Los problemas deportivos que muestra Central en el Nacional B quizá ya no puedan ser resueltos por su entrenador. Lo que hizo el canaya ayer en Caballito, ante Ferro, fue lo mismo que evidenció en el comienzo de la temporada. Los problemas se extienden con el paso de los partidos porque el equipo no construye imagen colectiva y Reinaldo Merlo luce desconcertado, como los jugadores, que ayer no tuvieron argumentos para evitar una nueva derrota. El sábado vendrá Deportivo Merlo al Gigante, aunque en la semana la dirigencia seguramente analizará medidas a tomar para dar con el cambio perentorio de rumbo que esperan sus hinchas. Porque el canaya se encuentra en el tercio inferior de la tabla y en el último peldaño en las posiciones del promedio.

El envión anímico que llegó al lograr el lunes pasado la primera victoria de local no fue más que un resultado positivo para Central. Porque si de fútbol se trata, el canaya sigue enredado en las dudas de Merlo, que no para de hacer cambios en la formación titular y ayer volvió a sacar de la cancha a José Shaffer en el primer tiempo, por miedo de dejar el ex Racing con diez al auriazul por su torpeza para marcar.

La imagen de los auriazules en el primer tiempo fue más de lo que se vio en la mayoría de los partidos: un equipo sin guión colectivo, con volantes que no piden la pelota, delanteros abandonados a su suerte en el área rival e intenciones tácticas fallidas, como las planteadas con el juego de Shaffer y Danelón por los laterales.

La carencia de funcionalidad se vio agravada porque ayer ni siquiera hubo para resaltar rendimiento individuales, como el de Antonio Medina, que fue pieza gravitante en los tres partidos anteriores. En Caballito el ex Boca Unidos de Corrientes no generó ninguna situación de peligro. Todas sus corridas fueron fallidas y así Figueroa penó en soledad ante los zagueros locales.

Destellos de Sosa y cierta decisión por ganar el partido hicieron de Ferro un equipo superior a Central. Esa sensación llegó a mover el marcador en el segundo tiempo, ya con Altamirano en cancha, quien arremetió en el área y se quedó con un rechazo imperfecto de Valentini para definir de zurda, cruzado y bajo, y dejar al verde en ventaja.

La reacción de Central fue desprolija y apenas si alcanzó por ver a Figueroa más cerca de Champagne. Pero lo que vino después pareció hecho para desgracia de Merlo, que no solo no acierta en la búsqueda del equipo, sino en la toma de decisión para evitar un mal peor: lo sacó a Shaffer en el primer tiempo porque estaba amonestado y seguía cometiendo infracciones, ingresó Guizasola, y el peruano vio la roja por un manotazo a un rival a menos de un cuarto de hora para el final.

José María Bianco desesperó en el banco de Ferro por la ansiedad de ver a su equipo con los tres puntos, mientras se sucedían las jugadas de riesgo para marcar el segundo. Pero el verde no lo definió y Merlo soñó hasta el final con un empate que no llegó, y menos aún merecía. Central dejó de ser el rival a vencer por los rivales para ganarse el rótulo de equipo vencible.

1 Ferro: Champagne; Chimino, Agorreca, Herbella, Imboden; Lértora, De Biasis, Tonetto, Sosa; Aquino, Carballo. DT: José María Bianco

0 Central: Broun; Valentini, Peppino, Braghieri, Schaffer; Danelón, Diego González, Paglialunga, Moya; Medina, Figueroa. DT: Reinaldo Merlo.

Gol: ST: 23m Altamirano (F).

Cambios: PT: 30m Guizasola por Shaffer (C). ST: 16m Toledo por Medina (C), 19m Altamirano por Chimino (F), 30m Gómez por Moya (C), Fernández por De Biasis (F) y 36m Fereyra por Aquino (F).

Arbitro: Flavio Mázquez

Cancha: Ferro

Expulsado: ST: 33m Guizasola (C).