fisco, sellándose un convenio por el cual la entidad deberá abonar al Estado 18 millones de pesos en un plazo de diez años.

En la última década, la relación entre Ñuls y la Afip se daba sólo por la vía judicial, donde en los Tribunales Federales el fisco presentó una decena de denuncias por "evasión impositiva", algunas de las cuales dispararon en procesamientos y embargos contra ex dirigentes del club.

En la mayoría de aquellas causas la gestión que lideró Eduardo López negó las acreencias reclamadas, desestimando la responsabilidad impositiva de la institución de actuar como "agente de retención" al momento de sellar la transferencia de los jugadores.

La Comisión Directiva que presidente Guillermo Lorente en vez de detenerse en estériles discusiones con el fisco, se ocupó por negociar con los funcionarios impositivos para aprovechar la moratoria abierta, que prometía además de una reducción del capital reclamado importantes descuentos en los intereses, reduciendo la cifra total a pagar por el club en más de 7 millones de pesos. El convenio se selló con el desembolso en efectivo de parte del club de un millón y medio de pesos, quedando por pagar un poco más de 16 millones a lo largo de la próxima década, de acuerdo a los plazos contemplados bajo firma.

Fuera de la negociación quedaron las últimas causas iniciadas por la Afip, en la cual se investiga "tentativa de defraudación", de acuerdo a lo apuntado por un funcionario impositivo a este diario. La más importante de ellas gira alrededor de la transferencia de Cristian Ansaldi al Rubin Kazan de Rusia, declarada, según se sospecha, por valores menores a los reales, al no haber concordancia entre el contrato presentado por Ñuls en la Asociación del Fútbol Argentino y el remitido por las autoridades de la entidad moscovita.

La moratoria a la que se acogió la entidad del parque Independencia contó con el aval del juzgado que entiende en el Fideicomiso del club, y supone descomprimir el más problemático frente judicial que tenía en sus manos la nueva dirigencia. Aunque el monto final a pagar es superior a los nuevos fondos que ingresarán a la tesorería del club por derechos de televisación: 16 millones de pesos por año. "Es mucho lo que se debe, pero ha sido importante llegar a este acuerdo, sobre todo por el extensivo plazo concedido para pagar los que nos reclamaban", destacó el tesorero leproso, Jorge Ricobelli.