Aún sin repetir sus mejores rendimientos, Ñuls sigue sumando. Una derrota injusta fue impedida sobre la hora gracias al tanto del goleador, Maximiliano Urruti. La lepra no pudo sostener el juego que venía mostrando en los últimos partidos y un par de errores defensivos lo condenaron a una caída parcial, que estuvo a punto de ser total. El punto es positivo, aunque el equipo exhibió algunas fallas, sobretodo en defensa.

La fricción ganó una buena parte de la primera etapa. Con rumores de la salida de su entrenador, Godoy Cruz fue a la lucha. Como no se permitía perder, y ante la falta de elaboración clara de juego, apeló a la fuerza, la garra. Direccionó su ataque a espaldas de Vangioni; desde ahí tenían que partir todos los ataques poco profundos. Ñuls se acomodó con paciencia en la cancha, esa que recuperó hace pocos partidos y había olvidado durante otros tantos. No arrolló al local, pero tampoco se descuidó en defensa.

La decisión de entregarle la llave del partido al Tomba no le generaba modestias. Tibias, sin resolución, las aproximaciones del local nunca arrimaban peligro. Por esa razón, Ñuls se convenció, luego de los 25 minutos, que podía apretar un poco más el acelerador sin desacomodarse en el fondo. Podían soltarse los laterales y podía también Bernardi buscar la posición de enganche. Al equipo mendocino le costaba muchísimo superar la mitad de cancha.

En la más clara de la lepra, y en una acción similar al gol ante Racing de la semana pasada, Bernardi asistió a Urruti, que remató exigido e Ibáñez la envió al córner. Despertaron los de Martino después de la media hora. Ganaron en carácter y profundidad, en desmedro del local que no podía hacerlo. Pero al soltarse, Ñuls se desdibujó atrás y en una contra no sufrió un tanto de manera inexplicable, ya que primero el palo y luego Peratta le negaron el festejo a Navarro.

Tras el descanso, solo debió transcurrir un minuto para que se sacuda la modorra del primer tiempo. Rojas maniobró por la derecha, asistió a Garro, habilitado por Pellerano, que recorrió diez metros ante la pasividad de la defensa de Ñuls y la cruzó arriba, inalcanzable para Peratta. Un sacudón inesperado teniendo en cuenta el trámite chato del inicio. Más extrañeza propinó la roja a Olmedo unos minutos después, por una acción brusca. Ñuls disponía de 40 minutos y un jugador más para revertir la derrota parcial.

Martino metió a Aquino y sacó a Villalba. Arriesgó y el partido se tornó vertiginoso. Pero fue Godoy Cruz el que tuvo las chances más propicias para aumentar la victoria. El Tomba se valía de las grietas que mostraba la defensa leprosa. Garro era una pesadilla para los centrales. La pelota era controlada por los volantes rojinegros, pero las situaciones eran del local.

Con el correr de los minutos y en el intento de sostener la ventaja, Godoy Cruz se paró de contra y le entregó el control a Ñuls. Pero con ese escenario apareció el mal mayor que aqueja a este equipo: la falta de contundencia, o la imposibilidad de generar juego eficaz. Es cierto, el mendocino se plantó firme en defensa, pero los de Martino tuvieron dificultades de construir jugadas precisas.

Ya con un rival defendiendo casi sobre su propia área, la lepra recurrió a todas las armas posibles para conseguir el empate. Un rebote favoreció a Urruti y el ahora goleador del torneo convirtió casi sobre la hora. Un premio a la insistencia y más justicia para el resultado.

1 Godoy Cruz: Ibáñez; Sigali, Curbelo, Zelmar García; Ceballos, Lértora, Olmedo, Rojas, Cabrera; Navarro, Garro. DT: Nery Pumpido.

1 Ñuls: Peratta; Vergini, Pellerano, López, Vangioni; Pablo Pérez, Villalba, Bernardi, Torres; Sperduti, Urruti. DT: Gerardo Martino.

Goles: ST 1m Garro (GC), 44m Urruti (Ñ)

Expulsado: ST 7m Olmedo (GC)

Cambios: PT 41m Domínguez por Vangioni (Ñ), ST 14m Cardozo por Navarro (GC), 16m Aquino por Villalba (Ñ), 25m Tonso por Pérez (Ñ) y Caruso por Garro (GC), 32m Cooper por Cabrera (GC),

Arbitro: Diego Abal

Cancha: Mundialista de Mendoza.