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8 puntos

Música para cuando aparece un monstruo

La Mujer Barbuda

Un ojo en una caja

Hay que decirlo: el primer disco de La Mujer Barbuda --Sergio Alvarez (guitarra), Franco Fontanarrosa (bajo), Lulo Isod (batería y objetos) y Martín Pantyrer (saxos y clarinete)-- no es de fácil escucha. No al menos para aquellos que en la música buscan previsibilidad, que se aferran a la seguridad de una melodía pegadiza, o bien a la certeza de que las improvisaciones llegarán en el momento oportuno.

Porque a lo largo de sus doce obras el grupo sorprende con giros imprevisibles y sonidos insospechados (como aquellos, procesados, de un Citroen 3cv que adornan a "La Rana", claro).

Y si todo ello funciona con solidez es gracias a la ductilidad del cuarteto, que puede sostener con seriedad a las líneas de Pantyrer o acoplarse para desarrollar pasajes demoledores como el de La venganza del plomero líquido, track que abre el disco.

Imposibles de ser clasificadas en un único género, sus canciones abren el horizonte a nuevas búsquedas, a la interacción (tan libre como bien fundamentada) de jazz, metal y delirio.

8 puntos

Good Vibes!!!

Mauri Sanchis

BlueArt

Por Paul Citraro Con frecuencia aumenta el tamaño de la lente con que mira el marfil de extraño sonido. Mauri Sanchis, parece, está enamorado del órgano Hammond, y lo hace con verdadero desparpajo. Y ese diseño sonoro que Deleuze denominaría una máquina célibe, para el oyente, estaría tanto más cerca de una palabra de origen noble: belleza. Aunque es verdad que el lenguaje hace agua al momento de expresar determinadas creaciones artísticas, parece ser que una de las motivaciones para crear música y escucharla del otro lado, fuera el gusto que nos produce hablar de ella.

Good Vibes!!! Es un registro que abarca sonoridades diversas provenientes de una misma tradición: el jazz. Creándose sobre cada una de las composiciones una zona franca de inevitable recorrido que suele ofrecer la música de tradición negra; funk, blues, soul. Y es ahí donde se produce la experiencia desnuda, en esencia, a partir de un expresionismo más sensitivo que técnico con un exquisito tratamiento de la armonía. Solos intermedios y la emoción implícita de cada interpretación, que visita y revisita el decálogo del modelo sonoro de los 70.