Convocado por el bar cultural Tercer Mundo, Miguel Repiso volverá a exponer mañana en Rosario. Luego de la notable retrospectiva que, bajo el título de Río Rep, se presentó en marzo de 2006 en los túneles del Centro Cultural Parque de España, el artista regresa a la ciudad para acompañar a la muestra conformada por los trabajos que no pudieron ser incluidos en su último libro, Contratapas, el cual se nutre de una selección de las tiras que viene publicando en Página/12 de 1998 a esta parte. La inauguración, que tendrá lugar a las 20.30 en el local de Rioja 1089, contará con la presencia de Rep, quien dialogará con el público en un encuentro que se enriquecerá con la participación del siempre impredecible Mex Urtizberea en calidad de moderador.

En diálogo con Rosario/12, Rep explicó que "la idea de la gente de Tercer Mundo es exponer los dibujos que quedaron fuera de Contratapas, que es una selección muy exhaustiva de 2500 tiras de los últimos nueve años". Y detalló: "La primera selección fue de 500, la segunda de 250 y la tercera, que fue la definitiva, fue de las 120 tiras que salieron en el libro. Entonces lo que acá hacemos es una selección de esas otras ciento y pico que quedaron afuera. La selección y la edición es lo más difícil que hay, así que para no mostrar las cosas que ya están en el libro mostramos las que quedaron afuera".

- ¿Qué privilegió al momento de seleccionar las obras, tanto las que conformaron el libro como éstas que se expondrán en Rosario?

- Privilegio una mezcla. Es como si fuera un cantante y eligiera las mejores canciones. Son momentos, muy distintos unos de otros, que tienen una riqueza muy particular, y hasta puede decirse en qué estado de ánimo fueron hechas las tiras. Aparte tienen una riqueza plástica, siempre defino por el dibujo y no sólo por el texto. Es todo muy difícil, pero son esas tiras donde vos decís: "Ah, esta no se nota que esté muy bien dibujada, ni se nota que tiene un buen guión". Son las que se nota que está bien todo, donde no sobresale una cosa sobre la otra. Son las tiras más defendibles de esos ocho o nueve años, y cuando las ves se caen de maduro. Como se cayeron de maduro las 500 primeras, después de ese árbol de 500 se cayeron 250, y después por una cuestión de obligación por el libro hubo que seleccionar 120, y éso fue lo más doloroso.

- En cierto punto esta exposición es una pequeña revancha...

- Sí, porque además no me gusta eso de mostrar los originales de algo que ya ha sido publicado, en este caso en el libro Contratapas. Lo que quiero es que haya un juego con las que quedaron afuera. De todas maneras esto también fue una selección, porque no se van a exponer las ciento y pico que quedaron afuera. Así que ahí hubo otra selección dolorosa... Siempre en los recortes hay dolor.

- ¿Dentro de la selección se destaca algún período en particular o las obras están espaciadas temporalmente?

- La verdad es que ni me fijo en las fechas. Incluso recién hace dos años le pongo fecha atrás a las tiras, entonces realmente no tengo idea de cuándo fue publicada cada una. Los períodos en todo caso son de opciones, períodos de intensidad con un color, de intensidad con temas, pero no tienen que ver con fechas. El libro es muy libre, demasiado libre, y creo que desde el 98, cuando rompí con todo y empezaron a publicarse las tiras libres, sin ningún tipo de personaje que gobierne la tira, fue algo absolutamente novedoso. Hasta el 98 no había tiras que todos los días presenten una sorpresa, y fue un momento muy difícil, porque muchos lectores amenazaron con abandonarme. A la gente le gusta mucho que uno siga con personajes, y fue como una especie de traición, pero yo tenía que seguir mis propios designios estéticos y hacer todos los días una cosa distinta, que es lo que hago hasta el día de hoy. Y no tengo idea de qué pasó con esos lectores, algunos quizás nunca más me quisieron y buscaron abrigo en otro tipo de dibujantes. Pero éso es la libertad, no pretender que todos te quieran.