El domingo Central perdió la categoría y ahora es tiempo de que el club pierda patrimonio, para quedar a medida de una entidad del Nacional B, divisional donde no abundan los billetes, los recursos se reducen a cifras insignificantes a comparación de la Primera, y todo eso agravado por tratar Central de una institución que cuenta con ocho estructuras edilicias que exigen el desembolso de 2.500.000 pesos mensuales para mantener las instalaciones abiertas, apenas un poco menos de lo que percibirá a partir de agosto por derechos de televisación. Horacio Usandizaga renunció y se convocó a elecciones para el próximo 27 de junio. El Vasco no apareció tras el descenso, menos aún su hijo Manuel, siendo el Síndico del club Vicente Cuñado quien comunicó el calendario electoral.

No habrá asamblea para organizar los comicios. De común acuerdo entre los diferentes sectores políticos se buscará consenso para constituir la Junta Electoral y habrá tiempo hasta el 14 de junio para que las listas que quieren acudir a comicios presenten los 400 avales necesarios para homologar lista.

El que se hizo cargo del descalabro institucional fue el tesorero Hugo Ruggiero, quien se reunió con líderes de la agrupación opositora Crece para aclarar el frente económico y financiero que deberá afrontar la tesorería canaya. Es que Central deberá encoger considerablemente su presupuesto. Es que con los nuevos ingresos el club no podrá sostener su patrimonio. La discusión que deberán dar los socios es de qué se desprende el club, si prospera la venta del edificio de calle Mitre para mudar la sede a Británica, y por sobre todo qué ayer con el Country de Arroyo Seco, por el cual aún deben pagarse más de dos millones de dólares, y que por eso no se puede vender. Incluso el contrato de comprar preserva al vendedor se recuperar el predio en caso de falta de pago del convenio firmado por Usandizaga.

Ya no podrá Central invertir 25 millones de pesos para formar y mantener el plantel profesional, cifra que sale del promedio gastado por la gestión del Vasco. Es que la televisión le pagará ahora tres millones de pesos en vez de 17. Semejante castigo económico lo padecen los clubes que quedan entre los peores jugando al fútbol durante tres años consecutivos. Esa es la inmunidad que entrega el promedio. Porque no hay liga en el mundo donde sea más difícil de perder la categoría que la nuestra gracias a las trampas aritméticas inventadas oportunamente para que River no descienda a la B.

El principio de la solución, como en cada crisis, estará en los socios, que el domingo 27 de junio deberán elegir nuevas autoridades, las cuales se harán cargo de una institución que de preservar sus actuales niveles societarios, con casi 37 mil socios, encontrará una salvavidas económico necesario para ir rápido por su recuperación.

En la reconstrucción deberá replantearse los contratos de los jugadores, muchos de ellos millonarios, que el club ya no podrá pagar, aunque serán los juveniles los que deberán asumir el protagonismo.

Usandizaga ya se fue y volverá a recluirse en su soledad como hizo al finalizar su último mandato legislativo. Hasta el 14 de junio habrá tiempo para armar listas, construir ideas y pensar proyectos para devolverle al club su real estatura institucional.