Para los que abonan la teoría del carácter cíclico de la historia, la reedición del Encuentro Alternativa Musical Argentina pone en discusión la existencia de problemáticas que hace más de dos décadas generaron la irrupción de un movimiento que se sustentó en la necesidad de expresión de los compositores nacionales. Con lógicas diferencias por el contexto político y social que reinaba en los primeros años del retorno democrático, hoy en día la calidad musical no garantiza difusión, venta o convocatoria, en una sociedad que repite vicios propios de la banalización cultural. Como una firme demostración de la vigencia de creadores históricos y de la existencia de nuevos autores, a modo de feliz convivencia de géneros y estilos, y con el objetivo de llevar al terreno de lo real su espíritu federal, el Encuentro volverá a realizarse este fin de semana con tres sedes simultáneas: Paraná, Santa Fe y Rosario.

Por esas sedes se repartirán nombres como los de Teresa Parodi, Liliana Herrero o Raúl Carnota, en una reedición que tendrá entre sus convocados a Litto Nebbia, quien mañana a las 21.30 llegará a la Sala Lavardén (sede local del Encuentro) como parte de una segunda jornada de la que participarán además los históricos Emilio Del Güercio y Rodolfo García, además de la paranaense Magma y la rosarina Pablo El Enterrador. En diálogo con Rosario/12, Nebbia rescató esta recuperación de un movimiento que a principios de los 80 nucleó a las propuestas más serias de la música popular argentina. "Estoy contento que se remonte de nuevo esta idea de producción, y de poder inaugurar los tres primeros lugares. Porque después irán rotando docenas de artistas en distintas ciudades. Algunos tienen que ver con las primeras épocas, y otros son artistas nuevos que se van sumando con el mismo criterio, con la misma onda de identidad", explicó.

En ese sentido, el fundador de Los Gatos trazó un paralelo entre décadas. "En aquella época esto para mí fue muy importante porque no se trataba de una cosa de competencia, negocio o política partidaria. Tenía que ver realmente con cosas que son muy complicadas en nuestro país para el arte, donde siempre hay una razón distinta: a veces el problema es económico, a veces la dictadura, a veces el verano y a veces el invierno. Esta vez tiene que ver con que la Argentina, por distintas razones, en la última década ha vuelto a tener un exceso de música de mal gusto. Por éso me parece importante que aparezca esto, porque la tarea del músico sigue siendo devaluada", consideró.

Y concluyó: "Me parece que ahora las cosas son más claras que veinte años atrás. En algún momento alguien creyó que la diferencia era estrictamente política en cuanto a partidismo, esas cosas rígidas de los buenos y los malos, eso que pasa también con el fútbol. Hoy en día, hay un montón de intereses que tienen que ver pura y exclusivamente con desarrollar negocios, conseguir una remuneración millonaria e inmediata. Lógicamente, en esos ámbitos no entra ningún plan cultural. Y no me estoy refiriendo a ir al Colón en ayunas a escuchar música clásica. No, me estoy refiriendo a una tarea divina en un país que tiene una tradición musical y poética del carajo. Pero que se hace complicado, como si uno estuviera molestando a alguien. Ojalá se entienda que nadie está en contra de nadie, sino que esto es un elemento de construcción para aportar".