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2 Boca: Sosa; Roncaglia, Sauro, Enzo Ruiz, Sánchez Miño; Ledesma, Erbes, Guillermo Fernández; Chávez; Araujo, Blandi. DT: Julio César Falcioni.

0 Central Córdoba: Leguizamón; Canessa, Killer, Yocco, Nahuel Rodríguez; Lucas Lazo, Fabello, Cerutti, Diego Villagra; Figueroa; Lescano. DT: Omar Palma.

Goles: PT: 41m Blandi (B). ST: 21m Araujo (B).

Cambios: ST: 11m De Bruno por Fabello (CC), 20m Murúa por Figueroa (CC), 38m Achucarro por Ledesma (B) y 43m Fragapane por Chávez (B).

Arbitro: Fernando Echenique

Cancha: Bicentenario de San Juan

La ilusión era más grande que las posibilidades deportivas que tenía a mano Omar Palma. Un equipo de la Primera C, de presupuesto minúsculo, como Central Córdoba, se lanzó a la empresa de ganarle al campeón del fútbol argentino. Por casi 40 minutos, los primeros del partido, en Tablada todos se atrevieron a soñar con dar el golpe en San Juan. Pero apareció Blandi antes del final de la primera parte, con maniobra que descolocó a defensor y arquero, y Boca se encaminó a un final lógico, como el que suele darse cuando los que se miden son equipos a los cuales los separan tres categorías. Fue victoria para el xeneize por 2 a 0 y se apagó el andar ganador del charrúa en Copa Argentina.

Central Córdoba y Boca no tienen nada en común. El charrúa fue y es un club de barrio, con algunos ratos de gloria deportiva atesorada muchos años atrás. Boca tiene presencia en todo el país, es una marca internacional, y un peso pesado del fútbol sudamericano. Pero ayer, al menos por 90 minutos, a xeneizes y charrúas el fútbol lo equiparó y sus realidades se pararon en el mismo lugar.

Y se atrevió el equipo de Omar Palma a mostrarle sus ambiciones al campeón. Ilusiones que se sostuvieron bien alto en la primera media hora de juego, donde Marcos Figueroa quedó dos veces frente al arco de Sosa con pelota por arriba. El primer cabezazo fue a las manos del uno; el segundo se perdió por el palo izquierdo.

Central Córdoba salió a jugar bien arriba, con ambición de ejercer presión en sus volantes. Con eso le alcanzó a los de Tablada para mantener a Chávez y Blandi lejos de Leguizamón. Pero al superar los 30 minutos Boca recuperó terreno en la cancha, amplió la administración de la pelota, y entonces Córdoba se vio en problemas.

En su primera corrida profunda, Chávez tiró el centro atrás para Blandi, pero Yocco logró desacomodar el delantero antes de estirar su pie. La sensación de que Boca crecía se plasmó antes del final del primer tiempo, cuando Blandi puso el cuerpo ante Yocco, ganó la posición en el área y ante la salida de Leguizamón tocó al palo cruzado para poner a Boca en ventaja.

Córdoba se fue al vestuario a asimilar la diferencia. Lazo y Villagra, con su proyecciones por los laterales, y Figueroa en el área, mostraban que el charrúa tenía alguna idea de llegar al arco rival. Pero la ansiedad pudo más que la paciencia. Porque los charrúas empezaron a ser más veloces que la pelota, y en el atropello del rival Boca se acentó, acomodó líneas y fue a la búsqueda de la definición del juego.

Un remate de Guillermo Fernández en el travesaño, un disparo cruzado de Chávez anunciaron que Boca estaba cerca del segundo. Y cayó el gol sobre los 20 minutos, con Araujo venciendo a Leguizamón con remate bajo y al segundo palo, para poner al campeón del fútbol argentino en los octavos de final de la Copa Argentina.

Es que las ganas de ganar, el apetito manifiesto de gloria que perseguían los charrúas se desvanecieron antes de tiempo. Mejor dicho, Central Córdoba llegó mucho más lejos en la Copa Argentina de lo que dice su fútbol en Primera C, dónde aún pena por regresar a la B.