Poco pudieron hacer los pibes de Lorente en la Bombonera. Ñuls entró a la cancha a defenderse y en ningún momento intentó superar a Boca en el juego. Se paró en los últimos 30 metros del estadio y se dedicó a aguardar los embates de un tibio conjunto xeneize. Jugando de ese modo, era imposible traerse un resultado positivo. El gol del local lo convirtió Palermo, tras otra increíble falla de Lema. Peratta le tapó un penal al goleador boquense. Si esta tarde Huracán le saca un punto a Lanús, la lepra quedará en soledad en la cola de la tabla de posiciones. Iban 40 minutos del primer tiempo cuando Ñuls arrimó algo de riesgo al área defendida por Lucchetti. Schiavi conectó la pelota enviada desde un corner y su cabezazo débil se fue junto al palo izquierdo del arquero. Hasta entonces y durante los cinco minutos finales de la etapa, Boca fue amplio dominador de las acciones del cotejo. Porque se paró en campo rival y porque el equipo de Torrente decidió defender muy cerca de su arco, con el peligro que ello genera.

El entrenador leproso renunció a la chance de colocar dos delanteros y prefirió ubicar cinco jugadores en defensa y tres mediocampistas de contención. La consigna es clara: primero se marca y después se ataca. Solitarios, a la buena de algún Dios, los pibes Tonso y Falconi se dedicaron a luchar y dificultar las cómodas salidas de una defensa que nunca ha mostrado seguridad a lo largo del Clausura.

El cronómetro contaba diez y Boca ya había generado cinco claras situaciones de gol, la mayoría a partir de cabezazos de Palermo. El goleador superó fácilmente a sus marcadores en varias ocasiones y si hubiera tenido un poco de certeza podría haber festejado más de un vez. En el inicio del partido, el xeneize fue inteligente gracias a la rapidez con la que sus jugadores hacían circular la pelota y la movilidad con la cual se desmarcaban para sintonizar el juego. Ante un rival inmóvil y agazapado, el planteo de Boca era hegemónico pero no podía rubricarse en la red.

Con el correr de los minutos, Boca continuó con la supremacía del juego, aunque no basó su dominio en el volumen futbolístico. Cuando Ñuls logró cerrarle las bandas, el equipo de Falcioni languideció y se repitió en centros frontales y carentes de peligro. No obstante, la lepra no supo aprovechar el letargo del local y siguió cometiendo fallas.

Como ante otros encuentros de trámite similar, Ñuls dispuso de una carta infalible, un ancho que le permite mantenerse en pie cuando merece caer derrotado: Sebastián Peratta. El arquero volvió a resguardar el cero en los momentos más difíciles. Como cuando Monzón disparó un bombazo desde 35 metros o Palermo tuvo sus chances por arriba. O para enmendar el dudoso penal que cobró Abal tras una mano de Schiavi y contenerle el remate al Titán.

Ante semejante predominio de Boca, Ñuls podría haber regresado con otro ánimo del entretiempo. Pero no lo hizo. Con pifias insólitas, una imposibilidad alarmante de dar dos pases seguidos y errores en la marca, sólo amparándose en la solvencia de Peratta. Si Lema yerra un cabezazo de manera increíble y la pelota le queda en soledad al máximo goleador de la historia de Boca, hay altas probabilidades de que se convierta un gol. Sucedió a los 5 minutos y sirvió para que Palermo siga escribiendo historias y se redima del penal marrado. Ahí terminó el partido. Boca no volvió a atacar, mermó el ritmo de juego y, en el último cuarto de hora, le cedió el balón a la visita.

1 Boca: Lucchetti; Rodríguez, Caruzzo, Insaurralde, Monzón; Chávez, Somoza, Erviti, Colazo; Mouche, Palermo. DT: Julio César Falcioni.

0 Ñuls: Peratta; Díaz, Mateo, Schiavi, Lema, Estigarribia; Dolci, Villalba, Vangioni; Tonso; Falcone. DT: Javier Torrente.

Gol: ST 5m Palermo (B)

Cambios: ST 9m Camacho por Tonso (Ñ), 20m Almirón por Vangioni (Ñ), 22m Noir por Mouche (B), 26m Rivero por Erviti (B), 29m Faravelli por Dolci (Ñ), 44m Erbes por Chávez (B)

Arbitro: Diego Abal

Incidencias: PT 34m Peratta (Ñ) le atajó un penal a Palermo (B)

Cancha: Bombonera