Si bien el presidente Norberto Speciale fue enfático al negar el interés del club en contratar a Juan Román Riquelme, para Miguel Russo "sería una pena que no juegue en el país". El entrenador canaya no reconoció que invitó a Riquelme, en conflicto con Boca, a venir a Arroyito, y contestó con evasivas a cada pregunta sobre el enganche. "Hay que saber respetar a las personas antes de cualquier cosa", exigió Russo para concluir la interpelación de los periodistas en conferencia de prensa.

La dirigencia de Boca anunció ayer que el club no rescindirá el contrato de Riquelme, apuntando en una cesión a préstamo como solución al conflicto con el jugador. "Sería una pena que no juegue más. Esta es la realidad, sería una pena que no jugase al fútbol especialmente en Argentina. Necesitamos jugadores como él", consideró Russo al respecto. "A Riquelme le deseo que siga jugando al fútbol en el mejor lugar que le gusta y de la mejor manera que lo sienta, más allá de cualquier club, de cualquier situación. Pero no voy a decir más nada. Hay que saber respetar a las personas antes que cualquier cosa", agregó el entrenador. En cuanto a la búsqueda de nuevos refuerzos, Central está detrás de un volante central, al descartarse la renovación de Federico Vismara, por orden del Russo. Julio Mozzo no llegará a recuperarse de su lesión en el tobillo derecho para iniciar el campeonato el 10 de agosto y Jesús Méndez debe purgar dos fechas de sanción por exceso verbal contra el árbitro a la finalización del partido de la Promoción ante San Martín de San Juan.

Sobre el fixture del Nacional B, que tendrá al canaya debutando con Sarmiento de Junín de local, Russo tampoco se dispuso al análisis: "Vamos a ir partido por partido", dijo el técnico.