Viernes, 28 de noviembre de 2014 | Hoy
DEPORTES › LA DIRIGENCIA DE CENTRAL ESPERA LA RENUNCIA DEL TéCNICO
Russo tiene contrato por un año más, pero como la tesorería de Arroyito le abona la increíble suma de 700 mil pesos por mes, no está en condiciones económicas de despedirlo. Se espera que luego del partido con Racing, el entrenador anuncie su renuncia.
Por Alejo Diz
La inesperada derrota en la final de la Copa Argentina adelantó en Arroyito el debate sobre el futuro del equipo, con Miguel Russo en el centro del análisis. Porque el técnico tiene contrato por una año más y las autoridades del club esperan por su inminente renuncia, a la finalización del torneo Transición. Es que el millonario vínculo que el entrenador renovó el año pasado no lo puede afrontar la tesorería canaya, ni ninguna otra del fútbol argentino, lo que aleja como opción de la negociación un despido. "No se le puede pagar si se queda, no se le puede pagar si se lo echa", fue la lacónica reflexión de un colaborador de la dirigencia auriazul. Russo dirigirá el domingo a Central ante Racing y luego habrá una reunión donde se confirmará que el último juego será ante Banfield, por la 19º fecha del Transición. En el cónclave se debe acordar los términos económicos de su salida.
Cuando la ex Comisión Directiva quedó al frente del club con solo siete dirigentes, Norberto Speciale se aferró a la figura de Russo para permanecer al frente del debilitado gobierno, negociación donde el ex presidente le firmó al entrenador un contrato millonario, siendo el actual técnico el mejor pago del fútbol argentino.
La tesorería de Arroyito le abona al cuerpo técnico del primer equipo la increíble suma de 700 mil pesos por mes, debiendo entonces recaudar en doce meses el club 8.400.000 pesos solo para pagarle al entrenador, suma que compromete un gran parte los ingresos anuales de televisación que le corresponde al club por el Fútbol para Todos.
Pero así como Central no puede hacer frente a un contrato de cifras ajenos al fútbol argentino, la dirigencia tampoco puede decidir prescindir de los servicios por los costos que significará rescindir un contrato unilateralmente.
Pero el poder que asumió Russo en el último año fue más allá de los beneficios de un contrato millonario. El entrenador se involucró decididamente en las negociaciones para contratar jugadores, incluso forzando a Speciale a rubricar el inexplicable acuerdo con Tiro Federal, en un contrato donde se especifica que es el propio Russo el que dispone qué jugadores y entrenadores contratar en el club de Ludueña.
Estas facultades extraordinarias que asumió Russo en Arroyito, que no gozó en Vélez, Racing, San Lorenzo y Estudiantes, claro está, las perdió con la nueva dirigencia, lo que llevará al propio entrenador a reflexionar sobre su renuncia. Pero si no firma su rescisión de contrato, los dirigentes no cuentan mayor poder en la negociación ante la imposibilidad económica de afrontar su contrato. Un despedido de Russo volverá a poner a Central en sus años de descalabro económicos, con la tesorería pagando contratos a cuatro entrenadores (tres que ya no estaban en el cargo y el profesional del momento).
Russo ha dado señales de que se irá de Central al acotarse su labor estrictamente al fútbol profesional. Una de ellas es que el entrenador no mostró interés alguno por interiorizarse del proyecto de formación profesional de jugadores para las inferiores, trabajo que lidera Gustavo Grossi.
Con la renuncia de Russo llegará entonces la primera decisión relevante en el fútbol profesional para la nueva directiva: encontrar sucesor para el banco canaya.
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