CULTURA / ESPECTáCULOS › BALANCE 2008. PARADOJAS DE LAS VISITAS MUSICALES A LA CIUDAD
En un año con figuras de gran convocatoria como Bob Dylan y
Luis Miguel, también hubo propuestas de gran calidad que el
público no supo apreciar. La escena local fue muy dinámica.
› Por Edgardo Pérez Castillo
¿Cuáles son los parámetros para calificar a un año como exitoso, productivo, prolífico, o bien como uno auténticamente desastroso? Tratándose del ámbito musical, las evaluaciones sólo pueden ser realizadas por los propios protagonistas, convirtiéndose sino en una mirada externa y lógicamente subjetiva. Sin embargo, el 2008 arrojó algunos buenos síntomas. Porque a la aparición de propuestas internacionales que toman a la ciudad como escala, la cartelera se enriqueció con propuestas locales que poco tienen que envidiarle a las que llegan desde Buenos Aires con chapa de profesionalismo.
En ese marco, quizás sea el rock el que mejor comprendió los mecanismos para subsistir sin depender de beneplácitos oficiales o de contratos con empresas multinacionales que, está visto, pocas veces apuntan hacia el interior del país. Así, a la contestataria organización local de Músicos Unidos por el Rock, por estos días se lanzó formalmente El Qubil, asociación civil que se nuclea en la Federación Independiente de Músicos de Argentina, y que propone democratizar la información para llevar adelante proyectos musicales desde una independencia seria y profesional.
Porque, una vez más, no son los sponsors los que sostienen la agenda musical en una ciudad que, sin embargo, este año recibió a Adriana Calcanhotto, Moreno Veloso, Hugo Fattoruso y la Mariano Otero orquesta dentro del marco del festival impulsado por Telecom en Metropolitano. Encuentro gratuito que, de repetirse, se sumará a los que auspician Quilmes (con un perfil claramente más rockero) y Personal, compañía de telefonía móvil que por segundo año acercó a propuestas más vinculadas con lo alternativo.
Mientras tanto, cada visita de peso llega aparejada de los cálculos que los productores deben hacer y deshacer con el objetivo de evitar pérdidas. Porque, si en algo se sigue caracterizando esta ciudad, es en el impredecible carácter de su público. La falta de respuesta no es precisamente por ese elogio demagógico que acarrean numerosos artistas, y que la apuntan como una audiencia exigente, sino muchas veces la falta de conocimiento respecto a propuestas de calidad que no siempre llegan aparejadas de un gran aparato promocional.
Así, al multitudinario concierto de Luis Miguel en Central se le contrapone la concurrencia lograda por Béla Fleck, el extraordinario músico que recaló con su banjo en un teatro Broadway con la mitad de sus asientos ocupados. Lejos de equiparar estilos o de evaluar calidades, sigue sorprendiendo que, en una urbe de más de un millón de habitantes que se ufana de su conocimiento cultural, algunos espectáculos se den en salas semivacías.
En ese mismo terreno, son muchos los que todavía no se le animan a los proyectos nacidos en Rosario, prefiriendo en cambio consumir propuestas que llegan desde la Capital pero que no se equiparan en cuanto a la calidad técnica y creativa. El espíritu profesional de numerosos grupos, la consolidación de espacios dedicados al nuevo folclore, y la interesantísima programación impulsada por la Sala Lavardén (incluyendo un ciclo económico y de calidad como el Mp5), son algunos de los puntos salientes de la temporada que se fue.
Finalmente, el 2008 quedará también en el recuerdo por el lanzamiento del Puerto de la Música, el proyecto de Oscar Niemeyer que saldaría una histórica deuda: que Rosario tenga un teatro cubierto con capacidad para más de dos mil espectadores. El tiempo, y nuevos balances, determinarán qué tan lejos quedará la inauguración de su polémico anuncio (ver recuadro).
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux