Cubano hasta la médula, Luis Lugo sabe separar los tantos. Porque así como reconoce como figuras insuperables a los grandes nombres norteamericanos del jazz, también puede aprovechar la mínima circunstancia para disparar sus simpáticos dardos. "Sácame lindo en la foto, porque quiero conseguirme allá una novia. Porque los yanquis ni siquiera pueden tener una chica linda como las argentinas", dice risueño. Sin embargo, no es un tour romántico el que emprenderá el pianista por estas tierras, ya que en la que será su segunda visita a la ciudad en poco menos de un año participará del Festival de Jazz Rosario, en una nueva segunda jornada de actividades en el Teatro La Comedia de Mitre y cortada Ricardone.

Lugo desembarcará con una propuesta ecléctica, según anticipó a este medio: "Quiero hacer un concierto que se va a llamar La jungla. Todo el mundo sabe lo que es una jungla, pero es también el nombre de un cuadro muy famoso, uno de los cuadros más famosos que tiene Cuba. Es una jungla de los años cuarenta y pico, cincuenta, y la verdad que quiero expresar los cuatro elementos del hombre. A partir de eso voy a hacer alrededor de cuarenta minutos de música, por supuesto los ritmos cubanos, como siempre, pero esta vez mezclado con el jazz. Y lo principal es que quiero influirle, quiero meterle al jazz los elementos cubanos, y a los cubanos los elementos del jazz. Todo eso encuadrado en un marco de música clásica. Esa es la idea con la cual pienso abrir y atravesar el concierto".

Formado en un ámbito clásico (que incluyó estudios en el Conservatorio Tchaikovsky de Moscú), y habitual intérprete tanto del folklore de su país como del jazz, el pianista reconoce su interés por descubrir los puntos de contacto entre la música cubana y el género nacido en los Estados Unidos, aunque distingue: "En realidad no creo que sea algo que esté descubriendo yo. En los últimos veinte años creo que el jazz, al mejor estilo norteamericano, ya se murió. Porque es más de lo mismo, me parece que es hora de empezar a buscar otros caminos, porque en realidad ese camino jazzístico, a mi juicio, después de los años 60 entró en una decadencia. Vino el free jazz, pero eso duró un par de años. Te das cuenta cuando una cosa va perdiendo mucho terreno, y la verdad que el terreno se lo fueron quitando los ritmos cubanos. ¿Por qué entonces uno tiene que seguir tocando un standard de jazz americano como si fuera un yanqui? Tú miras el panorama del jazz hoy por hoy en los Estados Unidos y todo es más de lo mismo".

En esa misma línea, Lugo profundizó: "Ya se ha demostrado que la cultura latinoamericana en comparación con el resto del mundo es inagotable, por una cuestión lógica y porque, entre otras cosas, parece que por el mismo hecho que ha sido poco desarrollada nuestra cultura se ha quedado poco desarrollada. Entonces, hoy por hoy, cuando uno regresa a los orígenes de la música latinoamericana, o en este caso a los orígenes de la música cubano-africana, y se le empieza a meter jazz, se le empieza a meter rock, va dando como otros aires, otros estímulos, otras improvisaciones, otras miradas un poco más vastas".

En esa búsqueda de la cruza, de la mixtura estética, es donde Lugo reconoce un futuro para el género. "En los últimos años he estado en muchísimos festivales de jazz por toda la Argentina, y me encuentro músicos, bandas completas, gente con muchísimo talento y muchas inquietudes, tratando de copiar los standards, haciendo todo lo mismo. Y lo que es peor, por más talento que tengan las personas en esta zona, nunca van a superar a las grandes figuras norteamericanas. Imaginate al revés, que tengas una banda argentina y empieces de `La Mercedita`, por decir un nombre dentro del folklor, y desde ahí elaborar un tema de jazz al mejor estilo norteamericano. Hay variedades del folklor, del tango, e imagínate si todo eso lo empiezas a mezclar y a partir de ahí a hacer una música de jazz. Creo que sería mucho más interesante, más novedoso, y por lo menos se ocuparía un lugar en el espacio", expresó.

Y concluyó: "Eso mismo estoy tratando de hacer con la música de Cuba, y gracias a Dios no soy el único, porque acuérdate que está Chucho Valdés, Gonzalito Rubalcaba, digamos que es una tendencia que en los últimos diez o quince años se está dando muy fuertemente en Cuba. Por eso creo que es el éxito de los músicos cubanos en el terreno del jazz, que me parece que hoy son insuperables. Llámese quien venga detrás, si viene Chick Corea, no importa quién sea, los músicos cubanos siempre están en primera línea. Y todo el mundo sabe que los pianistas son geniales, pero estamos hablando ya de bajistas, percusionistas, bateristas, que por los grandes estudios clásicos llegan con un nivel de virtuosismo tan grande que cuando agarran el jazz, más esta impronta cubana latinoafricana que tenemos en nuestra sangre, hacemos una cosa novedosa que hace que a la gente le guste. Eso es justamente lo que deseo transmitir en el teatro La Comedia".