La ineficacia es la única razón por la cual resulta comprensible que Central haya perdido un punto en la tarde de ayer. El Canaya se cansó de dilapidar oportunidades y debió conformarse con un injusto empate ante Independiente. Como en otras ocasiones, el equipo de Coudet creó una cantidad mayor de situaciones que su rival, pero no logra trasladar la diferencia al resultado. Será una materia a resolver luego del receso, una vez que finalice la Copa América. Es que Central completó un muy buen primer semestre, pero hubiera llegado más arriba incluso si hubiese resuelto algunos pocos detalles. Niell convirtió de taco el único gol del local. Aguilera, de tiro libre, había puesto en ventaja al Rojo.

El Canaya tiene un estilo que respeta, una personalidad que no entrega según la camiseta del rival. Por ese motivo, no sorprendió que desde el inicio se adueñara de la tenencia de la pelota. Independiente todavía no se recupera de la partida de Jorge Almirón y mientras aguarda la llegada de su reemplazante, Mauricio Pellegrino, necesita sumar unidades de manera imperiosa. Como empardar el juego del Canaya hubiese sido suicida, Berón eligió defender con muchos hombres y la salida de contragolpe, sólo cuando la ocasión fuese propicia. Central desarmaba a la visita con facilidad, estiraba el campo de juego y se apoyaba por izquierda en el tándem Villagra - Aguirre, que lastimaba al limitado Toledo. Cervi corría la cancha, pero a cuarenta metros del arco, donde no lastima. Delgado y Ruben combinaban de manera formidable, siempre a un toque, para agigantar la figura de Rodríguez, que era el héroe de los de Avellaneda. El Canaya jugaba decididamente bien y merecía la ventaja.

Pero el mereciómetro no forma parte del fútbol. Lo demostró Aguilera, que clavó un tiro libre a los 38 minutos. Quedó la sensación de que Caranta pudo haber hecho más, ya que el tiro no fue tan esquinado.

Coudet reaccionó rápido, como suele hacerlo, y castigó a Cervi. Confió en Niell y pasó a jugar con dos delanteros. La presión fue aún mayor, tanto que en menos de cinco minutos las chances se multiplicaron por tres. Independiente se replegaba sobre su arquero y defendía con todo los jugadores en su campo. Colman ingresó y buscó sumar tranquilidad para igualar, porque el vértigo se repetía en los ataques. A veces no alcanza con arrollar a los rivales. A los 25 minutos, Ruben la peleó y ganó por derecho, envió un centro bajo y Niell marcó de taco. Punto para Coudet, que entendió que el partido requería el ingreso del ex Gimnasia. El Canaya gastó muchas energías en la búsqueda del empate, por eso careció de inteligencia para llegar al desnivel. Una victoria local le hubiera caído justo al trámite, pero no había ni precisión ni resto físico para lograrlo. Independiente lo percibió y salió de la cueva sobre el tiempo cumplido. Aquino reventó el travesaño y se paralizaron los corazones de los hinchas. Abal pitó el final y el equipo se retiró con aplausos generalizados. Es que Central completó un gran semestre, pero tiene para llegar más alto. No cometer impericias, es una de las claves fundamentales.

1 Central: Caranta (5); Salazar (6), Alvarez (6), Donatti (5), Villagra (6); Domínguez (5), Musto (5); Delgado (6), Cervi (4), Aguirre (4); Ruben (6). DT: Eduardo Coudet.

1 Independiente: Rodríguez (7); Toledo (4), Cuesta (4), Victorino (5), Papa (5); Vitale (5), Aguilera (5), Tagliafico (5); Pisano (4); Riaño (4), Albertengo (6). DT: Fernando Berón.

Goles: PT 38m Aguilera (I), ST 25m Niell (C).

Cambios: ST Desde el inicio Niell (6) por Cervi (C), 19m Colman por Aguirre (C), 27m Aquino por Riaño (I), 30m Protti por Musto (C), 35m Benítez por Vitale (I), 44m Breitenbruch por Pisano (I).

Arbitro: Diego Abal.

Cancha: Central.