Los acuerdos entre inversores y dirigentes no dejan de entregar sorpresas en la vida judicial de Central. La última embestida de quienes le prestaron asistencia financiera al club encuentra -en una confusa petición-, al abogado que supo poseer el documento del Real Madrid. Ahora, Wilfredo Scarpello reclama tres documentos que, supuestamente, le había cedido a los dirigentes auriazules suspendidos, y que juntos suman un valor aproximado al que tenía el pagaré del club español. Entre tanto, el sancionado secretario Gonzalo Estévez desistió en su pedido de recusación a la jueza que entiende en la convocatoria de acreedores, Liliana Giorgetti.

¿Puede una operación financiera cerrarse en términos similares a estos?. Un inversor cede tres valores por un monto total análogo al que recibe a cambio, en el mismo acto, por quien es el receptor de sus documentos. Suena confuso por el sencillo hecho de que allí no se interpreta nítidamente cuál es el negocio económico. Pero en la administración de Central hay lugar para esto, y más.

La traducción de este intríngulis de palabras se empieza a descifrar apartir del polémico "Acuerdo de cesión de créditos y deudas" firmado por dirigentes con Wilfredo Scarpello. Como lo anunciara este diario en su edición del 28 de mayo, allí Central entregó al abogado el pagaré del Real Madrid --ahora en poder del club-- para reducir la deuda que mantenía con el profesional. Resulta que ahora el propio letrado afirma que en la misma operación entregó a los dirigentes tres pagarés, por un monto similar al que recibió con respaldo de Real Madrid (1.440.000 euros), a los cuales ahora exige su devolución, vía carta documento a los dirigentes en funciones.

Lo que resta conocer, que no parece menor, es saber por qué el inversor entregó esos valores si el que recibía por parte del club era en nombre de saldo de deuda. Esta operación no quedó registrada en el polémico acuerdo, por lo cual hasta el momento no se pudo comprobar la cesión de tales valores a los dirigentes, como reclama Scarpello.

Entre tanto, la página web canalla.com publicó un convenio donde Pablo Scarabino aprueba la venta de Marco Ruben y Angel Di María a una empresa fantasma, negociación a la que se negaron los suspendidos directivos Marcelo Gastaldi y Gonzalo Estévez. La operación no fue tratada en reunión de Comisión Directiva y Scarabino afirmó que tal convenio oportunamente fue cancelado. A todo esto, el club resiste y la jueza que entiende en la convocatoria de acreedores, Liliana Giorgetti, exprime ideas para mantener el martillo de la quiebra en alto.

La magistrada ha mostrado preocupación por la salud institucional de Central y mediante sus acciones se han podido desentrañar algunas de la maniobras que postergaron al club a un presente de notoria degradación económica. Quizá por eso el suspendido secretario Gonzalo Estévez decidió claudicar en su aspiración de recusar a la jueza por prevaricato, como lo anunciará el día en que la Justicia avaló el recurso de amparo presentado por Pablo Scarabino.

Algo de fútbol. El equipo de Carlos Ischia recibirá el domingo a Gimnasia y Esgrima de Jujuy con cuatro cambios, si se tiene en cuenta lo probado ayer por el entrenador auriazul en el ensayo de fútbol. Central hizo sólo dos goles en los últimos seis partidos. Por eso Ischia reformuló el ataque con las presencias de Germán Alemanno y Milton Caraglio, en lugar de Gonzalo Belloso y Giovanny Arrechea, respectivamente. Además Tomas Costa jugó por Leonel Ríos (suspendido) y Damián Díaz por Diego Calgaro. En consecuencia la canaya para el domingo sería con Alvarez; Raldes, Garcé, Azconzábal; Costa, Ledesma, González, Damián Díaz; Di María, Alemanno, Caraglio.