La oportunidad de recuperar en Central el espacio donde su presente y futuro sea articulado a fuerza de consensos y diálogos entre dirigentes y socios sufrió el jueves una nueva postergación. La asamblea convocada por los conductores institucionales no pudieron dar respuestas a algunos interrogantes, se propició la aprobación compulsiva del balance y se truncó el encuentro entre Horacio Usandizaga y el medio millar de asistencias, que prometía romper con décadas de ficticios debates por intolerancia de anteriores conducciones. "Nos faltó experiencia", concluyó el Vasco tras dar por suspendida la reunión. Y aún queda por aprobar el presupuesto del corriente año, en nueva asamblea que deberá convocar la dirigencia en los próximos días.

El tesorero Hugo Ruggiero se había ocupado la semana previa para que todo salga bien. Y ese "todo" no era más que lograr el diálogo entre los socios y Usandizaga. Para alentar la creación de ambiente de cambio de ideas, Ruggiero asistió a la asamblea nutrido con documentación que iba a dar respuestas a algunas de las inquietudes que los socios trasladaron previamente a la sede del club, una vez que se conoció el balance.

Incluso con la colaboración de su hija, Ruggiero echó luz sobre cómo se llegó a cada uno de los números que componen el última análisis económicos de la entidad. "El tesorero trabajó mucho para que nosotros nos saquemos algunas dudas", reconoció Raúl Broglia, referente de la oposición en Central.

Pero luego llegaron otros interrogantes, algunos de los cuales sensatos, como pedir por la presencia de Manuel Usandizaga, quien si bien renunció meses atrás a su rol de "asesor legal", reunió más poder en el club que cualquier miembro de la Comisión Directiva en su año y medio de trabajo. Pero estos días Manuel disfruta de unas extensas vacaciones por Europa.

Al abrirse el cuestionario para Usandizaga, el Vasco amagó con irse. Se levantó y desapareció. Luego volvió, recapacitando tras sugerencias del tesorero. Pero su regreso no fue para dar el puntapié inicial al debate. Usandizaga se ofuscó ante la pregunta de por qué no figura en el balance los acuerdos con los dos acreedores más importantes que se heredaron de la gestión de Pablo Scarabino y Gonzalo Estévez. Aquellos arreglos se pactaron tras el desembolso del club de más de cuatro millones de dólares, y contemplan clausuras que permiten reabrir la discusión sobre cuánto más la entidad le debe a los inversores.

"Se vota por la afirmativa de la aprobación balance", lanzó el secretario Ricardo Milicic repentinamente, interrumpiendo así las exposición que debía ofrecer el Vasco sobre la faceta financiera del club. No más de 50 socios alzaron la mano en apoyo a la aprobación del documento financiero, número sensiblemente inferior a la cantidad de asistentes. Y como Milicic nunca ofreció alzar la mano por la negativa, Usandizaga anunció la aprobación del balance, lo que disparó la ira de la mayoría. "Usandizaga no puede explicar muchas cosas que hizo, como los acuerdos con los dos acreedores más importantes que dejó la anterior conducción", aseguró Broglia.

Aunque antes de ello el propio Usandizaga había admitido errores administrativos que llegaron a perder derechos económicos sobre el pase de Angel Di María y fue incapaz de fundamentar el desvío de casi dos millones de pesos en concepto de pago de "comisión" por la venta de Tomás Costa.

"Hice lo posible para que todo salga bien, pero así, a los gritos, no se puede", consideró el Vasco, tras el desencanto que dejó su encuentro con los socios. "Me faltó experiencia", se culpó el presidente, en la búsqueda de la razón que permite entender por qué en su gobierno las asambleas parecen copia fiel de las gestiones antecesoras.