Vie 10.12.2010
rosario

DEPORTES › EN SU úLTIMO PARTIDO DE LOCAL DEL AñO, PERDIó CON OLIMPO

Ñuls sigue peleado con el gol

Con un gol de Villanueva a los 38 minutos del primer tiempo, el rival logró el triunfo. El problema no pasa por los nombres, ya que Salvatierra penó por las dificultades colectivas. Pese al resultado, el equipo se retiró aplaudido.

0 Ñuls: Peratta (6); Alayes (6), Schiavi (5), Cichero (4); Vella (5), Mateo (6), Bernardi (5), Estigarribia (5); Luis Rodríguez (4); Sperdutti (5), Salvatierra (4). DT: Marcelo Grioni.

1 Olimpo: Tombolini (7); Casais (4), Mosset (4), Bianchi Arce (4), Villanueva (5); Diego Galván (5), Cobo (5), Scheffer (5); Rolle (5); Bareiro (5), Furch (5). DT: Omar De Felippe.

Gol: PT: 38m Villanueva (O).

Cambios: ST: Desde el inicio Borghello por Luis Rodríguez (Ñ), 12m Martín Aguirre por Bareiro (O), 21m Dolci por Bernardi (Ñ), 25m Brum por Galván (O), 28m Taborda por Salvatierra (Ñ) y 30m Tejera por Rolle (O).

Arbitro: Mauro Vigliano

Cancha: Coloso del Parque.

Expulsado: ST: 45m Estigarribia (Ñ).


Por Alejo Diz

No había razones para esperar que Ñuls encontrara en su último partido en el Coloso del Parque lo que buscó con errática suerte en todo el torneo: el gol. Tampoco se anticipaban grandes cambios en el juego por la ausencia del suspendido Mauro Formica y el consecuente ingreso de Daniel Salvatierra en ataque. Había, en cambio, ánimo suficiente para pensar en una despedida de la hinchada con victoria, incluso tras esfumarse el sueño de la Libertadores por la consagración de Independiente, debido a las características del rival, que vino sin cargar antecedentes exitosos jugando de visitante (nueve caídas y un empate). Pero ocurrió que los bahienses se quitaron la vergüenza de patear fuera de casa, y como en Ñuls los goles siguen extraviados, el rojinegro soportó una nueva derrota en su estadio.

Con Roberto Sensini internado por cálculos renales, su ayudante de campo Marcelo Grioni se hizo cargo de la orientación táctica del equipo. Por teléfono llegaban las indicaciones del técnico convaleciente. Pero por televisión se veía lo mismo que en el estadio: no había forma de corregir el rendimiento ofensivo de Ñuls.

La solución ya no pasa por un nombre. El problema es el andar colectivo de la lepra cuando cruza la mitad de la cancha. Y por eso Salvatierra, en su primer partido como titular, sufrió tanto como Borghello. Pero como las carencias que la lepra tiene en ataque Olimpo las acusa en defensa, la tarde era propicia para volver a gritar un gol.

La tendencia parecía acentuarse con las ínfulas que salieron a jugar los rojinegros. En el primer cuarto de hora probaron al arco Vella, Sperdutti y hasta Cichero con un cabezazo. Aunque no era Ñuls un equipo con movilidad afinada. Sucedió que tan insegura es la línea del fondo de los bahienses que el juego extrañamente liberó aroma a gol en el parque Independencia.

Olimpo se guardó en sus limitaciones, puso ganas para correr, se esforzó para mantener a Sperdutti y Estigarribia controlados, por el peligro que suponían sus proyecciones, aunque no por todo eso la visita ahorró recursos al momento de arrimarse a Peratta. De hecho, les faltó siempre buen pie a sus jugadores para inquietar y en consecuencia nunca lograron tres pases consecutivos. Es por eso que se necesitó de un descuido en defensa de Cichero y un remate imperfecto de Galván, quien pretendió disparar al arco y la pelota no hizo más que cruzar toda el área, para que caiga el gol: el balón llegó a los pies de Villanueva, quien la clavó en el ángulo, en similar definición de Luis Rodríguez ante Boca.

Ingresó Borghello para jugar los segundos 45 minutos y se quedó en el vestuario Rodríguez. A pesar de ello, nada varió: Ñuls se repetía en centros frontales, pases anunciados y todo se agudizó porque Sperdutti y Estigarribia dejaron de lastimar por los laterales. Así, lo mejor llegó de tiro libre, con cabezazo de Mateo que se estrelló en el palo.

Al quedar pocos minutos el equipo dejó a un lado su paciencia, ingresó Taborda, y a los tumultos la lepra metió a Olimpo en su propia área. Fue allí donde apareció el último sostén de los visitantes: su arquero Tombolini. La frustración superó a Estigarribia, que vio la roja por fuerte infracción a Furch en el último minuto. Con esa imagen de jugadores abatidos se fue Ñuls de la cancha, aunque los hinchas no se contagiaron de la desazón y despidieron al equipo con aplausos, en señal de aprobación a lo realizado en el año deportivo, que concluirá el domingo frente a Colón.

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