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Miércoles, 19 de septiembre de 2007

CULTURA / ESPECTáCULOS › MúSICA. MURIO EL VIOLINISTA GERMAN GRILLO, ARTIFICE DE LA SINFONICA

Un adiós para el maestro

Fue uno de los pilares fundamentales en la creación de la
Orquesta Sinfónica de Rosario. Un hombre generoso y querido.

 Por Marisol Gentile

Se fue "El Hombre de la Sinfónica". Trabajador metalúrgico, eximio violinista, gestor cultural innato, el domingo falleció en esta ciudad Don Germán Grillo, una pieza fundamental en la creación de la Orquesta Sinfónica de Rosario, allá por la década del 60, pero sobre todo, un generoso maestro, un gran amigo y un enorme ser humano.

De una memoria superlativa -sus 92 años no eran un obstáculo en las frecuentes y deliciosas últimas charlas que supo mantener con esta cronista-, Don Grillo parecía recordarlo todo; fundamentalmente cuando se hablaba de su hija dilecta: la Orquesta Sinfónica de Rosario. Los entretelones políticos a la hora de armar el cuerpo; el momento en que el entonces gobernador Sylvestre Begnis firmó el decreto que le daba cuerpo a la OSP; los ilustres nombres que levantaron su batuta: Francisco Berrini, Juan José Castro, Juan Carlos Zorzi, Jorge Rotter y Daniel Mazza, entre tantos otros, sin contar con los nombres de los virtuosos solistas que han sido acompañados por el cuerpo orquestal, nombres que -también- solía enumerar uno a uno, sin fallar jamás en el orden. Y es que como buen melómano, entre sus pocos tesoros, Don Grillo conservaba por ejemplo, todos los programas de conciertos desde el año 1937, época en que aparece en Rosario la primer agrupación instrumental cercana a una orquesta sinfónica.

Es que fue justamente por aquéllos años que Don Germán Grillo fue convocado por su maestro de violín, el profesor Santesteban, a formar parte de la Asociación Sinfónica de Rosario, organismo orquestal en donde los integrantes trabajaban ad honorem, dado que no recibir prácticamente ninguna subvención por parte del Estado.

Grillo, que en ese entonces contaba con 15 años de edad, ingresa a esta agrupación por pedido especial de su maestro, quien creía fervientemente en las dotes musicales de su joven discípulo. No se equivocó. Grillo permaneció allí durante 20 años. Sin percibir jamás un sueldo por ello. Pero esto no quiere decir que Grillo no se diera cuenta de las dificultades de sostener un organismo de semenjante envergadura sin ningún tipo de aval económico. De modo que en el año 1956 se decide hacer un concierto extraordinario con el solo propósito de dar a conocer a la ciudad su ambicioso proyecto: constituir un cuerpo orquestal oficial para Rosario. A partir de ese momento, Don Germán tomará para sí la responsabilidad de concretar la ansiada meta, y comenzará para él una época de trabajo arduo y siempre, impago. Inquebrantable en la concreción de la meta planteada, el maestro no cejó hasta que finalmente, en 1959 vio plasmar todo aquél denodado esfuerzo con la aprobación del decreto que, con la rúbrica del propio gobernador Carlos Sylvestre Begnis, dejaba oficialmente constituida la Orquesta Sinfónica Provincial de Rosario.

Por supuesto, allí no culminaría la tarea de Grillo, ya que una vez establecida, no solo se integraría a la fila de violines, sino que además se encargaría de constituir la comisión cooperadora de la misma, órgano fundamental para el sostén económico futuro de la entidad.

Entre el sinfín de gestiones que realizó en su nombre, se podría mencionar, apenas para citar un ejemplo, el haber conseguido el auditorio de Radio Nacional de Rosario para que la orquesta realizara allí sus ensayos, un préstamo que se extendió a lo largo de casi treinta años. Y aunque sea más difícil de cuantificar, la defensa permanente, la justificación continua del por qué de la existencia de la orquesta ante cada gobierno de turno, ha sido también un aporte invalorable del querido maestro.

Grillo integró la OSP hasta el año 1992, año en el cual también renunciará al violín para dedicarse exclusivamente a cuidar a su otro gran amor, su esposa, su querida Quita.

La ciudad lo recordará sin duda por su tenacidad, empuje, espíritu solidario y su inclaudicable amor por la música, arte que conocía desde los siete años, edad en que comenzara sus estudios de violín.

Sí, es probable que de no ser por la exitosa gestión de Don Germán Oscar Grillo la Orquesta Sinfónica de Rosario que todos conocemos, la que cada jueves por medio deleita al público con sus ricos repertorios, hoy no existiría.

El domingo pasado, víctima de una terrible enfermedad que lo afectaba desde hace ya largo tiempo, este ser humano excepcional dejó de existir. Su generoso legado se disfrutará siempre; en cada uno de los conciertos que dé nuestra gran orquesta, "la Sinfónica" de Rosario.

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A los 15 años, Grillo ya estaba en una orquesta.
 
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