Considerado por Diego Fischerman --crítico especializado de Página/12-- como "una de las mejores y más trascendentes aventuras del jazz argentino reciente", el Mariano Otero Sexteto llegará esta noche, a las 21, al Teatro El Círculo en el marco del ciclo "Arnet, Cultura para todos". En su nueva visita a la ciudad, el talentoso contrabajista y compositor estará acompañado de Mariano Loiácono (trompeta, trombón y fluegelhorn), Juan Cruz de Urquiza (trompeta y fluegelhorn), Ramiro Flores (saxos alto y soprano), Miguel Fernández Tarzia (guitarra) y Alejandro López (batería), junto a quienes recorrerá temas inéditos que formarán parte de su próximo disco de estudio, que se editará en los próximos meses.

"En realidad es como lo mismo que el quinteto nuevo, pero lo que está bueno del sexteto es que Mariano Loiácono toca trompeta, fluegel y trombón, entonces para mí es como si tuviera cuatro caños en vez de tres. Está bien que simultáneamente siempre hay tres tocando, pero Mariano me da ese timbre con el trombón, entonces lo pienso como un clima completo. Y para mí es como un intermedio, es un grupo mediano. Porque no es la orquesta (NdR: proyecto con el que se presentó en Rosario el pasado mes de noviembre) pero me suena más grande que un quinteto o un cuarteto, encuentro más posibilidades en la orquestación", explicó el contrabajista.

Y agregó: "Básicamente la música es la misma que tocamos con la orquesta, lo que pasa es que son orquestaciones y planteamientos diferentes. En algunos casos más cercanos a los registros de lo que hacemos con la orquesta y en otros casos un poquito más lejanos, más cercanos a una adaptación que a un arreglo. La música está pensada para esa formación, para esa tímbrica y para todo lo que se pueda sacar de ahí".

- ¿Descubre un placer extra en revisar sus propios temas?

- Sí, tremendo placer. Creo que a veces nos perdemos la posibilidad de aprender más e investigar más de nosotros porque estamos siempre descartando y dejando de tocar muy rápido la música que hacemos. Creo que más allá de que uno busca todo el tiempo, de que yo trato de grabar un disco por año y escribir música nueva, me parece que llegar a fondo de lo que uno plantea y buscarle todas las vueltas que pueda encontrar, hace que uno se conozca más como compositor, como artista, y que pueda afinarse para lo que hace después. Cuanto más conozco la música que he escrito antes, cuanto más la trabaje o desmenuce, siento que más honesto, más directo y más fino me pongo cuando escribo algo nuevo.