Lunes, 4 de abril de 2016 | Hoy
DEPORTES › NEWELL`S GANABA SIN PROBLEMAS PERO ALDOSIVI TERMINó EMPATANDO.
En el complemento, sin nada, el visitante terminó por inquietar al once de Osella y se quedó con un punto en el parque. La hinchada despidió al equipo con silbidos y exhortó a conseguir una victoria en la fecha 12, en el clásico ante Central.
Por Pablo Fornero
No fue deslumbrante lo que hizo Newells en el primer tiempo, pero su aceptable rendimiento lo colocó arriba en el marcador. Pero en el complemento, sobre todo después del cuarto de hora, Aldosivi, con nada, absolutamente nada, comenzó a inquietarlo al punto de llevarse un empate del Coloso. La lepra sumó otra amargura, dejó escapar la primera victoria de la era Osella y el plantel no entrega respuestas, en particular cuando los partidos se complican. Nehuén Paz marcó el gol rojinegro y Bandiera igualó para los marplatenses a falta de quince minutos para el final. La hinchada despidió al equipo con silbidos e insultos y exhortó a conseguir una victoria en la fecha 12, en el clásico ante Central.
Muy parecido al cruce ante Rafaela fue el de ayer, que se disputó en el insólito horario de las 14. Mismo resultado y similar funcionamiento del local. No es un gran descubrimiento, este plantel está golpeado y no tiene demasiadas respuestas anímicas y futbolísticas. Desde la llegada de Diego Osella, cambió el estilo e ingresó en una búsqueda de solidez defensiva, líneas cortas y esfuerzo. Pero no cambió mucho.
Solo Advíncula y Boyé, en parte, cuando no hizo una de más, sacaron la cara por el equipo. El peruano escaló y pasó al ataque con criterio en infinidad de ocasiones, dejando en claro que el puesto de lateral le sienta mucho mejor. El delantero es muy talentoso, pero abusa del chicle y no termina una jugada. Pero en el primer tiempo se vio lo mejor de la lepra, con un par de buenas jugadas hilvanadas. A los 25 minutos, Scocco, Boyé, Insúa y Maxi participaron de una gran jugada colectiva. Pero primero el arquero Vega y luego Galván, sobre la línea, ahogaron el grito. Al minuto, cayó la ventaja. Trepó Advíncula, Maxi la bajó con clase para la entrada de Mateo, que le pegó mal, pero la pelota le quedó a Paz, que de derecha la clavó en el ángulo. Newells no se detuvo. Con sus deficiencias, fue a buscar el segundo, pero Vega agigantó su figura.
Tras un buen primer tiempo, la lepra hizo todo para complicarse. En el epílogo perdió orden, fortaleza física y Aldosivi comenzó a ganar las divididas, aunque no molestó a Porcnij. La hinchada se impacientó, bajaron cánticos hostiles y el partido se complicó. Los problemas de Newells estaban, particularmente, en el mediocampo. Nadie era capaz de hacer la pausa necesaria para defender el resultado.
Cuando el nerviosismo crecía dentro y fuera de la cancha, Cáceres y Paz fallaron de manera increíble, sobre todo el paraguayo que pifió en la puerta del área, y Bandiera aprovechó el regalito para facturar. A falta de un cuarto hora, el marplatense se llevaba un premio inmerecido. El empate fue otra postal del amargo presente del rojinegro. Envuelto en un complicado proceso político, con elecciones en ciernes y un equipo de pobre rendimiento. Así está el club. Impacientes, los hinchas descargaron su bronca contra los jugadores, al grito de "pongan huevo que no juegan con nadie". A ellos les queda un único interés en este semestre, la fecha 12, la visita del encumbrado Central al Coloso. Por lo pronto, al equipo primero le quedan dos partidos para el clásico. Lo urge, lo apremia la necesidad de victorias. Está cerca, pero se acostumbró a desperdiciar oportunidades.
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