3 CENTRAL: Alvarez 7, Ledesma 5, Raldes 5, Azconzábal 4, Ríos 4, Borzani 5, González 5, Di María 5, D. Díaz 8, Belloso 5, Caraglio 5. DT: Carlos Ischia

0 N. CHICAGO: Navarro Montoya 5, Martínez 4, Sánchez 4, A. González 5, Soto 4, Zarif 5, Damonte 4, Cardozo 5, Carranza 6, Higuaín 5, Nahuelpán 4. DT: Carlos Ramacciotti

Goles: PT: 7m González (C). ST: 11m Damián Díaz (C) y 17m Belloso (C).

Cambios: ST: Desde el inicio Costa por Di María (C), 21m Arrechea por Caraglio (C), 24m Talín por Adrián González y Filomeno por Cardozo (NCH), 36m Paglialunga por González (C) y 36m Hanuch por Soto (NCH).

Arbitro: Gabriel Favale

Cancha: Central

Carlos Ischia pensó en armar un equipo con mucho ataque y por eso salió a jugar con tres defensores. Carlos Ramacciotti se tentó con la propuesta rival y soñó con sacar ventajas en el área adversaria. Ninguno de los entrenadores fallaron en sus pronósticos. Lo que los técnicos jamás pudieron prever es que con sólo algunos arrebatos de talento alcanza para desarticular cualquier planteo de pizarrón. De eso se encargó Damián Díaz, quien con cintura para tirar una gambeta y puntería al sacar un derechazo le ofreció a Central el regreso a la victoria.

Hacía siete partidos que no ganaba el canaya. Para peor cayó en los últimos cinco de ellos. El escenario no era favorable. Pero ante la posibilidad de que la tarde cayera con otra frustración, Ischia se la jugó y armó un equipo decididamente ofensivo. Y como enfrente había un rival con inclinaciones decididamente defensivas, en el Gigante se vio un partido mal jugado pero emotivo.

La primera emoción llegó de los pies de Damián Díaz, que al recibir la pelota en el área tiró un par de amagues, uno de los cuales atrapó a Damonte, quien fue al choque del pibe auriazul y Favale cobró penal cuando Díaz se encontró de bruces con el césped.

Con zurdazo cruzado el Kily puso a Central en ventaja. Pero el partido recién mostraba las primeras acciones. Con el paso de los minutos las fragilidades defensivas de Central se agudizaron. Víctima de ello fue Alvarez, que debió conjurar seis opciones de gol. Algunas de ellas emergieron de los pies de Carranza y otras aparecieron en la ejecución de tiros de esquina. Como fuera, el fondo auriazul nunca pudo frenar al rival, ya sea cuando jugaba por abajo o lo hacía por arriba. Por eso fue necesario que Alvarez le tape un mano a mano a Higuaín, otro al propio Carranza (con infracción fuera del área tras grosero yerro de Ríos que jugó la pelota hacia atrás), un zapatazo de Soto a quemarropa, y un claro cabezazo de González que se perdió por el primer palo. Central apenas pudo responder con una contra de Belloso y una genial jugada individual de Díaz, que dejó sólo a Caraglio frente al arquero.

La visita no pudo sostener su agresividad en la segunda parte. Menos aún luego de que una nueva inspiración de Díaz cerrara la discusión por el marcador. La nueva esperanza auriazul recibió la pelota pisando el área mayor y, tras pensarlo por algunos segundos, sacó un derechazo que se clavó en el ángulo izquierdo del arquero.

Lo que siguió fue un monólogo de Central. Rendido Chicago, el canaya gozó de licencias impropias para la división. Una de ellas le permitió a Belloso marcar el tercero, con zurdazo cruzado tras una asistencia con el pecho del chico Díaz. Las intervenciones de Díaz ridiculizaron los cesudos planteos tácticos de los entrenadores, le cambiaron la cara a los hinchas y condujo al equipo a la segunda victoria del torneo. El cierre fue a puro aplauso y la gente hasta se permitió celebrar risueñamente una torpeza de Arrechea, quien tiró la pelota al lateral al quedar frente al gol. Lo del negro fue simpático. Pero las sonrisas de las deben a Díaz.