CULTURA / ESPECTáCULOS › LA MUERTE SE METE EN LAS AVENTURAS DE HARRY
› Por Leandro Arteaga
HARRY POTTER Y EL CÁLIZ DE FUEGO 7 puntos
(Harry Potter and the Goblet of Fire) Inglaterra/EEUU, 2005
Dirección: Mike Newell
Guión: Steven Kloves, sobre la novela de J. K. Rowling
Música: Patrick Doyle
Fotografía: Roger Pratt
Montaje: Mick Audsley
Intérpretes: Daniel Radcliffe, Rupert Grint, Emma Watson, Robbie Coltrane, Ralph Fiennes, Sir Michael Gambon.
Duración: 157 minutos
Salas: Monumental, Del Siglo, Village, Showcase.
Es su cuarta película y Harry Potter ha crecido, pelea con sus amigos, debe probar su valía y conoce el despertar sexual. El Cáliz de Fuego es el encargado de dirimir quiénes serán los aprendices que compitan y representen a diferentes escuelas y maestros. A pesar de su corta edad, Harry tendrá que medirse con chicos mayores, mientras enfrentan dragones, salvan amigos en peligro y deambulan por un laberinto de miedos internos.
En cada una de sus pruebas los contendientes tendrán una cita, cara a cara, con el peligro de la muerte. La presencia progresivamente mayor de ésta, es lo que hace que vaya quedando atrás el tono más bien ingenuo de las aventuras del hechicero joven. El fantasma de Voldemort, asesino de los padres de Harry, adquirirá de hecho una corporeidad que las habilidades interpretativas de Ralph Fiennes prometen convertir en villano memorable. Voldemort sueño recurrente de Harry, recuerdo de su familia perdida es el miedo que inmoviliza y moviliza al niño adolescente, mientras trata de salir airoso de una competencia en la que no eligió participar. Desde las sombras, un profesor de gestos alcohólicos y piratas, vigila la suerte del niño.
En 1917, la comic strip The Gumps inauguraba una suerte de tendencia "realista" dentro de los cánones de las incipientes historietas. Su autor, Sidney Smith, hacía avejentar a la familia protagonista junto con la lectura diaria. A lo que no se atrevió Smith, dado también el carácter conservador de la tira, fue a hacer morir a alguno de sus personajes. La "muerte", de hecho, sigue siendo un personaje que es preferible evitar y que, según Héctor Oesterheld -padre de El Eternauta, nadie sabe aprovechar.
En el caso de Harry Potter, los personajes -literarios o cinematográficos avejentan también. La incógnita es la resolución. Harry Potter, si bien mago, responde a todas las vicisitudes humanas. El otro aspecto, lamentablemente más importante, es el mercantil. El niño mago, si bien humano, es antes benefactor de la sociedad de mercado que le vio nacer y, ante ello, todo augurio de verismo tiene fuertes presagios oscuros, antes que luminosos.
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