CULTURA / ESPECTáCULOS › COMO FUE EL NACIMIENTO DE LA ORQUESTA SINFONICA PROVINCIAL DE ROSARIO
Este informe es un intento de acercar la historia de un organismo tan rosarino como lo es la Orquesta Sinfónica Provincial, que jueves de por medio puede vérsela y escuchársela en conciertos que -además de gratificar y educar- deberían alentar a protegerla y cuidarla.
› Por Marisol Gentile
Se conserva casi como reliquia del pasado, como pieza de museo. La Orquesta Sinfónica Provincial de Rosario trata de no sucumbir, preservándose como puede ante la indiferencia de los políticos de turno, olvidada por el Estado y, muchas veces, hasta por los ciudadanos. Su dicha es durar. Para que ocurra, esto supone apelar al empeño y sacrificio de muchos de sus integrantes y de sus directores, que se avienen a trabajar bajo condiciones poco favorables, que abarcan aspectos salariales, edilicios y otros tantos. Seguramente es ésto un testimonio de arte verdadero. Y un arte verdadero es seguramente también aquél que llevó a los iniciadores del organismo rosarino, por la década del 50, a plasmar la idea y a trabajar para poder cumplirla, destacándose como máximo representante la figura del maestro Germán Oscar Grillo, gran violinista y gestor, fallecido hace algunos meses. En un país donde las orquestas van paulatinamente desapareciendo, siempre debido a la bendita "falta de presupuesto" que el Estado argumenta en prácticamente todo lo concerniente al arte en general, es un deber como ciudadanos luchar por la permanencia de organismos de este tipo, intentando por todos los medios evitar que sea la Orquesta Sinfónica la próxima en sucumbir.
El origen
"Después de algunos años de haber renunciado a la orquesta, en una oportunidad vino el Maestro Simón Blech a Rosario a dirigir de invitado. Al subir las escaleras de Radio Nacional estábamos en el hall central reunidos con unos compañeros de fila, y entonces uno de ellos le dice `Maestro, ¡qué gusto verlo de nuevo!`, a lo que Blech respondió: `Vamos a ver si cuando me voy opina lo mismo...`". Esta es una de las tantas anécdotas de Grillo, pilar fundador de la Orquesta Sinfónica Provincial de Rosario. Ilustre gestor y activo partícipe de la creación del organismo rosarino.
El movimiento orquestal con el que cuenta la ciudad no hizo su primer aparición aquel 12 de mayo de 1960, fecha en la cual los registros cuentan brindó la Orquesta Sinfónica Provincial su primer concierto. Ya desde el año 1929 era conocido y sabido el deseo de constituir una orquesta en Rosario, siendo que por esa época los músicos se reunían en pequeños grupos de cámara para brindar a la población alguna que otra zarzuela u opereta. Estos espectáculos estaban integrados por músicos locales y otros invitados de distintas partes del país, armándose entonces una agrupación diferente cada vez, que sería además dirigida por un director nuevo también en cada oportunidad.
Tuvieron que transcurrir dos o tres años de reuniones y debates para que pudiese concretarse el "Sindicato de Músicos", que posteriormente se lo denominó "Asociación del Profesorado Orquestal", cuyos miembros serían los integrantes de la primera orquesta sinfónica que tuvo la ciudad allá por el año 1932: la Asociación Sinfónica de Rosario, decidiéndose que sea el Maestro José Francisco Berrini su director oficial.
Se consolida entonces este grupo de aproximadamente 80 músicos que inician la ardua tarea de "hacer la orquesta", llevando a cabo todas las cuestiones de índole administrativa y cultural ad honorem, además de brindar conciertos gratuitos cada domingo por la mañana. Todo este esfuerzo perseguía una sola esperanza: que algún día la Asociación Sinfónica fuese la orquesta oficial de la ciudad. Independientemente del trabajo ad honorem de sus integrantes, comienzan intentos de pedidos de subsidios diversos a la Municipalidad, la Provincia y la Nación, para solventar los gastos pertinentes. Si bien son recibidos algunos aportes, eran escasos y apenas si alcanzaban para cubrir una pequeña parte del total erogado.
Sobrevive así algunos años, hasta que comienzan a generarse algunos conflictos internos que giraban en torno a la dirección de la orquesta: había un sector que estaba en desacuerdo con la idea de un único director estable, y preferían invitar distintos directores cada vez. Otros, en cambio, pensaban que el Maestro Berrini debía ocupar el cargo de Director Oficial. En 1937 (a cinco años de su creación) se produce una bifurcación del grupo inicial: éste se divide en dos mitades prácticamente iguales denominadas Asociación Sinfónica y Sociedad Filarmónica.
Estas dos orquestas funcionan paralelamente, cubriéndose el 50 por ciento vacante con la incorporación de músicos jóvenes, estudiantes de instrumentos (entre ellos el Maestro Grillo, que ingresa a la orquesta con sólo 15 años de edad). Cada una de estas agrupaciones elige un día propio para los conciertos: los jueves por la noche serán las veladas de la Sociedad Filarmónica; los sábados por la tarde, las presentaciones de la Asociación Sinfónica.
Tales agrupaciones correrán sin embargo diferente suerte: para la Sociedad Filarmónica estará destinado un movimiento menor comparado con aquél que ocurrirá en el seno de la Asociación Sinfónica, en donde -gracias a un gran trabajo de gestión de los integrantes- entre sus temporadas se contará con la participación de virtuosos solistas (tales como los violinistas Ruggiero Ricci y Ljerko Spiller y los pianistas Claudio Arrau y Wilhem Backhaus, entre otros) y un vasto y variado repertorio (que incluirá obras de todos lo períodos y muchos estrenos). Así, 1937 será el comienzo de un período de esplendor para la Asociación Sinfónica. Sumado al gran número de solistas y directores que participan como invitados y a los atractivos programas que se presentan, se reciben donaciones y se tramitan sendos subsidios, que harán posible además que la orquesta viaje, visitando ciudades como Casilda, Venado Tuerto, Villa Cañás, Santa Fe, Villa Constitución y Firmat, entre muchas otras, y realice conciertos allí, generando un rico intercambio musical y cultural.
Pero es sabido que la dicha no dura eternamente: llegado el año 1952, la orquesta debió cerrar sus puertas debido al paulatino retiro de las subvenciones con las que contaba. Estas ayudas fueron retiradas por los gobiernos aduciendo razones estrictamente político-económicas. La Sociedad Filarmónica, por su parte, había dejado de funcionar años atrás por la misma causa. En los años 1952 y 1953 Rosario volverá al silencio. Pero afortunadamente resurgen aquellos antiguos pero siempre eternos deseos de creación de una orquesta verdaderamente oficial para la ciudad. Entonces se decide convocar a todos aquellos instrumentistas que desearan apoyar la causa, y el 10 de diciembre del año 1956 se organiza un concierto-protesta que tuvo como meta la de promover la creación de la orquesta oficial de la ciudad. Este concierto, que estuvo dirigido por el Maestro Alejandro Zenkar, tuvo gran repercusión y cuantioso público, pero lamentablemente tanto alboroto no logró tocar los bolsillos del Estado ni de los empresarios.
Sin embargo, no todo estaba dicho: es a fines de ese mismo año y comienzos de 1957 cuando el diputado Juan Manuel García -quien era además violinista integrante de orquestas típicas y populares- presenta a la Cámara de Diputados, el "Proyecto Pro-Creación de la Orquesta Sinfónica de Rosario", que es aprobado por la misma Cámara bajo la Ley 4945, pero que para ponerse en práctica necesitaba ser aprobado por los Senadores, quienes demoraron el trámite. Es por eso que se constituye la "Comisión Pro-Cumplimiento de la Ley 4945", que lucharía por el cumplimiento de este decreto durante dos años, aproximadamente, hasta que en el año 1959, el entonces gobernador de la Provincia -el doctor Carlos Silvestre Begnis- promovió la ley.
Entre tanto, durante 1958 y 1959 hubo un nuevo intento de formación instrumental: en la actual Escuela de Música de la Universidad (llamada en ese entonces "Instituto Social de la Universidad Nacional del Litoral") comienza a funcionar una orquesta de cámara de aproximadamente 27 músicos (cuerdas, dos flautas, dos oboes, un fagot y dos cornos). Su existencia fue efímera, y apenas alcanzó a un año de labor. Todavía haría falta contar con un poquito más de paciencia para que los rosarinos pudiesen concretar el sueño de la orquesta oficial propia.
LA LEY 4945
El "Proyecto Pro-Creación de la Orquesta Sinfónica de Rosario" fue presentado ante la Cámara de Diputados y aprobado en junio de 1958. Comenzaría entonces el largo peregrinaje hacia la decisión de la Cámara de Senadores, que parecía complacerse ante la dilatación de tal resolución. Y no terminaría todo allí, ya que faltaría luego la opinión definitoria de los ministros de Educación y Economía.
Es por eso que -cansados de seguir esperando una respuesta que parecía no llegar nunca- se conformó la "Comisión Pro-Cumplimiento de la Ley 4945" (que también contaría entre sus miembros con Germán Grillo en el cargo de Secretario). Y si bien es cierto que el movimiento en torno a la creación de tan deseado proyecto de oficialización de una orquesta siempre fue grande, éste se transformaría en una campaña con mayúsculas a partir de la intervención de dicha Comisión: lograron el apoyo de toda la prensa, el comercio, la industria, los grandes empresarios y la comunidad. Entre las gestiones que se realizaron, por ejemplo, está aquella que asumió Grillo y que logró que las radios LT2, LT3, LT8 y LRA5 dispusieran de cinco minutos de programación para que cuatro veces al día la misma Comisión hablara acerca de la campaña y contara a la audiencia las últimas novedades de la misma.
Según Grillo, el gobernador Silvestre Begnis siempre recibió a la Comisión de muy buena manera, realmente interesándose por la propuesta. Pero desgraciadamente la decisión no dependía de él: necesitaba primeramente ser aprobada por el ministro de Educación y Cultura, Félix Pagani, y por el ministro de Economía, Juan Quillici, quien nada quería saber acerca del proyecto. Pero gracias a un esfuerzo mancomunado, finalmente el ministro lo aprobó, advirtiendo que la provincia sólo se haría cargo de los sueldos de los músicos integrantes, mientras que todos los demás gastos (lugar de ensayo, compra de atriles y partituras, fletes) deberían estar en manos de una Comisión Cooperadora, que se encargaría de organizar todo para que entonces sí el proyecto pudiese llevarse íntegra a cabo.
"El ministro de Educación era una excelentísima persona -contró Grillo-. Un día, ya aprobado el proyecto, nos reunimos a hablar con él sobre el tema del Director Preparador, y como yo era en ese entonces el delegado de la Orquesta, se me confió a mí el lograr un nombramiento para el postulado para el cargo, el Maestro Tomás Santesteban. Luego de explicarle el proyecto durante un largo tiempo, el ministro me dijo: `Yo no entiendo nada. Usted me habla y yo no entiendo. Confío en usted, Don Grillo, le dejo en sus manos la designación, se ve que usted entiende muy bien`. Así que dicho esto, se me confió a mí el nombramiento de Tomás Santesteban".
Como es sabido, un organismo complejo como lo es una orquesta sinfónica no pone en movimiento sus engranajes con sólo una mera aprobación: la Ley establecía un presupuesto anual de tres millones de pesos de entonces para aplicar a los sueldos para el conjunto orquestal, suma que sería suministrada por Hacienda. Pero pequeño detalle: este Ministerio argumentaba no disponer del dinero, y el ministro de Educación por su parte afirmaba que no podía llamar a concurso de cargos si no le proveían los fondos necesarios y si esta Ley no estaba previamente reglamentada por el Poder Ejecutivo. Por lo tanto, las cosas se seguían dilatando. No obstante, la Comisión Pro-Cumplimiento seguía trabajando en el llamado a concurso, constitución y conformación del cuerpo estable orquestal.
Con fecha del 26 de julio de 1959, la Comisión elaboró un comunicado que fue enviado al gobernador: "La Orquesta Sinfónica Provincial de Rosario se constituirá de la siguiente manera: 76 profesores de orquesta y 2 copistas (por concurso); 1 secretario, 1 inspector, 1 archivista y 2 ordenanzas (a ser designados). Aconseja esta Comisión la designación de un Preparador Permanente de Orquesta. Por su reconocida capacidad y antecedentes se propone para el desempeño del citado cargo al Maestro Tomás Santesteban. Se invitaría a los directores argentinos y/o extranjeros que actúen al frente de la orquesta. Propónese como Delegados Organizadores a los Señores Marco Tulio Massa (Director de la Escuela Superior de Música de Rosario), Juan Pedro Franze (Director de la Escuela Superior de Música de Santa Fe), Pedro Sinópoli (Director del Museo Castagnino de Rosario) y Oscar Vinicio Herrera (Miembro de la Comisión Municipal de Cultura de Rosario). Como Jurados que seleccionarán los futuros músicos integrantes, se propone a los Maestros Washington Castro, Olgerst Bistevins, Carlos Pessina, Roque Spátola, Luis Gianneo e Isaac Weinstein. Una vez constituída la orquesta, continuará colaborando social y económicamente con la dirección artística y las autoridades oficiales, una comisión cooperadora que tomará para sí múltiples tareas de índole administrativa". Esta Comisión Cooperadora también contó con el trabajo de Grillo, que como miembro de la misma continuó trabajando tenazmente.
Finalmente el ministro de Economía dio el ansiado sí, el gobernador promulgó la Ley y el ministro de Educación emitió consecuentemente el decreto con el llamado a concurso de antecedentes y oposición para cubrir los cargos. La Comisión Pro-Cumplimiento, viendo la inminente concreción de tan deseado anhelo, finalizó su actividad para dar paso a la Asociación Cooperadora que -a partir de ese año, 1960- se encargaría de todo lo concerniente a la Orquesta.
El concurso se realizó en febrero de 1960, y se llevó a cabo en las instalaciones de Radio Nacional Rosario, a la cual concurrió una gran masa de músicos rosarinos y de otras ciudades del país. El concurso había tenido muy buena difusión y acogida, había sido un verdadero éxito.
Una vez finalizado el mismo (que transcurrió durante el lapso de una semana completa, a través de audiciones y evaluación de antecedentes) quedó finalmente constituído el organismo. En cuanto al cargo de director, el Maestro Santesteban tomaría el compromiso de la dirección momentánea de la orquesta hasta tanto se generara un nuevo concurso para cubrir el cargo de director estable.
En marzo de 1960 comienzan entonces los ensayos de la Orquesta Sinfónica Provincial de Rosario. En ese entonces, ensayaban de lunes a viernes de 18.15 a 21.15, en el Auditorio de Radio Nacional. Según propias palabras de Grillo: "Le pedimos al señor Riva de Mar, director de la radio, que nos prestara la sala por unos meses, ya que teníamos la orquesta, atriles y músicos pero no teníamos lugar de ensayo. Nos dijo que sí por unos meses, ¡pero nos quedamos 32 años!".
El esperado concierto inaugural de la Orquesta Sinfónica Provincial de Rosario se realizó el 12 de mayo de 1960, a las 22, bajo la dirección del Maestro Olgesrt Bistevins. Las puertas del Teatro El Círculo se abrieron ante centenares de personas, que llenaron la sala. El primer repertorio estuvo conformado por la Obertura "Oberon" de Weber, la "Sinfonía Nº 1" de Beethoven, las "Dos Piezas Líricas op2" de M. Lorca, el "Adagio con Variaciones" de Respighi (para violoncello y orquesta, cuyo solista fue Pedro Farrugia) y el preludio a la ópera "Los maestros cantores" de Wagner.
El éxito del concierto fue rotundo: un nuevo organismo había nacido y comenzaba a escucharse. A partir de ahora se haría sentir en la ciudad y alrededores a través de lo que mejor sabían hacer sus integrantes: música.
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