A primera hora del mediodía Pablo Scarabino y Horacio Carbonari lo llevaron a recorrer la ciudad, desplegando desconocidas facetas de guías turísticos. Lo sentaron a almorzar con Angel Tulio Zof para hablar de fútbol mientras Leonardo Astrada le ratificó su interés por sumarlo al primer equipo. Pasaron por todas las instalaciones que posee la institución canalla y luego le dieron un par de horas libres. Las suficientes para descansar, hablar por teléfono y decidir sobre su futuro. La contratación de Paulo Wanchope regaló escenas inéditas para la ciudad. Y el desenlace llegó a última hora de la noche, donde el delantero compartía una cena con los dirigentes en el domicilio del presidente auriazul. "Llegamos a un acuerdo de palabra. Mañana (por hoy) vamos a firmar el contrato", anunció Scarabino a este diario.

La contratación de Wanchope no sólo ameritó de billetes. Para seducir al delantero costarricense la directiva canalla debió desplegar diversas estrategias, muchas de ellas ajenas a la esfera deportiva. La jornada comenzó a las 11 de la mañana, cuando lo llevaron a recorrer la ciudad como si se trata de un figura política del orden internacional. Con Carbonari al volante de la camioneta, Scarabino le hacía referencia de algunos puntos turísticos de la ciudad y aprovechaba cada silencio para seducir al goleador de Costa Rica de las bondades que entrega Rosario como plaza futbolística.

Pero antes del paseo, Wanchope, ante los medios, ratificaba su esceptisismo: "Sinceramente, también tengo una buena oportunidad para ir a Europa", confió el jugador costarricense. "Vine para hablar de detalles por la amistad que tengo con Horacio (Carbonari) desde hace muchos años. También tengo una oportunidad buena para ir a Europa. El problema es que gracias a Dios tengo otras opciones. Pero estas son cosas que uno debe valorar. Vine a ver qué siento en la ciudad. Aunque, sinceramente, también tengo la posibilidad de volver a Inglaterra. Debo pensar bien", aclaró el jugador al tener su primer contacto con los periodistas.

Luego de almorzar con Angel Zof y Leonardo Astrada en Granadero Baigorria las ilusiones de los dirigentes cayeron a picada: "Parece que no quiere firmar", lanzó un colaborador del grupo inversor que solventará económicamente la operación. Pero más no se podía hacer. Se habían tomado todo los recaudos. Tal es así que recorrida hizo un alta en el Colegio Inglés (Tucumán y Mitre) donde fue recibido por la directora (reconocida simpatizante auriazul) y fue interiorizado sobre la educación que le espera a sus hijos.

Al caer la tarde los rumores ponían a Wanchope lejos de Central. Pero los dirigentes concertaron una última reunión con el jugador. Scarabino lo invitó a su domicilio para cenar. Hasta allí se llegó también el secretario Gonzalo Estévez. En el cónclave nocturno no había lugar para hablar sobre las comodidades que ofrece la ciudad. Era el tiempo de conversar respecto al futuro deportivo del jugador. Y mientras Wanchope exponía algunas inquietudes, recibía el aliento de los hinchas que se asomaron de los balcones vecinos al departamento de Scarabino para asegurar, a coro, que "Wanchope es de Central... Wanchope es de Central...".

Pasadas las 22, y después de varias horas de conversaciones, los dirigentes consiguieron la declaración deseada: "Voy a jugar en Central"; les dijo Wanchope. Luego Scarabino confirmó el principio de acuerdo: "Está todo resuelto de palabra. Nosotros creemos en el jugador. Resolvimos algunos detalles y mañana (por hoy) vamos a firmar el contrato", anunció el titular auriazul a este diario mientras Wanchope se asomaba al balcón junto a Horacio Carbonari para saludar a los hinchas.