Paliar las heridas de la dictadura. Esa fue la premisa por la que 500 actores, productores y realizadores de teatro se unieron en el año 2001 y crearon el Teatro por la Identidad. Una herramienta que se alzó contra la brutalidad y el horror que significó la expropiación de bebés y la sustitución de sus verdaderas identidades durante la última dictadura militar. Como resultado 70 chicos se acercaron hasta la sede de Abuelas de Plaza de Mayo, para preguntar por su origen y hacerse una prueba de ADN. Ahora, la editorial Colihue editará un libro recopilando diez de las obras más importantes que han sido representadas en todo el país e introducirá propuestas de trabajo para el aula elaboradas por la reconocida escritora rosarina Alma Maritano. Consultada por Rosario/12, ella explicó los fundamentos de este libro que se presentará en abril y está respaldado por el Ministerio de Educación de la Nación.

Se trata de obras diferentes con un argumento que las emparenta. Siempre aparece alguien que está buscando su identidad, como en "DNY?" de Franco Verdoia o en "El nombre", de Griselda Gambaro. Allí María, una adolescente hija de desaparecidos se reencuentra con su abuela y siente que por primera vez la llaman por su nombre. También "Los trenes siempre están llegando" de Mónica Ogando alude a la esperanza del reencuentro, a la posibilidad de que alguien vuelva. "Es un homenaje a estas abuelas que luchan terriblemente por recuperar a las 400 criaturas que nacieron en cautiverio y que fueron entregadas a los propios torturadores o a gente de su entorno", explica Alma. De hecho la mayoría de los autores trabaja activamente a favor de los Derechos Humanos desde hace tiempo.

Todos los relatos están basados en hechos reales que han sido novelados. "La finalidad es que yo haga las propuestas de trabajo de cada una de las obras como consignas de taller. Los chicos no sólo tienen que conmoverse, tienen que conmocionarse, movilizarse e identificarse con los personajes", propone la autora de este compendio. Para lograr el objetivo se valdrá distintos recursos como preguntas guiadoras: "¿Con quién podrías comparar a este personaje en tu propia realidad? ¿Qué historias cuentan en tu familia? ¿Qué te produce dolor? ¿Qué podés hacer para ayudar a otro chico que sufre lo mismo que vos?", son algunas de las que aparecen. Una vez analizados estos disparadores, se aspira a que los adolescentes interpreten las escenas personificando a los protagonistas.

No es de extrañar que sea Alma quien reúna las obras y realice los trabajos necesarios para que la esencia de las mismas sea captada por niños y púberes. Ella es la autora de "El visitante", "Vaqueros y Trenzas" y "En el sur", entre otros escritos especialmente dirigidos a ellos con particular éxito.

Desde el Ministerio de Educación de la Nación explicaron que durante todo el 2008 se distribuyeron miles de libros cuyo eje temático giró en torno a la pérdida de la identidad. Ahora se busca que el aprendizaje sea más interactivo. Por eso las Abuelas impulsan la llegada de un nuevo recurso literario que sirva de testigo.

Pero la pérdida de la identidad no se circunscribe solo a los bebés y niños nacidos en campos de tortura y a sus abuelas que siguen buscándolos con desesperación. Algunas obras retratan historias de desarraigo desde otro ángulo. "Hubo familias cuyos miembros estaban en distintos países al mismo tiempo porque tuvieron que exiliarse y aunque en un momento logran reunirse en un mismo lugar, sienten que entre ellos mismos ya no se comprenden, no entienden la vida del otro y caen en la cuenta de que han perdido su propia identidad, que es perder la conciencia de lo que uno es", retrata.

Son muchas las razones para que aquellos que no vivieron el horror sepan que existió y reflexionen en las miles de vidas truncadas y marcadas por la misma herida. Lo dijo Freud: recordar para no repetir. Citando al músico y escritor Daniel Barenboim Alma Maritano sintetiza con maestría: "Que el pariente cercano del mal es el olvido". Al respecto la integrante de Hijos Rosario Ana Overlin calificó de "correcta y necesaria esta difusión a una generación de argentinos".

Cabe decir que las abuelas ya recuperaron a 96 nietos secuestrados durante la última dictadura militar. La última joven que conoció su verdadera identidad es hija de Raquel Negro y de Tulio Valenzuela, dos militantes que en 1978 fueron secuestrados y recluidos en la Quinta de Funes.

La imposición de paradigmas culturales uniformes también es una forma en la que cada pueblo pierde su propia autenticidad. "En un mundo globalizado donde se trata de soslayar las diferencias culturales para homogeneizar a todos, es imprescindible que nos reconozcamos a nosotros mismos y que no sólo toleremos al otro, sino que lo aceptemos con todo aquello que lo identifica". El objetivo es que a los chicos que asistan a las escuelas secundarias les llegue ese mensaje.

En un universo de tribus urbanas: emos, floggers, punks y otros que se identifican con una vestimenta, un lenguaje y un tipo de música en particular, reflexionar en una identidad que esté por encima de la superficialidad se vuelve un desafío. "Pensar en estas historias puede ayudar a los adolescentes no sólo a tomar conciencia de determinada realidad, sino también a reconocerse a ellos mismos, porque la adolescencia en algún punto es un no lugar", analiza. El libro se presentará en abril, durante la Feria del Libro que se realiza todos los años en la ciudad de Buenos Aires.