Central no detiene su camino de derrotas en el torneo local. Sólo venció a Newell's en los últimos siete partidos y perdió los seis restantes. Tras la caída ante Rafaela, los hinchas despidieron al equipo con silbidos, en un mensaje que exhorta a entregar mucho más que una semifinal de Copa Argentina, instancia que, a esta altura, es el único objetivo del Canaya. El rendimiento del equipo es cada vez más pobre con el correr de los partidos y no hay salida a la vista. Miguel Russo no tiene un once ideal, prueba modificaciones constantemente sin remediar fallos reiterados. Además, se sumaron las lesiones de Nery Domínguez y Pablo Becker.

Por ende, no sólo por mal juego tiene que penar Central. Ahora debe agregar las lesiones musculares de dos de sus mejores jugadores. El volante central, autor de un gol en el clásico y en franca levantada, estaba duda antes del choque ante los rafaelinos por una dolencia, pero debió retirarse reemplazado por otro motivo, sufrió una contractura en uno de sus aductores. En tanto, Becker abandonó el campo a raíz de una molestia lumbar, que, a priori, no es de gravedad y no le impediría jugar el próximo partido, ante Estudiantes, en el estadio único de La Plata. No obstante, a ambos jugadores les realizarán estudios médicos para determinar con precisión el grado de las lesiones.

Para Russo, y así lo hizo saber en la conferencia de prensa post derrota, no es casual que los jóvenes se lesionen, ya que dio a entender que suceden porque desconocen cómo jugar bajo presión. "Los chicos tienen que empezar a entender lo que es jugar bajo presión, este club te exige eso. Nosotros tenemos gente de la cual aspiramos más. Los grandes tienen una regularidad, el tema es que los chicos se metan de lleno en todo esto porque van dejando de ser chicos", dijo el entrenador.