Lunes, 12 de febrero de 2007 | Hoy
Con un gol de cabeza de Ledesma en el segundo tiempo, donde
el equipo mostró lo mejor, Central le ganó 1 a 0 a Belgrano.
El Kily González se convirtió en la figura de la cancha.
Por Alejo Diz
1 CENTRAL
Alvarez 5
Moreira 5
Garcé 5
Ledesma 6
Azconzábal 4
L. Ríos 5
Borzani 5
Calgaro 6
C. González 6
Alemanno 4
Zelaya 5
DT: Néstor Gorosito
0 BELGRANO
Montoya 6
Serrizuela 5
Peppino 4
Cáceres 4
Martínez 4
Donnet 4
Mansanelli 5
Bolatti 5
Oyola 5
A. Ríos 5
Soriano 5
DT: Daniel Primo
Gol: ST: 29m Ledesma (C)
Cambios: PT: 36m Belloso (4) por Alemanno (C). ST: 7m Di María (6) por Borzani (C), 12m Yllana por Donnet (B), 15m Gigli por A. Ríos (B), 32m De Porras por Zelaya (C) y 33m Maldonado por Oyola (B).
Arbitro: Rafael Furchi
Cancha: Central
No sólo con el rendimiento propio se puede llegar a alguna definición de lo ofrecido por el equipo. Para encontrar una mejor observación deben contemplarse las cualidades del rival. Tras poner en la balanza ambos aspectos, no se podrá negar el valor del triunfo. Porque, en verdad, Central debió entregar mucho más de lo esperado para marcar diferencias ante Belgrano. Ese fue el punto flojo de los canayas. Porque el equipo sacó diferencias mínimas ante un rival que adoleció de talento y dejó dudas sobre su futuro en la categoría. La victoria salpica de credibilidad al trabajo de Néstor Gorosito. Pero para pensar en alimentar cierta ilusión, que es al fin lo que moviliza a los hinchas, se deben reunir más atributos.
Central respondió a las presunciones post pretemporada: tuvo poco peso ofensivo, sostuvo firmeza en el fondo y en el mediocampo mostró apenas destellos de talentos, todos ellos florecidos desde la zurda del Kily González. Contrariamente, Belgrano dispuso de la pelota, intentó ser más agresivo y hasta se las ingenió para poner en aprietos a Alvarez.
No fue sorpresiva la puesta en escena de los piratas. Era el desconcierto de los canayas lo que transmitía la sensación de que la visita hacía mejor pie sobre el césped del Gigante. Aunque si se agudiza en análisis, la primera media hora no arrojó puntos claros en ninguno de los equipos. Los auriazules despertaron a los hinchas por tres disparos de larga distancia del Kily González (dos afuera, uno a la mano del arquero). Mientras que el celeste tuvo en Andrés Ríos una chance de cabeza, aunque el balón se fue lejos del arco defendido por Alvarez.
Sabido es que entre los once auriazules no hay un talento con cualidades del conductor. Pero a la ausencia de inspiración, por momentos, el equipo de Gorosito le sumó ansiedad y confusión. Como la mostrada por Belloso, que al ingresar por Alemanno (lesionado) estuvo más rápido para ir a buscar la pelota afuera -lo hacía para no perder tiempo- que para desbordar a Martínez, cosa que nunca logró hacer.
Para el segundo tiempo hubo autocrítica en el vestuario de Central. Al menos esa impresión dejó el equipo en el segundo tiempo, donde hubo más intensidad en el desarrollo del juego. En verdad fue la visita la que ejerció dominio en el primer cuarto de hora. Y lo tuvo Andrés Ríos para definir (ver La jugada). Pero a pocos minutos de eso Central encontró su mejor jugada del partido: desbordó Di María por izquierda, sacó un centro atrás para Zelaya, que tocó sin precisión y el balón se perdió por el palo izquierdo del uno. Y previo a esto, el Kily estrelló un zurdazo en el travesaño tras encontrar un espacio en la línea de cuatro del pirata.
Con Angel Di María en la cancha, Central renovó su propuesta ofensiva. El desequilibrio llegó en un tiro de esquina, donde peinaron la pelota en el primer palo y apareció Ledesma, pisando el punto de penal, para sacar un cabezazo que superó todo esfuerzo de Montoya. A continuación el juego se abrió entre la desesperación visitante y las contra del local. Pero no hubo más goles y Central ganó. ¿Importa la calidad del rival?
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