Dom 11.01.2009
rosario

CULTURA / ESPECTáCULOS › TEATRO. EL REGRESO DE "EL CONVENTILLO DE LA PALOMA" AL TEATRO NACIONAL.

Vigencia de aquel patio multicultural

El director teatral Eduardo Ceballos, convocado por un grupo, decidió regresar al texto de Vacarezza convencido de que "hay que refrescar de dónde venimos". El estreno es el sábado próximo a las 21.30 y continuará en enero y febrero.

› Por Julio Cejas

El próximo sábado a las 21.30 en el Teatro Nacional Rosario (Córdoba 1331), se producirá el primer estreno teatral del año: "El Conventillo de la Paloma", tradicional sainete de Alberto Vacarezza, dirigido por Eduardo Ceballos que vuelve a reponer esta obra despues de 15 años. El director dialogó con Rosario/12 para referirse a las razones de este reestreno y sus paralelismos y diferencias con aquel primer intento que estuvo cerca de 3 años en cartel. "Aquella primera experiencia que arranca en el año 94 al frente de mi grupo Teatro Libre de Rosario, con una versión muy diferente de `El Conventillo...' fue muy particular porque por asociación estética todo era picadero, todo era circo, todo estaba asociado a la técnica de clown".

En ese momento la particular adaptación del sainete de Vacarezza que proponía Ceballos había motivado diferentes interrogantes que iban desde posturas que clausuraban esta búsqueda por irreverente y otras la apoyaban por su carácter renovador. "Las preguntas en esos momentos eran cómo vas ha hacer un cruce con una experiencia tan popular como el sainete, transformándolo en un picadero, aunque algunos destacaban esta idea de transgredir algo a través del tiempo, a pesar de que mi intención fue siempre llegar a todo tipo de público", explica Ceballos.

Pero en los fundamentos de aquella experimentación estarían reflejados los orígenes del propio director que se remontan a su propia infancia ligada directamente con la estética circense. "Me crie en Firmat, mi niñez transcurrió en esa localidad hasta los 15 años y por esa época llegaban con frecuencia los circos a los que se conocía como `circo con drama', porque después del trabajo de pista venía la obra de teatro.

Según cuenta mi abuela, mi abuelo paterno que era un alemán dueño de un baldío de una de las tradicionales esquinas del pueblo, les permitía a esos circos instalar sus carpas, sin cobrarles el alquiler y eso le permitía el acceso libre a todas las funciones".

De esa situación se beneficiaría el propio nieto que a la edad de dos años no se perdía una función siempre en brazos de ese abuelo que de alguna manera aún sin saberlo, fortalecería, el primer lazo entre Eduardo Ceballos y el mundo del teatro. "A diferencia de otros teatristas yo no tengo antecedentes artísticos en mi familia, y estas de alguna manera las considero mis raíces, por eso creo que no es en vano este retorno a `El conventillo de la paloma', obra en la cual recalé una vez más, después de aquella experiencia del 94".

En esta oportunidad, Ceballos es convocado por un grupo de producción integrado en parte por ex alumnos de sus talleres que pretendían llevar adelante algún proyecto teatral y le confían la dirección y elección de algun texto. "Fui convocado y tenía la responsabilidad de acertar en la búsqueda de un material que colmara tantas expectativas, en principio se me ocurren textos como `Babilonia' de Discépolo o este `Conventillo de la Paloma' de Vacarezza, estaba entre un grotesco o un sainete, y decidí que esta era la obra, así que nos pusimos a ensayar y llegamos a este estreno de el 17".

-¿Cuáles serían los fundamentos de volver sobre este clásico nacional?

-Tiene que ver con aquello de refrescar de dónde venimos, es un intento por espejar lo que sucede con nuestra realidad, pensar o imaginar qué es lo que pueden estar haciendo todos los jóvenes argentinos que se fueron a Europa porque aquí la cosa no daba más.

Para el creador del Teatro Libre de Rosario, la apuesta pasa por tratar de establecer un paralelismo entre las desventuras de los inmigrantes parodiadas por el sainete y las generaciones posteriores que debieron emigrar en búsqueda de nuevos horizontes. "Los personajes del sainete en este patio son los que se vinieron de Europa corridos por la guerra y de alguna manera todos los argentinos que se fueron en los últimos años no lo hicieron por su propia voluntad sino porque los echaron", dice Ceballos.

La elección del elenco y el equipo técnico son una muestra de las convicciones que el director tiene para esta nueva etapa en la que se reencuentran actores de distintas generaciones. "Aquí fui mechando toda la historia del sainete y aprovechando buenos actores, buenos cantantes, buenas voces, porque creo que aquí hay buenos actores que por el solo echo de haber trabajado siempre en un teatro realista, más convencional, han quedado fuera del picadero". Los roles protagónicos estarán a cargo de Carlos García, que interpreta al gringo "Don Miguel", Nives Paschetto será "La Paloma", Ricardo Pagliaro "Paseo de Julio", Cristian Alvarez, "Don José", Leo Zucca "Villa Crespo", Cristian Galati "Seriola", Viviana Miranda "Mariquiña", Julieta Turco será "Doce Pesos", Victor Hugo Ferraro, el "Turco Abraham" y Gisela Bernardini, "Sofía".

Nombres de reconocida trayectoria en esta ciudad como el titiritero y diseñador escenográfico Jorge Nieto fue el encargado de dar vida a la escenografía de este emblemático sainete.

Por su parte Maria José Liaud es la responsable de el vestuario, Irupé Vitali tiene a su cargo la asistencia de dirección y Cristian Galati el encargado de la Producción general. Con la presencia en vivo de los músicos Camilo Orlando y Gustavo Sordelli.

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