Para descubrir el primer antecedente público de Héctor "Piru" Gabetta y su relación con el tango hay que remontarse a los primeros años de los 70. Todavía en su Rosario natal, el cantante creó El Trío + Tango, proyecto que sostuvo hasta que debió partir a Francia tras el Golpe de Estado. A lo largo de una década continuó relacionándose con el género desde el exilio, alimentando un vínculo que jamás rompería. A más de tres décadas de sus primeros pasos profesionales con el 2x4, Gabetta le sigue apuntando a nuevos autores, a la interacción de música y poesía y, de paso, a la gestación de un sello independiente que acaba de abrirse camino con Embelecos, su último disco.

Será precisamente ese material el que Gabetta presentará esta noche, a las 21.30, en la Sala Lavardén. Y sobre el que, en diálogo con este medio, apuntó: "Es un disco de tributos. A los amigos, a los compañeros desaparecidos, al Negro Fontanarrosa, a mi viejo, también de algún modo a mi ciudad natal con un valsecito. Todo eso es Embelecos".

En tren de detalles, Piru relató el proceso que lo llevó a esta nueva edición, y que le permitió descubrir al joven guitarrista Sebastián Luna, que asumió la dirección musical del proyecto: "Durante diez años estuve trabajando, y seguramente seguiré haciéndolo, con Diego Vila, amigo y arreglador de mi disco anterior. A través de una pareja de amigos me pintó la posibilidad de hacer una producción para este disco, y yo venía haciendo un espectáculo con Diego que se llamaba Poetangos y estaba listo para ser grabado. Pero no pudo ser porque él tenía un espectáculo con Nacha Guevara en calle Corrientes y tenía el año ocupado".

"Me pareció que esperar un año era mucho tiempo, de modo que me puse en la búsqueda de un nuevo arreglador --completó--. Estuve seis meses pensando qué disco quería hacer, no quería salir corriendo a hacer cualquier cosa, porque no es mi estilo, porque no creo en eso y no es mi forma de trabajar. Nadie me está esperando para salir a comprar mi disco inmediatamente, de modo que cada emprendimiento discográfico trato de hacerlo no sólo con el mayor cariño sino también con el mayor convencimiento. Averigüé un poco y dí con Sebastián, un joven de 26 años con el que no había trabajado nunca. Fui para adelante y cambié la óptica, porque venía trabajando con un pianista y este disco está sobre el universo de la guitarra, con algunos artistas invitados, entre ellos el maestro Raúl Garello y Diego Vila, que me acompaña en un tema muy querido por mí, `Fuimos`".

El resultado es un disco que deja asentada la búsqueda en la que Gabetta se ha sumergido desde hace algún tiempo: "Embelecos es parte de lo que vengo haciendo: hacer convivir en el universo del tango a nuevos autores, como Fernando De Giovanni o Juan Muñiz, con Jorge Boccanera, o con una milonga que para mi gusto es una rareza, una milonga muy lunfarda de un tipo que quiero entrañablemente como Alfredo Zitarrosa. También hay un poema mío que antecede a `Fuimos` y un valsecito que nació en Rosario, `Valsecito de la calle Riobamba`, precisamente a raíz de un hecho un poco fortuito que se dio, que fue un documental que hicieron sobre mi persona. Porque cuando empecé a grabar en noviembre del año pasado, un grupo de seis realizadores extranjeros, jóvenes, estaban haciendo un taller de narrativa documental con Daniel De Saloms, el director de Paco Urondo la palabra justa. Al final del taller ellos tienen que filmar un documental con calidad profesional, y les interesó un poco mi militancia, el exilio. Así filmamos Un cantor de tango".

Algunos fragmentos de ese trabajo fílmico complementan Embelecos, proyecto que le permitió a Gabetta ahondar en la "difícil y misteriosa" tarea implícita en el armado de un disco. "Aprendí a escuchar las voces internas de uno, porque precisamente cuando no sos una figura que tiene un productor que te jode detrás, esa libertad te deja en soledad y, al mismo tiempo, con la responsabilidad de elegir lo que realmente viene solo dentro mío". Culminado el proceso, el material generó además la aparición de Embelecos del sur, sobre el que Piru concluyó: "El sello se armó muy tímidamente. Y se han arrimado algunas ideas de gente para ver si se puede hacer un traspaso de experiencia, un intercambio con otros géneros".