Lunes, 17 de abril de 2006 | Hoy
DEPORTES › EL EQUIPO DE ASTRADA LE GANO A COLON POR 2 A 0
El equipo auriazul ganó con claridad en
el Gigante de Arroyito. De a poco fue
arrollando a un Colón sin pretensiones
Por Alejo Diz
2 CENTRAL: Alvarez (6); Moreira (5), Raldes (5), Loeschbor (4), Cristian Villagra (4); Coudet (5), Ledesma (5), Andrés Díaz (5), Papa (6); Vitti (7), Zelaya (4). DT: Leonardo Astrada.
0 COLON: Tombolini (7); Píccoli (5), Ameli (5), Lussenhoff (5); Zurita (4), Romagnoli (5), Martínez (4), Vargas (5); Hernández (4); Cangele (4),
Denis (5). DT: Edgardo Bauza.
Goles: PT: 45m Vitti (RC). ST: 38m Papa (RC).
Cambios: ST: Desde el inicio Rimoldi por Martínez (C), 16m Encina por Coudet (RC) y Bravo por Cangele (C), 20m Di María por Vitti (RC), 33m Malandra por Píccoli (C), 42m Velázquez por Zelaya (RC).
Arbitro: Daniel Raffa
Cancha: Central
Los golpes deportivos que han venido soportando los jugadores de Central han postergado al equipo (sea Clausura o Libertadores). Por eso, entre susurros, algunos ya ven en Arroyito el fantasma de descenso. Pero entre temores y adversidades, los dirigidos por Leonardo Astrada ofrecieron ayer su cara futbolística más orgullosa. Esfumadas las ilusiones en la Libertadores, los canallas respondieron a las urgencias domésticas con un triunfo claro ante Colón que sirvió de analgésico para el deteriorado promedio auriazul.
Salió a jugar con todos sus defectos deportivos, pero convencido del propósito a perseguir. Ese fue Central, que encontró a un rival de características antagónicas. Es que Colón pisó el Gigante con todas sus ostentaciones (las gambetitas de Giovanny Hernández, el peso goleador de Denis, la categoría segunda selección de Cangele), aunque flaco de pretensiones.
El domingo de Pascua convocó a 20 mil canallas decididos a invertir la tarde en el Gigante. No fue un partido bien jugado. Es más, se jugó poco. Pero cuando Vitti lució luz propia, el equipo encontró su camino. Y empujado por un perseverante Papa, Central se abrazó a su tercera victoria en el Clausura.
En el primer tiempo el canalla defendió con muchas dudas. No había coordinación entre las líneas, Loeschbor fallada en el mano a mano y Colón merodeó el área de Alvarez con intenciones dañinas. Pero el arquero le negó el gol a Zurita y Denis en sendos a mano a mano consecutivos.
Con el paso de los minutos Central maduró en defensa y fue por Tombolini, aunque sin claridad. Por lo cual las emociones aparecieron en los últimos minutos, donde Vitti estrelló un cabezazo en el travesaño, luego Píccoli se anticipó sobre la línea al punta canalla y en el último minuto apareció la diferencia: tiro libre de Coudet al segundo palo, la fue a buscar Vitti, y luego de definir el cuerpo de Tombolini, tomó el rebote y señaló el primero.
En el segundo tiempo se abrió un partido diferente. Porque Ledesma ofreció cierto rigor en la marca, Papa fue más protagonista y Encina, que reemplazó a un discontinuo Coudet, le dio ritmo ofensivo al equipo. El sabalero, por el contrario, careció de espíritu reaccionario para romper con sus prejuicios tácticos (los volantes jamás quebraron la línea del medio) y soportó a un Hernández que se desprendía de la pelota dando saltos cortos.
A pesar de que Central retrocedió algunos metros en el primer cuarto de hora, se mostró más seguro que en el primer tiempo. Pero todas las acciones de riesgo fueron para el canalla, que tuvo una cara más agresiva en ataque. Así, Vitti dilapidó un mano a mano con Tombolini y luego fue Zelaya quien perdió con el uno.
La diferencia mínima hacía presumir un cierre de sufrimiento. Pero Papa le pegó de primera, y cruzado, al recibir un centro de Di María y clavó el segundo para devolverse una sonrisa a los 20 mil fieles hinchas que creyeron en la resurrección auriazul.
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