Marcelo Bielsa volvió a Ñuls el día que lo invitaron. Lo hizo para recibir el cariño de sus hinchas, para participar del homenaje que concluyó con su nombre fundido en bronce en las paredes del Coloso del Parque. Regresó al parque Independencia en carácter de hincha, al profesional seguramente lo dejó en Chile, donde lo aguardan más de un problema para componer el plantel que jugará el Mundial. "La sensación es hermosa, sentimiento de gratitud y de un momento que no voy a olvidar nunca", precisó el Loco, que a su efímero retorno al parque Independencia nunca se sacó de encima la sonrisa de la cara, ni siquiera cuando debió soportar la incomodidad de asumir la atención de todo el estadio para recibir la maqueta del estadio y el carné honorífico.

Vestido de sport, con paso cansino, quizá cargando alguna dolencia menor en una rodilla que seguramente no es consecuencia de su escueta carrera deportiva, el Loco se reencontró con su pasado, que ayer repasó ante cada abrazo, cuando se cruzó con hinchas que tuvieron acceso al palco, o cuando respondió preguntas. "Yo estuve 20 años de mi vida aquí, hay muchas cuestiones que suceden en el plano afectivo y emocional que no se pueden reproducir de ninguna manera. En esa lógica yo ubico mi afecto por Ñuls". "La dimensión del reconocimiento --aclaró-- excede las posibilidades de retribución. Hay cosas que no pueden retribuirse porque son demasiados importantes para explicar. No imagino estar a la altura de lo que el club se merece".

"Recuerdo a Ñubel por sus éxitos, por sus logros, pero especialmente por su prestigio y porque era referencial del fútbol argentino cuando se trataba de distinguir lo que estaba bien de lo que estaba mal. Yo deseo que Ñuls vuelva a ser una referencia que marque un camino. Veo a Ñuls sano y me gustaría que su salud se extienda al fútbol mismo y a los ámbitos donde el mensaje de las instituciones se reflejen", analizó Bielsa, acompañado por el presidente Guillermo Lorente y Gerardo Martino, partícipe activo de la celebración de anoche, a la que concurrieron 25 mil hinchas, donde la platea de la visera se bautizó con el nombre del Tata.

Muchos dudaron de la presencia de Bielsa en el homenaje, incluso de que el Loco acepte el deseo de los hinchas. "No quiero que suene demagógico o vanidoso, pero es real: cuando los pedidos se originan en muchos y es por el afecto uno se somete a las reglas del corazón y termina aceptando lo que le parece justo. Entiendo que es desmedido ser reconocido de este modo y que no es del todo justo, pero el mensaje es de afecto y de amor, y a eso uno nunca se resiste, es más se somete con placer y felicidad", fundamentó el entrenador de la selección chilena.

"Es tanta la gratitud que me despierta poder vivir este momento que lo único que pido es que me dure la emoción una semana más para llamar a algunos conocidos y contarles la distinción", pidió Bielsa, quien luego ensayó una interpretación de por qué los hinchas masivamente eligieron agasajarlo: "El recuerdo popular siempre selecciona las alegrías que tienen que ver con la emoción. El triunfo es productor muy especial de ese tipo de sensaciones. No sé si te acordás Gerardo (por Martino) que nosotros en la primer parte del año 1992 íbamos últimos en la fecha once. Mi compañero de trabajo era Carlos Picerni, a quien dos o tres fechas atrás le venía diciendo que llegó el momento de irse. El me decía que no, hasta que un día me dijo que llegó el momento de irnos. Yo me asusté, aunque luego me agregó: `salvo que se te ocurra algo'. Ante la disyuntiva de tener que irme a mi se me ocurrió algo, y fue concentrarnos hasta que terminara el campeonato. Faltaban ocho fechas y estuvimos dos meses concentrados en el Liceo Aeronáutico, no en el Sheraton. Y me acuerdo que los que me secundaron en la idea fueron Scoponi, Llop y Martino, que eran los que más merecían la libertad, por su condición de hombres de familia. Nos concentramos dos meses sólo para no sufrir la humillación de salir último. Me parece que ese tipo de cosas de algún modo el público las percibe y las agrega, porque lo sustancial son los éxitos".

Luego se tomó tiempo para hablar de su amigo, el Tata: "Voy a contar los valores de Gerardo (Martino). En la fecha dos del primer campeonato que dirigí empatamos con Argentinos en cancha de Atlanta y yo estaba muy contento por el empate. Y me acuerdo de una especie de venia de Gerardo, que era más entrenador que yo aunque jugaba, como diciendo que tenía mucho valor el empate. A pesar de que podía mirar todo desde más arriba, se puso a la altura de lo que estábamos intentando. Y a medida que fuimos creciendo siempre mantuvo la superioridad futbolística, intelectual, conceptual, una persona de bien sin tachas. Una persona extraordinaria. Para no ser injustos, casi igual a Berizzo", cerró Bielsa la conferencia para ir a pisar el césped del Coloso en busca de su felicidad: "La reflexión modera la emoción, pero uno quiere ser feliz las pocas veces que se puede", acotó el Loco.