El jueves pasado la querida actriz y directora María Teresa Gordillo, se despidió de la escena local cuando su cuerpo ya no estaba a la altura de su capacidad de trabajo y de sus infinitos proyectos que año tras años se multiplicaban y que apuntaban a revitalizar al teatro rosarino.

Fundadora a mediados de los '60 del emblemático grupo Arteón, junto a Néstor Zapata y Sara Lindberg, fue una de las figuras decisivas a la hora de privilegiar un teatro de experimentación con la mirada siempre puesta en los espectadores. De esa época datan sus trabajos como actriz en obras como "Panfocus", "Cosacontagio" y "Pequeña Bárbara", "Compañero País", "Stéfano" o "Bienvenido León de Francia", repertorio que consolidó la prolífica trayectoria del grupo liderado por Zapata.

Con más de 50 años de trayectoria teatral, Gordillo privilegió siempre al teatro como espacio para el debate y la reflexión, llegando a instalar un clásico en la movida rosarina como fue el Ciclo "Teatro para dialogar" que festejó a comienzo de esta temporada sus 25 años con la obra "Protección al menor", que cumplió este sábado su última función.

Pero si algo nos deja entre tantas cosas esta auténtica trabajadora del teatro es su despojamiento a la hora de intentar unir al movimiento de teatristas locales y reconciliarlos con un público siempre esquivo.

Quizás todavia podamos verla por la peatonal, en esas mañanas de los sábados, embozada en sus sombreros de época con los integrantes del Movimiento de Apoyo al Teatro de Rosario, repartiendo volantes para difundir las obras que representaban sus colegas.

Fundadora de una entidad que festeja el Día del Teatro Nacional premiando la trayectoria de los hacedores del teatro, la variete y la danza rosarinas, peleando para lograr la conformación de un elenco estable rosarino, luchando para que Rosario tenga un museo del teatro.

Quizás las generaciones venideras recogan el guante de alguien que supo deponer intereses personales para volcarse de lleno a la titánica tarea de modelar una conciencia que sume voluntades más allá de las mezquindades y los egos propios para forjar un teatro local auténticamente independiente.